Peru Election 2006

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Scenarios for Second Round

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Una segunda vuelta dura y polarizada
Fernando Tuesta Soldevilla (*), politólogo
El Comercio, 11 de abril del 2006

Los resultados del domingo 9 solo son comparables con las elecciones presidenciales de 1962, cuando Haya de la Torre y Belaunde Terry terminaron con una diferencia entre sus votaciones de menos del 1%. A este clima de incertidumbre y zozobra le sobrevino autoproclamaciones y un golpe de Estado. Estamos lejos de aquel escenario, pero la incertidumbre se repite.
La votación de Ollanta Humala ratifica la primera mayoría relativa, aun cuando lejos de lo esperado por sus seguidores y menos de lo necesario para enfrentar una segunda vuelta que será, por su propia lógica, muy polarizada. De otro lado, un cuarto de los votantes se inclina por Lourdes Flores y otro tanto por Alan García. Es decir, el partidor de la segunda vuelta no muestra una gran e insuperable ventaja para Humala.
Obviamente, los escenarios solo son dos, por lo que tenemos que ver qué dicen los electores y qué necesitan los candidatos. Recordemos que más allá de los deseos de los competidores, la segunda vuelta desata una polarización inevitable. El voto que gana uno, lo pierde el otro, lo que los obliga a estar frente a frente, sin poder eludirse. En cualquier escenario Humala tiene a favor, no solo su porcentaje de ventaja, sino un discurso contra la política y los políticos, que tantos réditos le ha proporcionado a todos los ‘outsiders’ como él, así como un clima de opinión que lo hace aparecer como un atractivo ganador. Su ventaja de ayer, acusar de la campaña de todos contra Humala, puede ser su desventaja de ahora, pues la otra cara de la medalla –Humala contra todos– lo lleva a aislarse. No estamos delante de una gran votación por un ‘outsider’, que es acompañada con el desplome de toda la representación partidaria institucionalizada, como el Fujimori del 90 o el Chávez y Evo Morales, en Venezuela y Bolivia, respectivamente. Aquí se convive la desafección de un porcentaje importante de peruanos, con la adhesión no menos importante a los partidos de tradición política. Por eso, nunca como ahora la campaña de la segunda vuelta está asociada a las coaliciones y acuerdos en el Congreso.
En el escenario de competir contra Lourdes Flores, probablemente Humala lo hará con el discurso dicotómico de un enfrentamiento de pobres contra los ricos, que le puede ser beneficioso, como ha ocurrido en la primera vuelta. Si bien Lourdes Flores fue cayendo en intención de voto desde mediados de enero, está mejor posicionada que Humala y tiene menos resistencias que él. Esto se observa en todas las simulaciones de segunda vuelta, en donde, por ejemplo, siete de cada diez apristas se inclinan por ella. En el plano de las coaliciones en el Congreso, UPP tiene mayores probabilidades de construirlas con el Apra y el fujimorismo. Sin embargo, le sería fatal electoralmente, pues Humala ha querido posicionarse contra los gobiernos que transitaron los últimos años, es decir, contra García y Fujimori. Por el contrario a UN le será menos difícil crear una coalición con el apoyo del Apra, el Frente de Centro y el sector de Humberto Lay, si es que este logra pasar la valla.
En el escenario de Humala contra García, en las simulaciones de segunda vuelta, superaría al candidato aprista, que tiene mucha resistencia. Sin embargo, el Apra tiene mayor capacidad de establecer alianzas, con el Frente de Centro, UN y los evangelistas de Lay, así como no le sería difícil dirigirse hacia el centro político. Por el contrario, a Humala solo le quedaría hacerlo con los fujimoristas, lo que sería desaprobado por un sector de sus aliados de izquierda, lo que se convertiría en un lado vulnerable de su campaña. Asimismo, Alan García, pese a todo, es menos resistido por el empresariado nacional e internacional. En consecuencia, si aún no se sabe quién es el candidato que enfrentará a Humala, nada está dicho sobre una segunda vuelta que no dejará de ser dura y polarizada.
Para los analistas el nacionalista: no ganará en segunda vuelta
La Primera, 11 de abril del 2006

Ven difícil que Ollanta Humala pueda llegar a la Presidencia de la República.
Tal parece que las cosas se le pondrían color de hormiga en esta segunda vuelta a Ollanta Humala. Para los analistas políticos Eduardo Toche y Manuel Saavedra, sería casi imposible que el líder nacionalista gane esta vez, independientemente que sea Lourdes Flores o Alan García quien pase a la segunda vuelta con él.
Para el analista Eduardo Toche, Humala, al haberse personificado como el candidato antisistema, estaría impedido de establecer diálogo con otras tiendas para fortalecer su posición en la segunda vuelta. Siendo así, afirma Toche, la candidatura de Humala estaría en una situación difícil.
“La manera como se han ubicado las preferencias electorales hace suponer que Humala muy difícilmente ganará en una segunda vuelta. Así pase Lourdes o Alan, creo que la candidatura de Humala ha entrado en una situación bastante difícil”, razonó.
Según Toche, para luchar en la segunda vuelta, Humala tendría que volverse lo que tanto criticó: un político tradicional, al bajar el nivel radical de su discurso para ganar adeptos. Aunque, aseguró, esto es muy difícil puesto que caería en contradicción con lo dicho anteriormente.
“Cómo empezar a hacer lo contrario sin que esto parezca contradictorio. No tengo idea de cómo se haría, pero creo que va a ser muy difícil. Tendría que volverse un político tradicional como el que tanto critica, aunque al entrar al sistema él también es un político tradicional. Pero ahora las circunstancias han hecho que él tome conciencia de tal situación”, anotó.
SABOR A DERROTA
Por su parte, Manuel Saavedra, sostuvo que este resultado tendría sabor a derrota para Humala, puesto que el candidato nacionalista esperaba un mayor caudal de votos en la primera vuelta y no el escaso 30% que se le otorga hasta el momento.
Además, indicó que con esta pequeña base electoral se le hará muy difícil ganar.
“Si bien es cierto está en primer lugar, para él los resultados deben de tener un sabor a derrota y eso, lógicamente, va a dificultar muchísimo la posibilidad de que pueda triunfar en segunda vuelta, cualquiera sea el candidato que lo acompañe”, resaltó.
Asimismo, Saavedra señaló que el discurso violentista de Humala habría tenido un efecto boomerang, puesto que si bien le generó una gran cantidad de votos en primera elección, también le habría creado un antivoto muy grande que podría crecer para esta segunda vuelta.
Sinesio López: “Una alianza de centro derecha es un gran riesgo”
María Elena Castillo
La Republica, 11 de abril de 2006

SINESIO LÓPEZ. “La votación de Ollanta Humala es el grito y la esperanza de los excluidos, de los pobres que exigen un cambio del modelo económico”.
• Sociólogo y director de la Biblioteca Nacional advierte que si Alan García pasa a la segunda vuelta se formará una coalición con Lourdes Flores.
• Señala que el respaldo de Humala es la exigencia de la población por el cambio en el modelo económico y en la forma de democracia.
–¿Cómo evaluar estos resultados de fotografía, que pasadas 24 horas no permiten anunciar a los candidatos que pasan a segunda vuelta?
–Son casi tres tercios. Refleja un mapa electoral, en el que podemos ubicar, social y políticamente, a la derecha, centro e izquierda, colocando a Humala generosamente en la izquierda. Muestra que hay tres fuerzas importantes que expresan la división que hay en el país.
–Fuerzas que pugnan entre sí.
–La votación de Humala es el grito y la esperanza de los excluidos, de los pobres, que a través de él se expresan políticamente, exigiendo un cambio en el modelo económico, en la forma de procesar la democracia. La clase media empobrecida y los sectores populares se expresan en el Apra; y la clase media alta y los sectores empresariales lo hacen en Lourdes Flores. Y frente a la fragmentación de candidatos la ciudadanía dio su respaldo máximo a 5 ó 6 fuerzas, entre grandes y pequeñas. En ese sentido la gobernabilidad es viable.
–¿De qué manera?
–Mediante una coalición. Si pasa Lourdes, habría una coalición de centro-izquierda entre el Apra y Humala. En términos sociológicos, la masa del Apra es más parecida a la de Humala. Y en términos políticos programáticos las propuestas también se aproximan en el tema del cambio en el modelo. Pero además, el Apra podría darle una fórmula democrática a Humala.
Los excluidos
–¿Y si Alan García pasa a la segunda vuelta?
–Se formará una coalición de centro derecha, es decir, entre Alan García y Lourdes Flores. Es muy difícil que haya una coalición Humala-derecha. El voto de Lourdes puede ser canalizado hacia lo que ellos creen es el mal menor y no al “demonio” que ellos crearon en Humala.
–¿Esta unión de Lourdes y Alan respondería a lo que ellos han llamado la lucha entre democracia y dictadura?
–En este escenario electoral hubo dos juegos legítimos, por un lado el de democracia-dictadura, que a última hora plantearon Lourdes, Alan y otros candidatos, apuntando a Humala como un riesgo dictatorial; y el otro juego fue el de continuidad–cambio, planteado por Humala. Y el electorado exigió un cambio en el modelo económico, es decir, ajustes que lo hagan más social, sin el diluvio hacia arriba y chorreo tacaño hacia abajo. Una coalición de centro-izquierda puede contribuir a estos cambios dentro de fórmulas democráticas.
–Pero todos lo han ofrecido, incluso Lourdes Flores.
–El riesgo que veo en una coalición de centro-derecha es que deje afuera a los excluidos y los pobres. Pueden decir que tendrán políticas económicas y sociales pensando en los que menos tienen, pero si no lo han hecho en décadas ¿qué garantiza que ahora lo harán? Y eso va a producir un problema de gobernabilidad, movimentismo continuo.
–Con protestas y movilizaciones
–Y se corre el riesgo de que se maneje con palos, con represión.
–¿Pero un gobierno de Humala no ahuyentaría a los empresarios, generando crisis económica?
–También se corre ese riesgo, que los empresarios se pueden enconar y amenazar con retirar sus inversiones, pero yo creo que los empresarios que ganan plata nunca se van a ir si les ofrecen seguridad jurídica. No creo que Humala llegue a la locura de expropiar las empresas. No puede hacerlo, estamos en otros tiempos. Tiene que ofrecer seguridad jurídica a los empresarios, para que puedan seguir siendo dueños de la producción y sigan trabajando en base a la oferta y demanda. Pero a su vez los empresarios deben pagar sus impuestos. Si Humala negocia bien no hay por qué temer una fuga de empresarios. Es lo que tiene que hacer, pues la política es el arte de negociar para lograr determinados objetivos.
La izquierda perdió el rumbo de la historia
-¿Qué garantiza que Ollanta Humala cumpla con sus promesas y no salga con una yuca bajo el brazo como hizo Fujimori?
–Es un riesgo que todos debemos evaluar con un outsider. No ocurrió con Toledo, que fue un fenómeno parecido al que vemos ahora, no reprodujo el autoritarismo.
-Pero no tuvo denuncias sobre vinculaciones con Montesinos o violaciones de derechos humanos como el caso de Humala
–Obviamente son los riesgos. En la acción política siempre hay riesgos e incertidumbre, nunca hay certidumbre total en la política. Estamos ante una elección bastante complicada, pero en todos los casos hay riesgos. Y cada fuerza tiene que evaluarlos antes de acordar una coalición.
Murió la izquierda
-¿Que pasó con la izquierda? ¿Por qué no canalizó la exigencia del cambio?
–El sentimiento de cambio que mostraron los electores de alguna manera es un sentimiento de izquierda.
-Pero se lo llevó Humala, que no es precisamente de izquierda ni pertenece a ninguna agrupación.
-La izquierda del 30 y de los 60 se acabó, se agotó. Yo mismo me jubilo. Y ahora la izquierda tiene dos caminos: o se recompone desde abajo con los jóvenes, reinventan una nueva izquierda moderna o lo hace a través de Humala. Es un espacio de expresión de una izquierda nueva. Varios están ya ahí. Y me parece que es el camino ahorita posible.
-Tiene futuro nuestra izquierda?
–En algún momento la izquierda perdió el rumbo en la historia en los años 90, perdió el rumbo cuando se fracturó y hemos ido de tumbo en tumbo. En este momento no hay otra posibilidad, o se renueva o se recicla. Lo segundo es lo más aconsejable.
Todos los escenarios posibles de la segunda vuelta presidencial
Enrique Patriau
La Republica, 11 de abril de 2006

LO QUE SE VIENE
• Mientras se mantenga la incertidumbre respecto a quién deberá enfrentar a Humala en la elección definitiva, se van perfilando las tramas de la próxima contienda electoral.
• Las posibilidades y limitaciones de Ollanta, Alan y Lourdes son exploradas aquí.
1. Ollanta contra Lourdes
A pesar de que el 17 de marzo Apoyo registró un empate entre ambos, Flores Nano –lo dicen los más recientes sondeos– vencería a Humala en la segunda vuelta si logra pasar la primera valla. Hasta el cierre de edición esta posibilidad se le complica.
Según la encuesta de Apoyo del 2 de abril la candidata de Unidad Nacional (UN) ganaría por 55% contra 45% al líder nacionalista.
Sin embargo, provoca hacerse algunas preguntas, entre ellas hasta qué punto estas cifras pueden mantenerse en el tiempo, o establecer una tendencia. Rolando Ames, ex integrante de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, responde: “Son una base, pero seguramente mucha gente redefinirá su voto en el camino”. Y entre ellos, los apristas.
Al estar, en este escenario, García fuera de competencia, su caudal electoral tendrá que hallar un nuevo destino. ¿Qué podría pasar en ese caso? Un estudio de la Pontificia Universidad Católica previo a las elecciones revela que 7 de cada 10 votos del APRA irían a parar a UN y los otros 3 a Unión Por el Perú (UPP).
Otra posibilidad es que la dirigencia aprista decida apoyar públicamente a Lourdes bajo la premisa de que la continuidad del sistema democrático se encuentra en peligro. Pero acá surge una nueva pregunta: ¿Qué capacidad de endose real tiene Alan García? Además, como dice Ames, es muy posible que los simpatizantes apristas de los departamentos más pobres (donde UPP quedó primero) se animen a respaldar a Humala, incluso por una suerte de identificación social y racial.
2. Ollanta contra García
En las semanas previas a las elecciones del domingo, García se presentó como el único capaz de detener el “peligro autoritario” que teóricamente implica Humala.
El ex ministro del Interior y analista político Fernando Rospigliosi piensa completamente distinto: “Si Alan pasa a la segunda vuelta, veo difícil que gane porque tiene un alto rechazo. Lourdes tendría en cambio muchas más posibilidades”.
Lo del rechazo no parece cuento. La mayoría de encuestas precisan que en la eventualidad de una segunda vuelta que enfrente a Humala y a García, el primero se llevaría el triunfo final. Así lo han registrado, entre otras, la Universidad Católica y Apoyo. Y esta última, en su sondeo del dos de abril, señaló que hasta el 33% de quienes apoyaron a Lourdes en la primera vuelta preferirían votar en blanco o viciar el voto antes de marcar la estrella (o la olla).
De nuevo, tales tendencias han sido registradas antes del domingo. “A medida que avanza la segunda vuelta, los votos nulos y en blanco se reducen sustantivamente”, afirma el ex jefe de la ONPE Fernando Tuesta. Dicho de otro modo, no sería extraño que buena parte de los votos de Lourdes emigren efectivamente hacia García. Todo depende de cuánto le teman a Humala.
3. La campaña de Ollanta
De acuerdo, llegó a segunda vuelta, ¿y ahora? ¿Qué tipo de estrategia configurará? Más específicamente: ¿será capaz de concretar alianzas? Para un candidato que se ha esmerado en decir que esta elección es una competencia entre él y todos los demás, la empresa se torna harto complicada.
“Manteniendo un discurso así de confrontacional, seguramente perderá. Tendría que cambiarlo”, dice Ames.
Y no debería perder tiempo. Hasta el momento, los resultados oficiales de la ONPE indican que Humala roza el 30% de los votos. UPP definitivamente aguardaba un respaldo abrumador.
Ahora, también es cierto que en la mayoría de los departamentos, sobre todo en los menos favorecidos, Humala se impuso sobre sus competidores. Eso, de acuerdo con Ames, lo coloca en una posición expectante. “Es el mejor ubicado en dos tercios del territorio nacional”, indica.
Otro punto importante es si la inminente presencia de Humala en segunda vuelta acentuará la polarización. El historiador Nelson Manrique señala: “Creo que esta nueva etapa será menos confrontacional que la primera vuelta porque los grupos de poder económico van a tener que portarse más cautos ante la posibilidad de que Humala salga elegido. Por eso no les convendría atacarlo”.
Durante esta campaña se han configurado dos ejes de debate: democracia versus autoritarismo y desigualdad versus reforma social. Humala, qué duda cabe, incidirá en esto último.
A ponerse de acuerdo
La Columna del director, Juan Carlos Tafur
La Primera, 11 de abril del 2006

Si el mensaje de Humala de gobernar en base a una amplia convocatoria a personas y agrupaciones ajenas a su agrupación partidaria –tema que, sin duda, obedece a una lectura correcta del resultado electoral– no es más que una estrategia que le permita lograr una mayoría en el Congreso, significará que no ha entendido cabalmente lo que significa el desafío de gobernabilidad que le vendría en suerte si es que resulta ganador en la segunda vuelta (hecho improbable, pero posible).
Por lo pronto, ese escamoteo de la realidad se logra percibir en las declaraciones de su primer vicepresidente, Gonzalo García, quien ha anunciado que se conversará con el Frente de Centro y Restauración Nacional, con el evidente objetivo de obtener una mayoría en el Parlamento y punto.
La verdadera concertación que el país espera es la que se deberá producir entre el ganador –sea quien sea– y por lo menos una de las dos fuerzas más representativas, como son el APRA y Unidad Nacional, o la propia UPP, si ésta pierde en la jornada definitoria.
La sumatoria de votos para alcanzar 61 en el Congreso es una banalidad a la hora de mirar el verdadero escenario de conflicto y de inestabilidad, como es la calle, desde las cúpulas empresariales, hasta los gremios sociales, pasando por los sectores no organizados de la ciudadanía.
En principio, nunca hemos sido defensores de gobiernos que se construyan en base a consensos que signifiquen rebajas en los programas de gobierno y transacciones que supongan concesiones, pero el país no está para tafetanes.
No hay, en el fondo, además, mayores discrepancias en la identificación de ciertas líneas de acción. La reforma del Estado, la lucha frontal y radical contra la pobreza, la modernización de las formas representativas de la democracia, la profunda reforma del sistema judicial, por lo pronto, son algunos puntos en los cuales se pueden lograr acuerdos.
Si ello desemboca en un cogobierno abierto y explícito, tanto mejor, pero si eso no fuera posible, pactos específicos con objetivos determinados sí son factibles y deseables.
En cualquier caso, lo cierto es que de no hacerse así, lo que se avizora es una plataforma de colisión inminente y acelerada, que impedirá la buena marcha gubernativa de quien quiera que ocupe el sillón de Pizarro a partir del 28 de julio.

Written by Michael Ha

April 11th, 2006 at 9:15 am

Posted in Political Parties

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