Peru Election 2006

The archived version

Broadening the Electoral Base: The Challenge Ahead for Humala & Garcia

without comments

info060510_G_05.jpg
Source: La Republica, 10 de mayo del 2006


Ganar votos que fueron esquivos
Por Ana Núñez
La republica, 10 de mayo del 2006

EL RETO DE ALAN Y OLLANTA
• Candidatos deberán conquistar al 37,8% del electorado que en la primera vuelta respaldó a otros aspirantes a la presidencia
• Carlos Reyna considera que la clave es mantener la radicalidad de sus propuestas, pero con inteligencia.
Aproximadamente 7.5 millones de votos andan sueltos en plaza. Hablamos del casi 38% del total del electorado que en la primera vuelta apoyó a otros candidatos presidenciales menos al del Apra o al nacionalista, y que hoy –que las opciones se redujeron a dos– ha quedado soltero y sin compromiso. Conquistar ese caudal será el principal objetivo de Alan García y Ollanta Humala.
Por eso no es tan cierto que “la lucha será en el sur”, como lo ha dicho el líder aprista en una entrevista que concedió a este diario en los últimos días. La batalla será, como en la primera vuelta, a nivel nacional y en todos los estratos sociales, principalmente el popular que es el de mayor grosor.
Esta tesis es explicada por el analista Carlos Reyna, quien recuerda que Humala ganó en 18 departamentos y no solo en el sur del país, donde obtuvo prácticamente mayoría absoluta.
Reyna refiere que el discurso de Humala tiene más acogida en las zonas rurales o mineras del país (la sierra, la selva y sobre todo el sur), que coincidentemente son las zonas menos favorecidas con el crecimiento económico de los últimos cinco años (ver infografía).
En tanto, añade, el discurso de García recoge aspectos sociales más urbanos, como la jornada de 8 horas y la abolición de los cuestionados services. Por lo tanto, tiene más acogida en la parte más urbana como la costa y el norte del país. Pero los bolsones o bastiones electorales de cada candidato en la primera vuelta pasarán a un segundo plano en esta justa complementaria. Esto, según Reyna, porque se trata de un electorado ya cautivo que repetiría su voto del 9 de abril en los comicios del domingo 4 de junio.
El analista explica que esto se debe a que el liderazgo de uno u otro candidato en las distintas regiones del país obedece, más que a razones estratégicas o de coyuntura, a razones históricas, estructurales y de tradición política.
“El norte siempre ha sido aprista. En las elecciones del 2001 García ganó en las mismas zonas que ganó en los comicios últimos. Y Ollanta Humala ha ganado prácticamente en las mismas zonas que ganó Alejandro Toledo en las elecciones pasadas”, comenta.
El reto es…
Hecha esta explicación, señala que el punto ahora es que el mandatario aprista y el líder nacionalista se disputarán aquel electorado que les fue esquivo en la primera vuelta y que optó por respaldar a alguno de los otros 18 candidatos presidenciales.
Advierte, sin embargo, que ninguno de los dos candidatos podrá captar el íntegro de ese electorado, por lo que lo importante será cuál de los dos logra atraer a la mayor parte de este casi 38% que está en disputa.
A decir de Reyna, casi la totalidad de ese electorado está integrado por clases populares, por lo que no necesariamente el secreto del triunfo estará en la moderación de los discursos ni en la disolución de las propuestas radicales de ambos candidatos.
“Al contrario, eso puede ser el camino a la derrota, que es lo que le pasó a García en el 2001. En la segunda vuelta del 2001 se moderó y Toledo le ganó. Entonces, creo que ambos partidos deben enfrentar el problema de cómo mantener la radicalidad de sus propuestas pero de manera inteligente”, señala.
Según Reyna, Humala podría canalizar parte del electorado en disputa si levanta más las reivindicaciones sociales y laborales que fueron parte del discurso de García en la primera vuelta y la bandera de la reforma de la Fuerza Armada y de un control más democrático de esos institutos, de modo que depuraría su imagen de la aureola militarista que ciertos sectores le han levantado.

Lima: la mayor plaza en disputa para la segunda vuelta
La República, 11 de mayo del 2006

DOS MILLONES Y MEDIO EN LA MIRA
• Humala y García deberán centrar sus campañas en los limeños que no votaron por ellos el 9 de abril.
Con casi 5 millones de electores hábiles, Lima metropolitana se convertirá en esta segunda vuelta en uno de los principales caudales electorales a disputar por los dos candidatos presidenciales en contienda. Más aún si se tiene en cuenta que el 60% de ese electorado, más de 2.5 millones de votos, se quedó sin candidato luego de que las probabilidades se redujeron a dos: o Alan García u Ollanta Humala.
Según explicó a este diario el sociólogo David Sulmont, miembro del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica, al haber obtenido una votación muy similar en Lima en la primera vuelta, para el candidato aprista y el líder nacionalista está claro que la ciudad capital es una plaza decisiva en la justa complementaria.
Según el análisis de Sulmont, de esos 2.5 millones de electores, aproximadamente un millón de ellos optaría por respaldar a Alan García; y un segundo millón de electores –que pertenecerían fundamentalmente a sectores populares– “no está a priori ganado para nadie” y, por el contrario, está a la espera de ser conquistado.
“Se trata de un electorado que tiene que ser convencido. Si bien lo más probable es que en Lima García canalice el electorado de Lourdes Flores, hay que tener en cuenta que si ese electorado pertenece a los sectores populares no es un voto tan ideológico sino más bien práctico y que puede estar abierto a ser convencido por cualquiera de los dos candidatos”, explicó. Finalmente Sulmont estimó que lo más probable es que en la segunda vuelta disminuya el número de votos en blanco y viciados en Lima.
Precisión
LA PELEA. Será en los sectores populares de Lima (un 40% del total del electorado) donde García y Ollanta enfrentarán sus mayores batallas, según David Sulmont.

La credibilidad será determinante
La República, 11 de mayo del 2006

• Sociólogo David Sulmont: El cambio que reclama la población no es necesariamente radical.
Si se toma en cuenta que Alan García y Ollanta Humala tienen discursos con elementos similares, será el que resulte más creíble para el electorado quien logre canalizar un mayor número de votos en la segunda vuelta electoral, advirtió el sociólogo de la Universidad Católica David Sulmont.
Refirió que en esta justa complementaria los dos candidatos tendrán que evaluar qué espera el electorado, cuáles son sus demandas, temores y expectativas En ese sentido, Sulmont consideró que la tendencia predominante en la población es el deseo de un cambio, pero no necesariamente radical.
“Creo que hay una urgencia de cambio pero dentro del orden, una exigencia por acercar más el Estado a los sectores populares que se sienten más excluidos”, dijo.
“Ambos candidatos tienen en sus mensajes ese tipo de elementos, por lo que creo que ahí el tema es cuál de los dos resulta más creíble”, finalizó Sulmont.

En Busca del Voto Escondido
Caretas 1924, 11 de mayo del 2006, pp.10-15

El lunes 8, en San Martín de Porres, distrito en que quedó tercero el 9 de abril, Alan García lanzó su batalla por Lima.
Con las masas y las cúpulas, parece ser la fórmula táctica del Apra para la segunda vuelta. En efecto, al mismo tiempo que reestrenaba el frente social y estrechaba vínculos con líderes de otras fuerzas políticas, su candidato presidencial iniciaba incursiones en territorios que le fueron adversos en la primera vuelta, sin perjuicio de reafirmar mítines en las áreas en las que su predominio está fuera de discusión.
En Puno y en Lima (San Martín de Porres y Villa El Salvador), ha probado suerte. Los mítines han sido exitosos; pero es bien sabido que las concentraciones de masas no son índice seguro de apoyo ciudadano. Sin embargo, pueden ganar imagen y captar a indecisos. En cuanto al frente social, la señal de partida se dio el sábado en un almuerzo de variado menú político en el Hotel María Angola de Miraflores. Al mismo tiempo menudeaban los encuentros con dirigentes de otros partidos.
“Sácame bonito”, bromeaba Osvaldo Cattone frente a la cámara. “Si eres aprista y además sales feo estás jodido”. Como es su costumbre, el director teatral no admitiría un pelo fuera de lugar. Y, a ojo de buen cubero, las colas alrededor del centro de convenciones del Hotel María Angola también guardaban las ordenadas formas impuestas por la ocasión, las corbatas y el sosiego miraflorino del sábado a la hora del almuerzo. Pero la armonía se iba desvaneciendo con la cercanía a las puertas, cuando pequeños tumultos ya pugnaban por entrar y los empujones tímidos se abrían paso. “¡Disciplina, compañeros!”, exigió alguien con una sonrisa en los labios.
Adentro, con el paso de los minutos y el correr del trago, los pancitos con mantequilla iban siendo roídos. Todavía estaban lejanos los platos de pavo, arroz y ensalada rusa con jamón. Había que pasar primero por la recatafila de discursos y aguantar los torniquetes en las tripas.
El besamanos a Alan García incluyó las venias del ex alcalde de San Juan de Lurigancho, y entusiasta fujimorista, Ricardo Chiroque. La flexibilidad del Frente Social se confirmó cada vez que la locutora mencionaba al alcalde del Callao, Alex Kouri, y AGP aplaudía con notorio entusiasmo.
Jorge del Castillo, en su vergel, fue casi tan aplaudido como el candidato presidencial. Varias intervenciones intrascendentes fueron sucedidas por algunas más reveladoras. Ricardo Vega Llona, ex presidente de la CONFIEP (la misma condición de Manuel Sotomayor, otro asistente), reconoció la “campaña sensacional” de Alan García, y el embajador José Antonio García Belaunde delineó las líneas de la política exterior con abiertas alusiones a Hugo Chávez y Ollanta Humala y propuso el liderazgo alternativo de AGP en la región (“entender al Perú insertado en el mundo… Desafiar los nacionalismos trasnochados… Representar una respuesta a la confusión existente de América Latina”).
Diálogos a Mil Por Hora
La presencia en la velada del ex candidato presidencial Natale Amprimo estuvo entre las más comentadas. Posteriormente, Amprimo ha hecho el tour de medios para explicar su respaldo (“no es hora de tímidos ni vacilantes”). Aunque ha descartado negociación alguna trascendió que el Ministerio de Justicia revoloteó en las conversaciones.
El ejemplo de Amprimo recuerda al APRA en una de las dimensiones menos reconocidas por sus adversarios. La máquina parlamentaria de Alfonso Ugarte se mantiene aceitada en tiempos en que se encuentran fuera del gobierno. Es decir en casi todos.
En la primera legislatura del 2004 correspondía a los apristas la Presidencia en la Comisión de Constitución. Se la cedieron a Amprimo y él también fue su carta del consenso cuando, en julio de ese año, apoyaron a Antero Flores Aráoz a la cabeza del Congreso con la condición de que el joven abogado lo secundara en la lista.
Alan García y Amprimo se cruzaron en el aeropuerto Jorge Chávez poco antes de la primera vuelta de las elecciones. García lo saludó efusivamente y lo felicitó por la “digna” campaña que llevaba a cabo. Las palabras del ex presidente sonaron celestiales a los oídos de Amprimo, cuya opción no remontaba en las encuestas.
Junto a los gestos de cortesía política, los apristas se aseguraban de servir la torta en porciones muy pequeñas. La polarización siempre fue un punto a favor de García. Basta recordar las denuncias de Jorge del Castillo sobre intentos oscuros de comprar candidaturas “chicas” como la de Jaime Salinas.
Mucho se ha pretendido criticar la decisión de Valentín Paniagua de no retirar su plancha. Pero, en las alforjas de Lourdes Flores, casi igual de determinantes hubieran resultado los 40 mil votos de Amprimo. Esta semana, trascendió, se producirían conversaciones con Alberto Borea.
El fantasma sectario que ronda al APRA parece desvanecerse en el hemiciclo. Con Unidad Nacional prematuramente desmenuzada –y Lourdes Flores sembrando dudas injustificadas en torno al proceso– la maquinaria pedalea silenciosa con algunos de sus componentes. El apartado Antero Flores Aráoz preside ahora la Comisión de Constitución y desde allí empuja iniciativas de interés para la imagen electoral del aprismo. Más específicamente, la reducción del margen de inmunidad para los parlamentarios y la disminución de prebendas y gollerías.
Los canales también se abren con Rafael Rey de Renovación y Marco Parra de Solidaridad Nacional. Al almuerzo del María Angola asistieron dos jefes de comisión del plan de gobierno de Unidad Nacional. Los contactos no se quedan allí. Paniagua recomendó el nombre de Juan Incháustegui, ex jefe de su plan, para sumar esfuerzos. Es probable que en un hipotético gobierno aprista vuelva a ocupar el despacho de Energía.
Debate y Transparencia
En la tarde del lunes 8 fue anunciado que Jorge del Castillo y Carlos Torres Caro, designados por sus respectivos partidos, acordarían la realización del debate presidencial en una fecha por ser anunciada.
Se veía venir. El debate no suele ser determinante para cambiar el curso de una elección, pero sacarle el cuerpo sí equivale a perder preciosos puntos en las encuestas. Humala, de nuevo, no podía darse ese lujo.
Pero en lugar de aprovechar plenamente las resistencias de su rival, García provocó sus propias dilaciones con la negativa de dejarle a Transparencia la organización logística del encuentro. La grima ya parece pura terquedad.
Sin embargo, al acercarse a los predios alanistas se escuchan razones que van más allá de la situación de Salomón Lerner. Siomi era presidente de Transparencia en el 2001 y luego de las elecciones se pasó rápidamente al bando de Alejandro Toledo. Como resultado del chasco, tendrían que reconocerlo los apristas, se modificaron los estatutos de la organización para impedir que los directivos de la organización participen en la vida pública del país hasta cinco años después de su renuncia a Transparencia. Pepi Patrón y Percy Medina, por ejemplo, han mostrado una conducta intachable.
Aun así, el resentimiento del partido con quienes no reparan en ocultar sus fobias políticas aflora en momentos como el actual. Quienes negociaron el debate anterior en representación de García se apresuran en señalar a integrantes pasados y presentes de Transparencia como furibundos antiapristas. El caso más comentado es el de la directora del consejo directivo, Cecilia Blondet.
Campaña de Iconos
El lunes 8 se lanzaron los nuevos comerciales televisivos para apuntalar la candidatura aprista. A los iconos como el Lago Titicaca, el complejo arqueológico de Chan Chan y Machu Picchu (“historia, riqueza, potencia peruana”) se suma el propio candidato (Alan Perú), a quien su comando califica de icono político. Los afiches serán específicos con los escenarios de cada región.
Aunque Humala no ha resultado ser el paquete que los apristas hubieran esperado, García y sus colaboradores pretenden subrayar las debilidades de las que el candidato nacionalista adolecería en esta segunda etapa. Humala, señalan, viene quejándose demasiado. “No está en condiciones de quejarse porque está mal en las encuestas”, resume un miembro del equipo. “Culpa a Alan por lo que sea, anuncia que se viene una supuesta campaña sucia. Eso es muy malo para un candidato”.
La esquizofrenia política y el doble discurso son otras taras identificadas por los apristas en Humala. Pero sus adversarios pueden enrostrarle lo mismo a García. Su Frente Social debe ser tejido con filigrana.
Ahora AGP se refiere a los tres mensajes correspondientes a las grandes porciones del electorado. A su propio bolsón se suma el de Lourdes Flores (“los países que más rápido emergen lo hacen por el sueño de la clase media”, dijo el sábado) y el voto urgente, desesperado, que favoreció a Ollanta Humala. El último seguirá siendo atendido con la insistencia de la gota china mencionada por García (CARETAS 1908). Este fin de semana vuelve a Puno y sus viajes allí durante esta campaña se acercan a la veintena.
En el evento del María Angola, y su discurso el lunes en San Martín de Porres, envió guiños tranquilizadores a esos sectores “modernos y abiertos”, traumatizados por su primer gobierno. García intentará hablarle a todo el mundo equilibrándose en un monociclo. Querrá salir bonito, pero en carrera electoral corre el riesgo de retocar demasiado la foto (E.CH.).

Written by Michael Ha

May 11th, 2006 at 5:31 am

Spam prevention powered by Akismet