Peru Election 2006

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Is Ollanta Humala a Leftist? The View of Hugo Blanco

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An interesting op-ed by Hugo Neira offers Hugo Blanco’s view of Ollanta Humala.


¿Humala de izquierda? La opinión de Hugo Blanco
Hugo Neira.
La Republica
13 de mayo del 2006

¿Cómo es posible que haya quienes a tres semanas de las urnas duden de que la disyuntiva es entre democracia o autoritarismo? Qué de esmerados pudores que finalmente favorecen a Ollanta Humala. ¡Qué aspiración a olvidar su propia vergüenza de derrotados! Entretanto, una encuesta de IMA, en Lima, señala que un 52 por ciento de consultados piensan que ese es el debate de fondo. Pero no faltan los bacanes, los especialistas en ponerse de perfil. No todos: aplaudo vivamente a quienes sin pizca de compromiso con Alan García han salido al ruedo a decir que el dilema de fondo es que se pierda la poca democracia y libertad que hoy tenemos.
Ejemplarmente Moises Lemlij: “No es el momento de abstenerse ni en el ánfora ni en la vida”, en El Comercio, a plena página, 10 de abril. Ejemplarmente Gustavo Gorriti, en dos números seguidos de Caretas; destacaré una de sus frases: “Alan García no podría ser un dictador aunque lo quisiera; Ollanta Humala no podría ser un demócrata aunque lo intentara”. Bravo por ambos. No andan con paños tibios.
Entretanto el hitlerhumalismo finge moderación, esconde su duplicidad, como solicitar visas que se sabe le van a rehusar. Buscan, además, la neutralidad de una izquierda oportunista que pueda sumarse a la ambición de Ollanta, llegar al poder a como dé lugar. Casi se salen con la suya, pero acaba de surgir otra voz potente, esta vez la de un gran rebelde de toda la vida, y que dice nones. Me refiero a la opinión de Hugo Blanco. Lujo del columnista es ceder su espacio. Para Blanco, los Humala no son izquierda. Lo que abajo sigue, proviene de una carta que me envía desde el Cuzco. Nos conocemos desde los días en que condujo el movimiento sindicalista del valle de la Convención. Movimiento que cambió la vida andina. Blanco es el creador del más eficaz mecanismo de movilización de campesinos de toda nuestra historia. Es un líder rural como los que tuvo la revolución mexicana. A Blanco lo he vuelto a encontrar hace poco en Cuzco. Cuando no anda de viaje, se le encuentra en la Federación Campesina, calle Hospital. En ese local vive y mora, en hospedaje que le conceden sus hermanos sindicalistas, en digna pobreza franciscana, la he visto con estos ojos, celda como de monje, plena de documentos, de petitorios que le envían los campesinos. Y grabé varias entrevistas para un libro en trabajo, una suerte de retorno mío, 4O años después, al escenario de “Cuzco, tierra y muerte”. Pero es una carta suya lo que aquí gloso. Perdona, hermano Hugo, que no la publique por completo, por extensa.
Su carta señala que Ollanta “… entró en la política electoral propagandizado por su hermano Antauro, quien organizó a los reservistas que vendían su periódico Ollanta, muy bien confeccionado para lectura popular y mostrándose anti-sistema. En su prédica reivindicó al movimiento indígena. Eso atrajo a la gente pobre que está harta del sistema. Por lo tanto la corriente ‘humalista’ tiene mucho de positivo” . Luego se pregunta sobre el etno-cacerismo de ambos hermanos. “¿Qué es eso? Es la reivindicación de Andrés Avelino Cáceres que dirigió las guerrillas indígenas de resistencia contra las tropas invasoras chilenas y los abusos que ellas cometían. Naturalmente que aplaudimos esa actitud. Pero ahí no termina la historia. Cuando los guerrilleros indígenas continuaron su lucha contra sus enemigos peruanos, los hacendados, Cáceres los traicionó. Eso le dije a Antauro, él me contestó textualmente: “No solo los traicionó, los hizo fusilar”. Le pregunté si sabía que durante el gobierno de Cáceres los hacendados disfrutaron muy bien. Me dijo que sí, porque “todavía no era tiempo de luchar contra ellos”. Pero Blanco no está de acuerdo. “En mi opinión desde el asesinato de Atawallpa ya era tiempo de luchar contra los invasores y sus herederos, como lo hicieron Túpac Amaru I, Manco Inca. “Blanco reconoce y a la vez critica la reforma agraria de Velasco”. En varios lugares del Perú se produjeron tomas de tierra de las haciendas por parte del campesinado; esto fue contestado a balazos por el gobierno de Belaunde. Ante este panorama los militares comprendieron que el Perú se iba a incendiar si el gobierno continuaba defendiendo a balazos el régimen semifeudal de las haciendas. Entró Velasco Alvarado y decretó la ‘Ley de Reforma Agraria’ para todo el país. Luego agrega: “Considero positiva la liquidación de las haciendas por Velasco, pero junto con el movimiento campesino, he luchado contra sus limitaciones”.
Y aquí lo más fuerte. “ Me he extendido en esto al tratar sobre los Humala porque ellos no reivindican al movimiento indígena democrático y de acción directa, como el del Cusco, las tomas de las haciendas en la época de Belaunde o el movimiento comunero que recuperó las tierras de las falsas cooperativas creadas por Velasco. Sus emblemas son Cáceres y Velasco, dos militares que dirigieron a los indígenas y cuando ellos querían aplicar su democracia indígena, contestaban abaleándolos. El comandante dirige a los indios, y cuando estos se pasan de la raya, los fusila. Por eso no debe extrañarnos que en el partido de Humala se desconozcan los dirigentes o los candidatos elegidos por las bases democráticamente, no se permite que manden las bases, manda el comandante. Nosotros estamos por el movimiento indígena democrático, donde el movimiento no es guiado por ningún comandante ni caudillo, sino por sí mismo”. En fin, Blanco observa algo más en Ollanta: “Puestos en una balanza los miles de indígenas muertos, frente a sus asesinos de la “familia militar”, él está con la “familia militar”. Quien le ha contestado al dirigente cuzqueño es el propio Antauro. Hay una polémica que circula en internet entre ambos, y a la que volveré. Por el momento resulta claro, aunque Ollanta sonríe y diga que no, que su candidatura –seguidor de Hugo Chávez y de una Venezuela donde ya acabó la democracia del voto secreto–lleva en el vientre el embrión del caudillismo dictatorial. Por eso aquí recojo el espíritu republicano y el gesto de coraje de unos cuantos. El de un Hugo Blanco de cabeza cana e ideas claras y el limpio corazón de siempre. El de Moisés Lemlij y Gustavo Gorriti. Cuando se escriba la apurada historia de estos días, se tomará en cuenta el puntual compromiso con la libertad de los mencionados, al lado de las doctas tinieblas que le tienden la cama al comandante.

Written by Michael Ha

May 13th, 2006 at 6:13 pm

Posted in Political Parties

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