Peru Election 2006

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La opinion de Santiago Roncagliolo sobre las elecciones

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Santiago Roncagliolo (ganador del premio Alfaguara 2006 por Abril Rojo, una novela marcada por la acción de Sendero Luminoso y la represión del gobierno de Fujimori) escribe su breve opinion sobre la nueva composicion de la politica peruana.



“Distribución de la riqueza más justa”
Santiago Roncagliolo.
Clarin 05.06.2006

La segunda vuelta electoral que ayer celebró el Perú puso a los analistas en un serio aprieto: cómo explicar que el país tuviese que optar democráticamente entre un militar sin más carrera política que un cuartelazo y el presidente que nos llevó a la peor crisis económica de nuestra historia. Los diversos observadores barajaron varias hipótesis: amnesia histórica, ignorancia generalizada y estupidez crónica eran algunas de ellas. Pero para quien no quede satisfecho con reemplazar los análisis por insultos, hay una explicación sencilla: tenemos demasiado pobres. Para ser precisos, el 50% de la población. Nótese que es casi la suma exacta de votos que obtuvieron García y Ollanta en la primera vuelta.
La pobreza determina la percepción de los candidatos. Para el votante que no tenía nada antes de García y nada después, ese gobierno no significó una crisis especialmente severa. Y, por supuesto, para quien está preocupado por qué va a comer mañana, la democracia en sí resulta una preocupación demasiado abstracta. De hecho, una reciente encuesta le concedía apenas un magro 7% de popularidad entre los peruanos, muy por detrás del empleo, la educación, la salud y la pobreza misma.
¿Fueron entonces un fracaso las políticas liberales implementadas en los últimos cinco años? Hay que admitir que lograron reducir la pobreza, exactamente en un 2%. A este ritmo, el problema quedaría erradicado en 125 años.
Es difícil, pues, convencer a los peruanos de que la continuidad de las políticas económicas resolverá sus problemas más acuciantes. No quiero dilucidar quién tiene razón o no, sólo digo que, en términos de marketing, no resulta persuasivo ofrecerle estabilidad a quien es establemente miserable.
En ese sentido, el discurso liberal sobre la estabilidad y la inversión extranjera como generadora de riqueza es percibido por la mitad del Perú como una falacia destinada a garantizar los privilegios de las elites. Y eso ha sido el gran error de los empresarios peruanos durante décadas: no se han aliado nunca con los líderes políticos para crear un proyecto más allá de la coyuntura. Con gobiernos populistas como el de García no reinvirtieron en el país, con gobiernos corruptos como el de Fujimori pactaron por debajo de la mesa —y hay videos que lo muestran—, con gobiernos liberales como el de Toledo no aceptaron aumentar la presión fiscal más allá del 13%. En el liberal Chile, su supuesto modelo, la presión es del 18%.
Así, las clases más poderosas han creado a sus propias bestias negras electorales. La lección de las urnas es clara: los votantes exigen una distribución de la riqueza más justa. Y los únicos que la han ofrecido son García y Humala. Quizá no sean las opciones que más les gustarían a los peruanos, pero son las que hay. Quizá no digan la verdad, pero al menos hablan del tema.
Ahora bien, en una democracia, izquierda y derecha se necesitan mutuamente. El voto por Ollanta en primera vuelta mostró que un 30% de los peruanos no creen en ningún político que conozcan y prefieren el salto al vacío. Independientemente de nuestro nuevo presidente, ese porcentaje crecerá si los políticos de todas las tiendas no consiguen un consenso que resuelva los problemas de los ciudadanos. En ese caso, se desacreditará la democracia. Y la bala que espera en la recámara para darle el tiro de gracia se llama Alberto Fujimori.
No espero que los políticos y los empresarios hagan nada en nombre de un país mejor. Pero creo que, si ven amenazados su propia posición, quizá comprendan que un país más justo es una inversión que los beneficia directamente.

Written by Michael Ha

June 5th, 2006 at 5:48 pm

Posted in Vox Populi

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