Peru Election 2006

Ante la noticia publicada por el diario Perú 21 sobre un oficial del Ejército dispuesto a corroborar las denuncias por crímenes de lesa humanidad que habría cometido Ollanta Humala cuando se desempeñó como jefe de la base Madre Mía, en Tingo María, el candidato presidencial de Unión Por el Perú (UPP) les responde.

Ollanta Humala pide a colega que muestre la cara
Por: Moisés Ávila Roldán (Enviado especial a Ica)
Perú 21, 20 de marzo del 2006.
– Insiste en que tiene la conciencia tranquila y que está dispuesto a declarar ante el PJ.
– Candidato de UPP recorrió Ica y realizó un concurrido mitin en la plaza de armas.
Ni Alexander Milne -creador del famoso Winnie Pooh- ni mucho menos los animadores de Disney hubieran imaginado que una réplica peluda de su popular oso naranja terminaría algún día agitando la bandera etnocacerista, con vincha incluida, trepado de un camión en San Antonio de Cañete, y bajo casi 25 grados de temperatura. Hace un año, el comandante en retiro Ollanta Humala seguramente tampoco imaginó que su discurso simple, contestatario y muchas veces sin propuesta concreta lo colocaría primero en las preferencias electorales. Abrazado del Pooh, puede que haya pensado que todo esto sigue siendo aún un cuento de hadas.
Pero la vida real es distinta. La noticia publicada hoy por Perú.21 respecto de la aparición de un oficial del Ejército dispuesto a corroborar las denuncias por crímenes de lesa humanidad que habría cometido el ahora candidato presidencial de Unión Por el Perú (UPP), cuando se desempeñó como jefe de la base Madre Mía, en Tingo María, no agradó mucho al líder nacionalista.
Durante un alto en su trayecto a la ciudad de Ica, Humala -un poco incómodo por cierto- pidió a su colega que diera la cara.”Yo no sé de dónde saca esa información Perú.21. Yo estoy con la conciencia tranquila. Si tienen algún testigo, que dé la cara, que salga inmediatamente”, pidió. “Comenzaron a inflar el globo del informe de eficiencia, hasta que yo mostré la fotocopia. ¿Dónde está esa comisión de investigación que quería hacer un grupo de comechados en el Congreso? Hablan de un informante, un testigo. Sáquenlo, que se sepa la verdad”, sostuvo.
DISPUESTO. Respecto de la citación que el Poder Judicial le hará para que se presente en los próximos días, Humala insistió en que no tendrá problema alguno en acudir a la justicia. No obstante, cuando se le preguntó si se ratificaba en que no ha tenido nada que ver con torturas o ejecuciones extrajudiciales, respondió que “no tenía nada que ratificar”. Insistió en que está dispuesto a colaborar y que es el primer interesado en que se sepa la verdad.
RECORRIDO. Humala viste siempre su polo rojo. Sus diálogos más parecen órdenes. Hace las mismas bromas a los simpatizantes que lo esperan en cada ciudad que visita. “Me imagino que en esta ciudad no hay corruptos”, dice. La respuesta de la gente es obvia. Luego viene el planteamiento de la época colonial:”Por eso, cuando seamos gobierno, a todos esos corruptos los vamos a llevar a lomo de burro a la cárcel”, indica. Y claro, la gente estalla en aplausos.
Eso sí, se cuida mucho de no prometer. Pero promete. Promete que habrá trabajo, que habrá educación y salud para los niños y ancianos, que meterá a la cárcel a todos los corruptos, y otra vez trabajo. Y otra vez, tampoco dice cómo lo hará. Insiste también en su oposición a la convención del mar y advierte una revisión de los contratos con las trasnacionales.
CHEQUEADO. El sur de Lima e Ica todavía tienen un fuerte arraigo aprista, pero el candidato nacionalista logra convocar a numerosas personas. En San Antonio, San Luís, Quilmaná, Chincha Alta, San Clemente y Pisco, el promedio fue de 1,200 en cada una. Por la noche sí llenó un poco más de la mitad de la plaza de armas de la ciudad iqueña.
Muy cerca de él siempre está Nadine Heredia, su esposa, quien ayer lucía un polo del mismo color de La Pantera Rosa, con el nombre de su cónyuge escrito en la parte delantera. Quien sí parecía haberse olvidado la camiseta durante varios días en la lavadora fue el candidato a la Segunda Vicepresidencia, Carlos Torres Caro. El número que llevaba inscrito en el pecho se veía con las justas y se apreciaba lo desteñido que estaba.