Peru Election 2006

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Ollanta Humala and Peru’s Democracy

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As Ollanta Humala takes the lead in the campaign, a chorus of analysts has begun to call attention to the implications of an Humala victory for Peru’s democratic regime. Sociologist Julio Cotler, writer Mario Vargas Llosa, and columnist Juan Paredes Castro are among the observers sounding the alarm.


“Vendrían épocas de persecución”
El Comercio, 22 de marzo del 2006

LA DEMOCRACIA EN JUEGO. Mucho se ha hablado de los riesgos que puede correr nuestra democracia luego de las elecciones del 9 de abril. Esa posibilidad es analizada con particular crudeza y lucidez por Julio Cotler Dolberg, prestigioso sociólogo del Instituto de Estudios Peruanos (IEP)
Entrevistar a Julio Cotler Dolberg es complicado. Siempre ajeno a los flashes y las grabadoras, se encarga de descifrar y comprender al Perú desde una sencilla oficina de Jesús María. En el 2005 sostuvo que Ollanta Humala iba a pelear la presidencia y obtendría un 30% del electorado. Dio en el clavo.
En la siguiente entrevista, el experto del IEP habla del movimiento representado por aquel comandante del Ejército que desea llegar a Palacio de Gobierno. Lo hace con sumo y preocupante realismo.
– ¿Cree que nos jugamos la democracia en las elecciones del 9 de abril?
– Creo que la candidatura de Ollanta Humala es una amenaza para la precaria democracia del Perú y su posible desarrollo en el futuro. Decir que se viene un movimiento de 20 años para lograr la unidad nacional es una tesis que choca con la democracia.
– ¿Significa algo que la gente le diga comandante? Incluso hay periodistas que lo reconocen de esa manera
– A cierta gente le gusta el autoritarismo, pero sobre todo la autocracia: esa es la figura caudillesca que supuestamente nos va a sacar de la crisis y a la que le otorgan toda su confianza. Parece que vivimos en el siglo XVIII.
– Ollanta Humala ha declarado en un mitin que desea tener un ejército nacionalista en el Congreso de la República
– Lo que señalan es una expresión bruta de autoritarismo. Descartar la posibilidad de que existan diferentes puntos de vista es volver a los modelos políticos de hace 200 años.
– ¿Por qué en otros países la mano dura se encuentra descartada? Chile y Argentina son un ejemplo de ello. En el – Perú la gente se inclina por ese tipo de opciones
– Aquí no hay fuerzas democráticas. Los partidos políticos no han querido o no han sabido trabajar por la democracia. Siempre se habla del modelo económico, pero nunca del sistema político, importante porque va a canalizar lo primero.
– ¿Nos inclinamos por las opciones de mano dura porque no hemos sufrido experiencias terribles como la de Augusto Pinochet en Chile?
– Pero hemos tenido a Alberto Fujimori y nuevamente vamos a tener lo mismo. Y va a salir otro Vladimiro Montesinos. El gobierno de Ollanta Humala se va a tener que sustentar en el Ejército.
– ¿En qué países aparecen personajes ligados al mesianismo?
– En países muy desiguales, donde hay una profunda pobreza y una vieja tradición de colonialismo interno.
– Y librarnos de esa estirpe nos va a demorar 50 años
– Eso depende del desarrollo de las cosas, del grado de responsabilidad y de conciencia que tengan los políticos para lograr las alianzas que nos permitan salir de la crisis. Si Ollanta Humala logra llegar a Palacio de Gobierno, va a ser el capítulo final del Apra, porque va a ser el primer grupo político en ser atacado, por ser una fuerza organizada. Vendrían épocas de persecución.
CUIDADO CON LA VIOLENCIA
– El perfil del electorado de Ollanta Humala es mayor de 40 años y no ha acabado el colegio. ¿Cree que ese perfil y el discurso radical nos va a enfrentar a un futuro violento? Por cierto, ayer en Huancavelica le han llovido piedras a Lourdes Flores
– Y le van a caer piedras en mayor cantidad. Los reservistas van a ser la masa de maniobra de Ollanta Humala.
– ¿Los va a organizar para que sean su fuerza de choque, como un ejército paralelo?
– ¿Hugo Chávez no lo hace en Venezuela? En Cuba, cuando alguien se opone a la dictadura, la gente es movilizada para pegarle a las mujeres y callarles la boca a los hombres.
– Cuesta creer eso…
– Incluso va a ser mejor que el ejército paralelo de Vladimiro Montesinos, que funcionaba medio escondido. Con Ollanta Humala eso va a funcionar abiertamente, va a ser el pueblo saliendo a la calle para agredir a la gente opositora. Digo que eso puede suceder.
– ¿Usted no cree que el Apra pueda llegar a una alianza con Ollanta Humala?
– ¡Un militar no dialoga!
– Pero las alianzas son normales en una democracia
– Transar es traicionar, un militar no va a hacer eso. Sobre todo si se trata de un movimiento de refundación de la República. Por ello se va a eliminar a los opositores, pues van a salir expresiones como que ellos son vendidos al imperialismo
– ¿Nos esperan momentos peores que los vividos con Alberto Fujimori?
– Por supuesto. Es que no va a haber dudas ni murmuraciones.
SABER ENGAÑAR AL ENEMIGO
– ¿Usted le dio credibilidad a la supuesta pelea entre Ollanta y Antauro?
– Ollanta no ha desarrollado una campaña en contra de Antauro, quien le ha hecho la campaña. Ojo que Antauro es el racista, el enemigo de Chile .
– El malo que sirve para resaltar al bueno. Esa es una estrategia muy sofisticada para un militar que no era muy brillante…
– La astucia forma parte de la formación militar, para saber engañar al enemigo. Es una guerra: nosotros contra los otros. Se llevan las concepciones militares a la política.
– Para no criticar a Antauro, Ollanta supo escudarse en la frase “yo amo a mi familia” que ha enternecido a la gente…
– Sí, claro. ¿Me quiere decir que Ollanta Humala, como jefe del Estado, no va a indultar a su hermanito? ¿No va a nombrar a su padre de embajador en la Unesco?
GERMEN DEL MESIANISMO
– La madre de Ollanta Humala señala que sus hijos se metieron al Ejército porque desde ese lugar era posible un cambio nacionalista. Y tal parece que Ollanta Humala ha madurado ese pensamiento en la Escuela Militar de Chorrillos…
– Desde 1930, en las Fuerzas Armadas ha habido una profunda tendencia populista, autoritaria, vertical y con ansias de renovar lo que existe. Muchos de los generales del Ejército que colaboraron con Juan Velasco Alvarado vienen de esa tendencia.
– En las aulas del Ejército se les hace creer a los cadetes que ellos pueden ser gobernantes de un país
– Para ellos, los civiles somos cobardes, desordenados, irresponsables, no somos patriotas. Se creen los depositarios de la patria y de la nacionalidad.
– Los contenidos de la enseñanza en las escuelas de las FF.AA. se guardan bajo siete llaves. ¿Ese es el germen del mesianismo?
– Siempre. Es Miguel Grau, Francisco Bolognesi, la eterna costumbre de reivindicar la derrota.
EL SECRETO DE LOS VOTANTES
– La gente percibe que Lourdes Flores puede solucionar problemas como la falta de salud y educación, porque tiene un plan de gobierno. Sin embargo, el voto mayoritario es para Ollanta Humala…
– Hay una fractura en el Perú que es racial, de clase y regional. Lo que la gente quiere es orden y disciplina. Se encuentran convencidos de que con Ollanta Humala se van a lograr las metas. La gente cree que va a participar en el gobierno.
– ¿Quién cree que va a ganar en la segunda vuelta?
– No me gusta opinar de esas cosas. El grado de volatilidad electoral es tan grande que se puede esperar cualquier cosa. En 25 años, el Perú ha tenido el mayor grado de volatilidad electoral de América Latina.
– ¿Por qué razones Lourdes Flores ha bajado en las encuestas?
– No tiene un perfil político ni social claro. Y eso ha caminado de la mano con la frase de que es la candidata de los ricos. ¿Quiénes la acompañan en las manifestaciones? Siempre aparece sola. Me parece que su entorno no reconoce que las masas populares ya no se quedan calladas, que se movilizan con rabia y ganas de venganza.
– ¿El empleo no es un eje de campaña?
– Cualquier cosa es empleo. La propuesta de los 650.000 puestos de trabajo se la trajeron abajo
VIENDO LA BOLA DE CRISTAL
– ¿Qué futuro le ve a la Fuerzas Armadas?
– Puede que las Fuerzas Armadas dirijan el Perú. Y luego no pregunten las razones de Chile para comprar tanques.
– ¿Qué le espera al Perú?
– No soy optimista. Pero creo saber lo que va a pasar si Ollanta Humala y su familia llegan al poder. Un millón de personas se irán fuera del Perú. Otro millón de ciudadanos van a ser perseguidos brutalmente al estilo de Cuba o Venezuela.
– ¿Cómo cree que van a recordar al presidente Alejandro Toledo?
– Inocuo, vilipendiado, que ha traicionado las expectativas de empezar las reformas. Una persona que no quiso pelearse con nadie. Le faltaron pantalones, caballero.
El poder militar en los planes del líder nacionalista
Por Juan Paredes Castro
El Comercio, 22 de marzo de 2006

Por las reacciones que estamos viendo El Comercio ha tenido el buen olfato y la oportunidad de advertir la posibilidad de que una eventual victoria electoral de Ollanta Humala pueda abrir las puertas a un proyecto de gobierno indisimuladamente autoritario.
En la medida que Humala no nos diga cómo piensa reemplazar el orden político que busca liquidar, cómo cree generar confianza en las inversiones y en los mercados del mundo con el orden económico nacionalista que piensa impulsar y a dónde quiere llevar la lucha de clases que pretendería manejar directa y verticalmente, vamos a abrigar inclusive peores temores.
A propósito, el sociólogo Julio Cotler ya veía en el 2005 a un Ollanta Humala disputando la presidencia el 2006. Ahora su visión premonitoria se vuelve apocalíptica cuando descubre al líder nacionalista montado, cínica y engañosamente, sobre la fractura social del país y la fragilidad de su sistema político, premunido de una desafiante oferta electoral: la de un eventual gobierno suyo abiertamente antidemocrático y lo que es aún más grave: sustentado en las Fuerzas Armadas.
El peligro autoritario o autocrático de Humala no reside pues únicamente en la conexión que busca su discurso con el reclamo entre emocional y rabioso de mano dura de un tercio del país, al que, como dice Mario Vargas Llosa, no parece importarle la barbarización del país cada cinco años. El peligro apunta más allá: a la resurrección, igualmente cíclica, irresponsable y corrupta, del poder militar al servicio de una causa política mesiánica. Como los golpes de Estado ya no pueden ser gestados desde los cuarteles, la subordinación militar al poder civil convierte las estructuras castrenses peruanas, con toda su precariedad democrática, en el terreno fértil de cualquier aventura política autoritaria. La misma propicia estructura que sirvió al régimen cívico militar corrupto del 90 al 2000, paradójicamente con un origen democrático de elecciones libres. ¿No es acaso la misma figura que asoma ahora a nuestras cabezas frente al proyecto autoritario de Ollanta Humala?
Lamentablemente hemos pasado por alto la necesaria profunda reforma militar. De ahí que las garantías de comportamiento castrense democrático sean mínimas frente a lo que podría representar la subordinación a un humalismo dispuesto a cooptar y envilecer las Fuerzas Armadas, como lo ha hecho el chavismo en Venezuela.
MVLL: Humala pone en peligro la democracia
María Elena Castillo
La República, 22 de Marzo del 2006

LO CALIFICA DE AUTORITARIO
• Dijo que el candidato de UPP impondrá en el país una dictadura como la de Alberto Fujimori.
• Hace unos días criticó también a García.
Una elección de Ollanta Humala como presidente haría peligrar la democracia que con tanto esfuerzo se recuperó, pues impodría un gobierno autoritario y corrupto como el que tuvo Alberto Fujimori en la década del 90, alertó anoche Mario Vargas Llosa, el escritor e intelectual peruano con mayor prestigio internacional.
“Cómo es posible que después de salir de diez años de vergüenza con Fujimori y Montesinos exista hoy día por lo menos un tercio de la población que quiere volver a la dictadura, al autoritarismo, a la prensa sojuzgada, al Poder Judicial manipulado, a la impunidad y al atropello de los derechos humanos”, manifestó al recibir la medalla otorgada por la Defensoría del Pueblo en reconocimiento a su lucha por la democracia, los derechos humanos y la libertad.
El escritor, quien postuló a la presidencia en 1990 por el Fredemo, sostuvo que el candidato favorito en las encuestas –refiriéndose a Ollanta Humala– “nos propone regresar al autoritarismo, a la falta de libertad y legalidad”, siguiendo los modelos impuestos por el presidente Hugo Chávez de Venezuela y por el gobierno militar del general Juan Velasco. Vargas Llosa calificó a Chávez como “el militarote que ha destruido la democracia venezolana y ha creado un sistema autoritario megalómano que trata de justificar con una retórica supuestamente bolivariana”.
Por la democracia
Vargas Llosa sostuvo que está en juego la democracia, pues una errada elección nos hará “retroceder otra vez a un sistema que prescinde de la libertad”.
“La alternativa que tenemos este 9 de abril no es solo un cambio de gobierno, sino de régimen. Lo que está en juego es si vamos a continuar en esta perfectible democracia que nos costó tanto trabajo recuperar, luego de una de las dictaduras más corrompidas y despreciables en nuestra historia”, refirió.
Aseguró que votar en respuesta a “la demagogia, la rabia o el resentimiento que provocan las instituciones imperfectas del Perú”, hará que nos arrepintamos en el futuro, como sucedió con la elección del general Odría, los que aplaudieron a Velasco o a Morales Bermúdez, o los que ayudaron a Fujimori a destruir la democracia.
Hace una semana, Vargas Llosa publicó un artículo de opinión en el que se refería a la falta de memoria de los peruanos que colocaban a García en tercer lugar. Criticó a AGP que –dijo– ha optado por el reggaetón y el perreo para sumar votos.
Un sistema imperfecto
Vargas Llosa sostuvo que en el Perú tenemos una democracia imperfecta, en la que abunda la corrupción y la mediocridad, pero aseguró que es perfectible y la única garantía de que en algún momento habrá menos corrupción en el país.
Indicó que el problema de nuestro sistema es que en lugar de fortalecer la democracia, cada cinco o diez años le sucede una dictadura, que “nos hace retroceder, barvarizar y empobrecer”.
“Todavía podemos movilizarnos quienes creemos que la libertad es indispensable no solo para defender los derechos humanos sino para progresar y crear empleo.

“En el Perú hay un proceso de ‘etnicización’ de la política”
Cecilia Valenzuela
El Comercio, 13 de marzo del 2005

El agudo analista Julio Cotler advierte de un cambio que se está operando en la sociedad peruana que funda los valores en lo étnico.
El edificio del IEP, el Instituto de Estudios Peruanos, luce como una burbuja de silencio y reflexión en medio del Campo de Marte en Jesús María. Hace calor y son las cinco de la tarde del último viernes en Lima. En una apacible oficina, el sociólogo Julio Cotler, una de las mentes más lúcidas y agudas del país, trabaja en su computadora con la incuestionable honestidad que lo caracteriza y que amigos y enemigos le reconocen. Entre tanto toma, quién sabe, su quinta o sexta taza de café.
Como Cotler es un hombre de palabra, también es un hombre de frases. “Los peruanos estamos condenados a ser optimistas” dice con humor y con amor por el Perú, nadie lo duda.
– El congresista boliviano y líder del MAS, Evo Morales, ha expresado su deseo de fundar en el Perú una suerte de filial de su movimiento político. Al parecer las leyes electorales peruanas no se lo permitirían, pero todo hace pensar que Morales en realidad se refiere a la posibilidad de establecer, con los cocaleros peruanos, una alianza política regional y andina. ¿Eso es posible Julio?
– Andina y bolivariana. Pero bueno, si a un chileno le dijeran que Evo Morales quiere establecer una filial de su partido en Chile, imagino que reaccionaría con una carcajada; la pregunta es por qué en el Perú se reacciona con temor y ansiedad frente a esa idea. Creo que es porque cada vez existe mayor posibilidad de que, al igual que en Bolivia, en el Perú se esté produciendo un proceso que ha sido denominado, discúlpame la expresión, ‘etnicización’ de la política.
El profesor boliviano Lavoe ya habla de la ‘etnicización’ de la política de su país: Así como hay facciones políticas, pueden haber segmentos étnicos con identidades políticas y existe la posibilidad, de que la política como la entendemos, fundada en intereses sociales, económicos y culturales, deje de tener importancia y se refugie en lo que se llaman valores primordiales: sangre, tierra, raza, Manco Cápac. En el Perú y en el sur del Perú, tengo la sospecha, que puede estar ocurriendo un proceso de esas dimensiones.
– Morales debe ser nombrado persona non grata en el Perú, como lo han sugerido algunos políticos y periodistas en los últimos días. Esa no sería la mejor manera de convertirlo en un líder regional. Polarizado, es cierto, pero líder.
– Si prohíbes es porque tienes miedo. Lo que se debería decir es que se desarrolle pues, para ver qué es lo que sale. Un proceso político étnico debe arrastrar consigo a las clases medias provincianas, en este caso del sur de Perú. En ese terreno te encuentras con intelectuales provincianos, que así como en los años 80 inventaron Sendero, podrían ahora inventar motivos étnicos para hacer política.
– ¿El discurso de Evo Morales es tan racista como el de los Humala?
– Va por ahí.
– ¿Y Ollanta se podría convertir en el Evo del Perú?
– El discurso de Evo Morales es mucho más político, cargado de intereses antiimperialistas, contra las transnacionales que están robando nuestros hidrocarburos, nuestros recursos, qué sé yo, mientras los de raza, el pueblo originario se queda sin nada. Uno escucha esas expresiones y le parece que está en el siglo diecisiete, pero en realidad es un problema de derechos naturales. La raza fue un criterio fundamental en la dominación colonial y en la dominación republicana.
– Al principio de esta conversación decías que los peruanos sentimos temor apenas ocurre algo en Bolivia y eso es cierto, nos sentimos retratados, reflejados en lo que ocurre en Bolivia y nos pasa lo mismo con el Ecuador ¿Por qué?
– Sentimos que estos países anticipan nuestros problemas. El problema de raza en el Perú es un problema muy sensible. En el Perú el problema de raza se postergó, se desplazó ante las estrategias políticas del Apra, de las izquierdas que ponían todo el énfasis en el ‘pueblo versus oligarquía’. Ahora todo eso ha sido desplazado y ahora lo único que a esa gente le queda es la raza. Por eso insisto en la posibilidad de que se esté gestando una política racial, una política reivindicativa del carácter racial.
– Sin embargo, ningún político peruano se ha sentido “reflejado” en el presidente Carlos Mesa y en su estratégica pero desprendida y generosa capacidad de renuncia de la última semana. Ni siquiera los analistas han destacado el coraje de Mesa. Por qué nos contagiamos lo malo y no somos capaces de contagiarnos lo bueno.
– ¿Qué político peruano puede verse reflejado en estos momentos en el liderazgo de Mesa? Los políticos peruanos actuales son incapaces de hacer muchas cosas. Mira, ha habido tres analistas Barrenechea, Manrique y Adrianzén diciendo, durante la semana, que de ninguna manera aquí podría ocurrir lo mismo que en Bolivia: que porque el producto bruto es más grande, porque la economía es más diversificada, pero ninguno ha hablado de la política. El riesgo es que en nuestros países han desaparecido los canales políticos para las organizaciones políticas; y los estados son impresionantemente débiles. Y si mandas quinientos policías a controlar un levantamiento de miles de personas y matan a ocho, inmediatamente los van a declarar asesinos. Entonces el monopolio legítimo de la fuerza no sirve para nada.
– Crees que Pedro Pablo Kuczynski podría contagiarse de Gonzalo Sánchez de Lozada. ¿Un gringo peruano podría acceder a la presidencia del Perú, tal como lo hizo, hace poco tiempo, un gringo boliviano?
– No creo. Para comenzar porque en Bolivia tú accedes a la presidencia con 18% de los votos. Allá no hay segunda vuelta, Sánchez de Lozada subió con 19% de los votos, con nada. Kuczynski tendría que ganar una segunda vuelta. Y no creo. ¿Qué es lo que vas a tener acá: Martha Chávez, Paniagua, Alan García, Lourdes Flores y unos cinco o quince candidatos más. ¿Cada uno cuánto va a recibir? Martha Chávez 15% o 20% y por ahí algunos de los demás. Todo se va a resolver en la segunda vuelta.
– ¿El liberalismo podría ser aceptado por la mayoría de los electores peruanos en el 2006?
– Sí y no. Nadie quiere la burocracia dorada y todo ese discurso, pero al mismo tiempo, sobre todo los pobres, quieren al Estado como recurso último.
– ¿El Estado protector?
– Pero por supuesto, cuando tú te encuentras en medio de esa pobreza ¿quién puede salir en tu defensa? A quién puedes recurrir sino es al Estado. Y a la vez te encuentras con un Estado que no tiene la capacidad de arreglar lo que pasa en la avenida Abancay, entonces ¿se parece o no se parece a Bolivia?
– Pero ¿cuándo el Estado es propietario, no es un enemigo del desarrollo?
– Cuando funciona, el Estado aplica políticas sociales universales en las que no hay corrupción y en las que no hay prebendas y esa es la función que debe cumplir el Estado.
– Pero se tratará sobre todo de estados sólidos. A una siempre le queda la sensación de que mientras más occidentalizados son los países de América del Sur, más facilidad tienen para avanzar hacia la modernidad y mientras más andinos nos conservamos nosotros, menos posibilidades tenemos de salir de la situación en la que estamos.
– Bueno, también. Esa es una discusión muy seria: por un lado hemos tenido una fuerte e histórica explotación a los sectores campesinos indígenas y al mismo tiempo una muy fuerte resistencia indígena al Estado; un juego de espejos.
– Desde la época de la Colonia.
– Toda la vida, toda la vida. Nuestra historia siempre ha sido: a ver, de qué manera le sacas la vuelta a la autoridad, le dices: “Sí, papito” pero a la primera haces, exactamente, solo lo que te conviene a ti y a nadie más.
– Hace unos minutos mencionaste a Nelson Manrique y es Manrique quien a grandes rasgos ha dicho que a puertas de elecciones, ningún partido va a incentivar una crisis porque los perjudicaría a todos. Coincides en eso.
– Hacer revueltas y agitación social también es una manera de conseguir votos, pero lo que tal vez él quiera decir es que no tengan interés en llevar al colapso al Estado; aunque después lo hagan con las promesas que no cumplen; acuérdate de Alejandro Toledo y Alan García. Alan García todavía sigue prometiendo la creación de universidades. Si tú te pones a ver la cantidad de universidades que ha prometido crear, en este momento ya tendríamos 800 universidades. Y qué les pasa a los que no cumplen. Nada, nada pero ganan votos en su momento. Aprovechan porque el 60 por ciento de la población padece indigencia, ignorancia, afronta el peor sistema educacional de América Latina. En este momento hay jóvenes de 15 años en el Perú que no entienden lo que dice un letrero de la calle. El 60 % de los muchachos no entienden lo que dice un letrero. No entienden lo que leen.
– ¿Cómo están las cosas en la política crees que los ujimoristas obtendrán una bancada representativa en el Congreso del 2006?
– Eso depende, no existe una tendencia que automáticamente dé ese resultado, depende de lo que haga Paniagua, Alan García, Lourdes Flores, de repente Alan García se roba todos esos electores, yo qué sé; En política las proyecciones naturales de las cosas, no sirven de nada. De repente, puede suceder, que los fujimoristas obtengan la tercera parte de la representación.
– Dejamos el IEP a las 6 de tarde, en la radio del auto anunciaban que la Comisión del Congreso que investiga el caso de las firmas falsas, no tomaría las declaraciones del presidente Toledo el lunes, como lo esperaba la población. El mandatario se negaba a que la sesión fuera pública y grabada. Recordé lo que acababa de decirme Julio Cotler: “Nuestra historia siempre ha sido: a ver, de qué manera le sacas la vuelta a la autoridad, le dices: “Sí, papito pero a la primera haces, exactamente, solo lo que a ti te conviene”.
“Yo ya no voy a votar en el 2006”
– ¿Qué piensas del voto voluntario?
– Estoy a favor del voto voluntario por ideología. Pero en términos de sus consecuencias, de sus posibles consecuencias, tengo mis dudas y no por la idiotez esa de que el Apra ganaría con el voto voluntario, esa me parece la idiotez más grande.
– Los analistas y los intelectuales discuten sobre la necesidad de frentes de concertación para las próximas elecciones, la receta que por cierto les dio resultado a los chilenos; sin embargo, la derecha y la izquierda se han opuesto a esa posibilidad. Ellos no integrarían, dicen, un frente que no reúna, únicamente, a sus afines. Se oponen a cualquier cosa que no sea entre ellos. Crees que en el 2006 habrá un frente de concertación.
– Pero en Chile la concertación ha sido entre la Democracia Cristiana y el Partido Socialista
– Sí pero acá: ¿Puedes imaginar a Lourdes Flores formando parte de un frente con Susana Villarán?
– Claro que no y es que el sectarismo en el Perú es muy grande, el nuestro es un país muy segmentado. La fragmentación política es la realidad del Perú y la volatibilidad del voto va a seguir existiendo. En el año 90 resultó que el Perú era el país que tenía la más alta volatibilidad electoral en América Latina. Eso comenzó con Belaunde; él salió elegido con el 48% de los votos pero acabó con 5%, con 43% menos. ¿Dónde fue a parar ese 43%?
– ¿Al Apra?
– Claro. Y eso ideológicamente cómo se explica. Uno se encuentra con estos desplazamientos continuos de la población de un lado para otro. Esa es la naturaleza de la política en el Perú.
– Entonces no crees que sea posible un frente para el 2006.
– Imagínate que no creo que Susana Villarán quiera asociarse con Javier Diez Canseco, ni que Javier Diez Canseco quiera asociarse con Susana Villarán, me parecería increíble que en algún momento hubieran querido asociarse. Hay una historia de resentimientos, de odios, de fracturas increíbles. Sin ir tan lejos, nadie puede imaginar los odios que se van a desatar entre los fujimoristas.
– Te imaginas abril del próximo año, de pie frente a una urna electoral.
– No, yo ya no voy votar. Ya pasé la edad en la que es una obligación votar. Ahora les toca a ustedes.
– En ese momento los ojos de Julio Cotler brillaron intensamente. Él ya no volvería a votar y esa sola idea hacía que los ojos, azules y pícaros, del estudioso más reputado y serio de nuestra sociedad, brillaran con alegría, con la alegría de saber que no volverá a sentir la frustración y la culpa, la decepción y la vergüenza que sentimos la mayoría de los peruanos cada cinco años. Liberación y descanso moral.
Opiniones
Puede ocurrir eso y mucho más…
– ¿Crees que congresistas como Jorge Mufarech o Alfredo Gonzales mantengan su curul en el próximo congreso?
– Perdón, no solamente puede ocurrir eso, puede ocurrir mucho más que eso. En las próximas elecciones va a intervenir dinero del narcotráfico, del movimiento cocalero, del contrabando. Por ejemplo, el congresista Jorge Mufarech gastó su plata para que entraran ocho o diez tipos más, ahora vas a tener gente que también va entrar con plata del narcotráfico y del contrabando y del lavado de dinero. Ese aspecto de la dinámica incivil en esta sociedad es una cuestión muy enraizada. Las encuestas dirán una cosa hoy y mañana los narcotraficantes pondrán 5 millones o 10 millones de dólares y cambiaran los pronósticos y las tendencias.
Imagínate a los futuros intelectuales
– Un país como el nuestro sin intelectuales coherentes y consecuentes, ¿tiene futuro promisorio?
– Los países pueden vivir sin intelectuales. Yo creo que hay veces que los intelectuales pueden ser mucho más dañinos de lo que uno se puede imaginar. A estas alturas de mi vida yo hasta les puedo tener miedo. Piensa en los futuros intelectuales del país, en los que van a salir con el pensamiento de personajes como el de Antauro Humala o con el de Evo Morales. Y tampoco te olvides que los periodistas también son intelectuales y públicos, crean opinión, difunden opinión, crean imagen. La mayoría de la gente cree que los intelectuales son personajes ariscos, son los que tienen barba, piensan mucho y escriben poemas lindos (risas) y no es así. Deben participar en política. Claro que deberían participar como todo ciudadano y deben enojarse y decir lo que piensan, por supuesto.
HABLA JULIO COTLER: “El Perú continúa siendo un país de rentas”
Identidades, El Peruano, 7 de noviembre del 2005

A raíz de la nueva publicación del ya clásico libro de ciencias sociales Clases, Estado y Nación en el Perú (IEP, 2005), conversamos con el sociólogo Julio Cotler sobre la otra actualidad política.
En 1978 apareció la primera edición de Clases, Estado y Nación en el Perú. Parte del análisis que Julio Cotler esbozaba en ese libro ha sido corroborado por el tiempo. Por ello, poco ha cambiado en la reciente edición del Instituto de Estudios Peruanos (IEP). “La única diferencia es que tiene un prefacio. De haberlo hecho, hubiera tenido que escribir otro libro. En el prefacio indico cosas en las cuales no estoy de acuerdo y otras que habría que matizar”, refiere.
Después de 27 años, ¿qué le produce constatar que los gobiernos han hecho poco por fortalecer nuestro Estado?
–Hay una protesta contra el carácter patrimonial de la política. Cuando se habla tanto de la democratización de los partidos, ¿qué es lo que estamos diciendo? “Oye, tú no eres dueño de un partido”. ¿Después de cuántos años? El libro se desarrolla alrededor de la lógica patrimonial y, por lo tanto, su otra cara es la clientelar, no sólo en la vida política, sino en el Estado y las instituciones. El interés que tuve entonces fue mostrar que todo se funda en una estratificación étnica estamental. Pero habría que preguntarse: ¿por qué en el momento en que escribí ese libro ningún historiador había hablado sobre la república de indios y la república de españoles?
¿Y cuál es su respuesta?
–Me encontré con otra historia. En el Perú existe una corriente revisionista desde 1970. Hoy tenemos maravillas, una historia asociada con problemas filosóficos. Cuando uno piensa en los cambios del Perú, se queda impresionado no sólo en el ámbito material, sino en el de las ideas.
En su libro usted se refiere a la clase propietaria…
–Mariátegui es el que usa la palabra “propietario”. Es una cuestión interesante, porque entonces yo también me encontraba con no saber cómo definir a aquellos que no eran señores feudales. Leer a la historiadora Carmen Mc Evoy, por ejemplo, nos permite tener una visión totalmente distinta de lo que fue el siglo XIX en el Perú.
Ella ha editado un libro en España, en donde ha incluido el artículo “Del pisco al champagne”. Allí, un gran señor del guano lleva a sus hijas a casarse con príncipes italianos que no tenían dónde caerse muertos. Él, más bien, poseía libras esterlinas y minas de oro. ¿Qué es eso? ¿Burguesía? ¿Rentistas? Todo eso tiene que ver con países de rentas y el Perú continúa siendo un país de rentas. La renta minera está allí. Vivimos a partir de eso, no de impuestos ni de producción.
“Blanqueamientos”
Lo opuesto a clase propietaria es una clase sin propiedad…
–Pero que busca “quítate tú para ponerme yo”. Lo que digo en el prefacio es que el libro da la impresión de ser confrontador. Unos contra otros. Dominados y dominantes. Indios y blancos. En cambio, sugiero que el Perú posee una estratificación social mucho más porosa. Usted observa y encuentra que hay negros, mestizos, japoneses, de todo. Se habla mucho de la discriminación racial, pero aparece un Máximo San Román, un Fujimori, judíos como ministros de Relaciones Exteriores. Usted tiene plata acá y se “blanquea”. Hay mucha porosidad, aunque no quiero decir que no exista estratificación ni jerarquías muy claras.
¿No le parece que una oposición a este “blanqueamiento” es el etnocacerismo? Reivindica una etnia, reconoce crisis en el poder político y en el económico; pelea un espacio…
–Conozco a Isaac Humala, fue compañero mío en la Universidad de San Marcos, y en este momento hago proyecciones de 50 años, con todo lo que eso significa. Él era un arribista impresionante que descubre que el uso del discurso étnico es muy importante para subir, conseguir recursos, amenazar y tomar el poder. Va a llegar a tenerlos y estoy convencido de que con más importancia de lo que la gente se imagina. Entre los humalistas, los fujimoristas y no se quién más pasarán tranquilamente la valla del 4 por ciento. Y el aprismo se ha dado cuenta de que si el próximo gobierno no establece alianzas, no gobernará.
¿La propuesta de Humala no es legítima por ser arribista?
–Resulta muy instrumental. El Perú es un país donde el discurso: ”los blancos se apoderan de todo”, no los ricos, sino los blancos, en contra de los cholos, es efectivo, y no les falta razón, porque los pobres y miserables son los indígenas del Perú. Pero la gran revolución es que todos ellos tienen voto.
En Italia hay peruanos que quieren modificar la ley para que los que viven fuera postulen al Congreso…
–En nuestros países se han abierto en exceso las posibilidades políticas y no se han restringido. El Perú es considerado en el mundo académico como el caso clínico más extraordinario, porque muestra mucha fragmentación política y no pasa nada. ¿Saben cuántas listas se presentaron a las elecciones municipales? 460. Estamos como en Bolivia. Hay que poner orden, si no, ¿cómo se gobierna así?
¿Poner orden en los movimientos sociales?
–¡No! Que se canalicen políticamente.

Written by Michael Ha

March 22nd, 2006 at 6:29 am

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