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UPDATE: UNDP Report: Democracy in Peru

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La Democracia en el Peru. El mensaje de las Cifras (Resumen Informativo). Unidad del Informe de Desarrollo Humano, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Lima 23 de marzo del 2006 Download file
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Source: La Republica, march 23, 2006
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Source: El Comercio, 23 de marzo del 2006
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Source: La República, 24 de marzo del 2006


AVISO A LA PRENSA
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

SE PRESENTARÁ RESULTADOS DEL ESTUDIO SOBRE LA DEMOCRACIA EN EL PERÚ

“Democracia en el Perú: El Mensaje de las Cifras”
Jueves 23 de Marzo de 2006

Con el propósito de fortalecer las propuestas de crecer con justicia y libertad que resume el planteamiento del Desarrollo Humano, que promueve el PNUD desde 1990 a escala mundial,
la Unidad del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD-Perú, ha culminado la preparación
de un primer estudio en el que da cuenta de los resultados de la Encuesta Nacional sobre la
Democracia en el Perú (ENDP), la misma que forma parte del Informe Nacional sobre
Desarrollo Humano 2006, que abordará el tema de la descentralización con ciudadanía. Esta
primera fase que se dará a conocer el próximo 23 de marzo a las 00:00 horas, a través de la
página web del PNUD www.pnud.org.pe, contiene, el documento la “Democracia en el
Perú: el Mensaje de las Cifras” con su respectiva base de datos.
Se publica el resultado de los datos recogidos de una muestra de 5200 viviendas en 221
distritos distribuidos en los 24 departamentos del país, en la que se entrevistaron a más de 11
mil personas de 18 años y más. Las respuestas están clasificadas en once dimensiones para
facilitar su lectura y pueden ser cruzadas con 9 variables independientes o explicativas, tales
como: composición demográfica, sexo, tamaño de localidad (en número de habitantes),
ingreso per cápita familiar, educación familiar, etnia, actividad productiva, grupo ocupacional
y condición de actividad.
De esta forma se podrá conocer QUÉ PIENSAN, CUÁNTO SABEN, CÓMO PRACTICAN Y QUÉ
ESPERAN DE LA DEMOCRACIA LOS PERUANOS.
DEMOCRACIA: ¿qué es, existe?, ¿les interesa?, ¿funciona bien?, ¿le es indiferente?, ¿conviene?,
¿es necesaria?, ¿para qué sirve?, ¿tiene futuro en el Perú?, ¿qué sacrificarían de la democracia si
el país si se encontrara en graves dificultades económicas?
POLITICA: ¿conoce a sus autoridades? ¿sabe el nombre del presidente de la República, el de su
Región?, de su Alcalde?, ¿cuándo son las elecciones?, ¿conoce la Constitución vigente? ¿Ha
oído de partidos de alcance nacional, alcance local?, ¿los conoce?, ¿participa?, ¿simpatiza con
algún partido político?, ¿está inscrito?, ¿cambiaría su voto?, ¿votaría por otro partido?, ¿está de
acuerdo con el sistema político?, ¿qué cambiaría?.
DERECHOS: ¿sabe si puede ser arrestado sin orden del juez?, ¿qué nadie puede leer sus
comunicaciones sin autorización?, ¿reunirse en público pacíficamente?, ¿ser remunerado por
su trabajo?, ¿ser apresado por deudas?, ¿transitar libremente?, entre otros.
EL ESTADO Y LAS INSTITUCIONES: qué opinan los peruanos de las siguientes instituciones:
comisarías, juzgados, hospitales y centros de salud del Ministerio de Salud, escuelas o colegios
del Estado. Qué opinión les merece la Policía, Defensoría del Pueblo, FFAA, Municipio
Provincial, Sindicatos, Gremios empresariales, Gobierno local, Gobierno Regional, Consejo de
Ministros, Poder Judicial, Congreso. Se pregunta además ¿Ha tenido necesidad de recurrir a
alguno de ellos?, ¿cómo lo han tratado?, y otras más.
DEMOCRACIA EN EL HOGAR: ¿le pegaban para que ejecute una orden?, ¿quién tomaba las
decisiones?, ¿le consultaban su opinión?, ¿estaba de acuerdo?, ¿haría lo mismo con sus hijos? Y
otras más.
DEMOCRACIA EN EL TRABAJO: ¿su jefe discute las ideas?, ¿impone sus decisiones?, ¿qué lo
presiona más en el trabajo?, entre otras preguntas.
DEMOCRACIA EN LA COMUNIDAD: ¿conoce a sus vecinos?, ¿cómo lo tratan?, ¿conoce o
pertenece a agrupaciones religiosas, deportivas, sociales, sindicatos, grupos de crédito, etc.?,
participa en alguna de ellas?, y más sobre el tema.
RADICALISMO: ¿qué opina de la violencia, se debe utilizar?, ¿pena de muerte para violadores?,
¿se puede robar aunque haga obras?, ¿se debe imponer la autoridad con violencia si es
necesario? Y otras preguntas de coyuntura política.
EXPECTATIVAS: ¿se puede cambiar al Perú?, ¿que esperan los peruanos?, ¿cuál es la
remuneración que quisieran tener?, si pudieran ¿saldrían del Perú? , entre otras preguntas.
OTROS TEMAS: qué piensan los pobres de los ricos y viceversa, qué piensan sobre las
potencias económicas, etc.
Democracia en el Perú: El Mensaje de las Cifras contiene 315 páginas y 106 cuadros
estadísticos.
Para mayor información contactarse con:
Srta. Evelyn Pérez, Asistente de Comunicaciones de la Unidad de Desarrollo Humano del
PNUD, al teléfono 2133200 anexo 2413 o al correo electrónico evelyn.perez@pnud.org.pe
Sra. Suzie Sato, Oficial de Comunicaciones del PNUD, al teléfono 2133200 anexo 2212 o al
correo electrónico suzie.sato@pnud.org.pe
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD es la red mundial de las Naciones
Unidas para el desarrollo que propicia el cambio y conecta a los países para promover el
conocimiento, la experiencia y los recursos a fin de ayudar a las personas a forjar una vida mejor.
Presente en 166 países, ayuda a los países a encontrar sus propias soluciones a los desafíos
mundiales y nacionales que presenta el desarrollo. www.pnud.org.pe

No hay democracia con pobreza extrema
Juan Álvarez M.
La Republica, 23 de marzo del 2006

REVELADOR INFORME
• Encuesta Nacional sobre la Democracia en el Perú deja al descubierto singulares puntos de vista de sectores más desposeídos.
• 90% de entrevistados culpa a los políticos de las fallas de la democracia. 73.5% opina que se requieren gobiernos autoritarios.
Desde hoy en la página web www.pnud.org.pe se puede apreciar el resultado del estudio “Democracia en el Perú: el Mensaje de las cifras”, un completísimo análisis que da cuenta de los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Democracia en el Perú (ENDP), la misma que forma parte del Informe Nacional sobre Desarollo Humano 2006, que abordará el tema de la descentralización con ciudadanía gracias al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Sin embargo, dada la coyuntura, el estudio se presenta sumamente revelador; sobre todo en su aproximación a esas respuestas que todos parecen buscar luego de los bruscos cambios en las preferencias electorales mostradas por las encuestas.
Dice por ejemplo, en su capítulo acerca de la democracia, que un 34.9% suele responder que no sabe ni opina; mientras que otro 26.5% respondió que tenía idea del tema pero que no le importaba.
En este rubro, el estudio señala que asoman dos sombras: la de la preferencia por alternativas autoritarias (“la democracia no nos conviene, es preferible un gobierno fuerte”) en 12.9%; o desinterés manifiesto (“me es indiferente que haya democracia”) en 12% de la población.
Y cuando se pregunta de quién es la culpa de que la democracia funcione mal, alrededor del 90% señala a los políticos.
¿Democracia inútil?
En lo referente a utilidad de la democracia, un 79% reconoce el derecho a elegir y un 62.4% a ser repressentado. No obstante, la menor utilidad reconocida, 48.1%, es la de contribuir a la consecución del bienestar familiar. ¿Acaso no han escuchado en la calle eso de que ‘la democracia no me da de comer’?
El panorama se presenta singular cuando se pregunta qué se sacrificaría de la democracia si tuviera que recurrirse a ello para salir de una grave crisis: Se respondió que a los jueces (51.1%) y al Congreso (44.6%); mientras que lo más ‘defendido’ es la prensa (13.6%), el derecho de reunión (14.9%) y los políticos de oposición: solo el 22.8% aceptaría que se les encarcele.
En otro capítulo, titulado ‘Radicalismo, sombras y riesgos’, el estudio aborda las opiniones de la gente, y concluye que esta suele tener dosis importantes de opiniones terminantes, que en preocupantes proporciones opina por soluciones violentas, mientras en otras ocasiones muestra su desánimo o decepción.
Como sea, el reclamo más urgente y mayoritario está alrededor de la necesidad de imponer autoridad: 73.5% cree que se requieren gobiernos autoritarios, y 69.3% está a favor de la pena de muerte para violadores de niños.
Es que la violencia tiene en la sociedad peruana sus partidarios y justificadores: 29.4% (4.7 millones de personas) la consideran necesaria para ejercer autoridad y 29.2% para defender al pueblo. Los ‘violentistas’ son en mayor proporción hombres jóvenes, de sectores con menor educación e ingresos, indígenas, obreros jornaleros, campesinos.
Otros datos reveladores son que un 61% se iría del país (y no necesariamente son los más pobres), y un 24.7% de peruanos, cifra equivalente a 4 millones, opina que al Perú no lo compone nadie. Así estamos.
Una radiografía a la democracia
Para obtener el estudio “Democracia en el Perú: el Mensaje de las Cifras”, se tomó una muestra de 5,200 viviendas en 221 distritos distribuidos en los 24 departamentos del país, en la que se entrevistaron a más de 11 mil personas de 18 años a más.
Las respuestas están clasificadas en once dimensiones para facilitar su lectura y pueden ser cruzadas con 9 variables explicativas, tales como composición demográfica, sexo, tamaño de localidad (en número de habitantes), ingreso per cápita familiar, educación familiar, etnia, actividad productiva, grupo ocupacional y condición de actividad.
Lo que se pretende es conocer qué piensan, cuánto saben, cómo practican y qué esperan los peruanos con respecto a Democracia, Política, Derechos, el Estado y las instituciones, Democracia en el hogar, en el Trabajo, en la Comnidad, Radicalismo y Expectativas. También se averigua qué piensan los pobres de los ricos y viceversa.
El 89,5% pide que candidatos a la presidencia presenten plan de gobierno
El Comercio, 23 de marzo del 2006

El 70,6% piensa que existe democracia en el país pero que funciona mal.
Investigación revela que el 69,4% opina que situación puede mejorar
Pese a que la última encuesta nacional sobre Democracia en el Perú realizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) revela que los peruanos mayores de 18 años desconocen lo que significa la democracia y perciben que esta no funciona como debería hacerlo en nuestro país, también deja cifras para la esperanza: el 69,4% de los electores piensa que el país puede mejorar a partir del esfuerzo de todos los peruanos.
Al lado de este arranque de optimismo encontramos que el 19,4% de los encuestados piensa que el país es una desgracia y que nunca cambiará y que el 7,7% cree que el Perú solo cambiaría por métodos violentos.
El PNUD también preguntó ¿qué opinan los electores de la democracia en el Perú? El 34,9% de la población respondió que no sabía o que no tenía idea de este sistema de gobierno que considera y promueve el respeto de todos los derechos sociales, políticos, económicos y religiosos de la humanidad.
Por su parte el 26,5% de los encuestados que dijo conocer el tema de la democracia afirmó que esta no le importaba. En contraste con esta opinión el 38,6% de la población electoral dijo que sabía lo que era democracia y, además, le interesaba mucho.
La mayoría opina que la democracia existe en nuestro país, pero funciona mal y de manera mayoritaria piensan que este mal funcionamiento se debe a los políticos (90%) , a las leyes (63,7%) o por culpa de la gente (48,6%).
El estudio permite asomarnos a las opiniones de los peruanos en torno a las reglas del sistema político y uno de los resultados que destaca es que el 89,5% pide que los candidatos a la Presidencia de la República deben presentar su plan de gobierno y el 83% considera que estos mismos candidatos deben decir sus 10 primeras acciones . Y los encuestados van más allá. El 64,9% cree que los presidentes deben ser ratificados a mitad de su gobierno.
AUTORIDAD Y ORDEN
Tres cuartos de la población entrevistada considera que el país necesita gobernantes que impongan el orden y la autoridad, sin que ello signifique necesariamente el uso de la violencia ya que el 60,2% responde que esta no es necesaria para hacer respetar la autoridad y una cifra similar (60,4%) señala que la violencia no es necesaria para defender al pueblo.
El estudio también permitió conocer que los peruanos no están dispuestos a ceder terreno a la corrupción, pues el 71,1% rechazó la afirmación: “No importa que robe con tal que haga obra”.
Llama la atención la importancia concedida a la libertad de expresión y a la pluralidad de opiniones, ya que al ser preguntados si ante graves dificultades económicas aceptaría que se cierren los diarios que se oponen al gobierno o encarcelen a los políticos de opinión, el 70,2% y el 60,2% respondió que no, aunque cuando se preguntó si se aceptaría el cierre del Congreso, la respuesta fue afirmativa.
Estos y otros resultados forman parte de la investigación que la PNUD llevó a cabo entre 11.116 electores distribuidos en los 24 departamentos del país. Realizada entre noviembre y diciembre del año pasado, la muestra consideró a la población urbana y rural de 221 distritos de diversos tamaños poblacionales.
Seis de 10 peruanos no saben o no creen en democracia, según informe PNUD
Perú 21, 23 de marzo del 2006

23 mar (Reuters) A casi dos semanas para las elecciones presidenciales, un informe reveló que seis de cada 10 peruanos no sabe qué es la democracia o no le importa que prevalezca ese sistema de gobierno.
Según un estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), un 34,9 por ciento de los peruanos no sabe lo que significa la democracia y un 26,5 por ciento sí conoce el tema pero no le importa, en momentos en que el país está a pocos días de los comicios del 9 de abril.
En tanto, un 38,6 por ciento de los peruanos sí sabe qué es la democracia y además le interesa, dijo el informe.
Según el último sondeo de la firma Apoyo, Opinión y Mercado, la más respetada del país, el candidato nacionalista Ollanta Humala, a quien sus adversarios acusan de autoritario, lidera las preferencias electorales, con un 31 por ciento de intenciones de voto.
En segundo lugar figura Lourdes Flores, con un 28 por ciento.
Si ninguno de los candidatos presidenciales obtiene la mitad más uno de los sufragios se realizará una segunda ronda el 7 de mayo entre los dos postulantes más votados.
El estudio del PNUD, realizado a más de 11.000 personas en las 24 regiones del país, mostró que un 70,6 por ciento de peruanos cree que la democracia existe, pero funciona mal, un 24,4 por ciento piensa que no hay democracia y sólo un 5,5 por ciento dice que ésta existe y funciona bien.
Punto de Vista: No existe una tradición democrática
Por Nelson Manrique, sociólogo
El Comercio, 23 de marzo del 2006

El hecho de que no tenemos una tradición ni cultura democrática explica, en parte, que entre los resultados del estudio del PNUD haya un alto porcentaje que afirma desconocer lo que es la democracia.
Tengamos en cuenta que lo que hemos tenido a lo largo de nuestra historia republicana es, más bien, una tradición autoritaria, con gobiernos mayoritariamente militares e incluso con gobiernos civiles que se aliaron con las Fuerzas Armadas como recientemente ocurrió con Alberto Fujimori en la década de los noventa.
Por otra parte cuando la democracia ha existido formalmente la experiencia no ha sido del todo alentadora ya sea porque no llegó a satisfacer a la población o porque terminó siendo identificada con la corrupción, la ineptitud o con la satisfacción de intereses personales de los gobernantes o de un determinado partido.
Cuando los entrevistados por este estudio dicen que no conocen o no tienen idea de lo que es democracia se refieren a que el discurso de la democracia como un procesamiento de las diferencias, la tolerancia, el diálogo, el debate, es algo que no han vivido.
Por otro lado, el hecho de que digan mayoritariamente que se necesita un gobierno que imponga autoridad está relacionado con todo lo dicho anteriormente respecto al ejercicio democrático.
Es por ello que la gente se puede llegar a sentir bien con un tipo de gobierno autoritario ya que al no contar con una experiencia democrática, no ha sido formada para la participación, tampoco cuenta con un ejercicio en la toma de iniciativa y de decisiones.
Es por ello que cuando hay incertidumbre vuelven a buscar un caudillo.
En el tema de la democracia hay otros factores a tomar en cuenta. La precariedad de la democracia en el Perú tiene una relación profunda con el centralismo. El proceso de constitución del Perú como nación se ha realizado en torno a un patrón de desarrollo desigual que concentra los recursos económicos y humanos en determinadas ciudades de litoral (Lima, Arequipa, Trujillo), subdesarrollando su entorno inmediato.
Este proceso ha llegado a su extremo en Lima, lugar donde terminan todos los circuitos económico, político y simbólico.
Hoy el desafío es imaginar formas de representación que recojan la pluralidad y la diversidad dentro de la unidad de la Nación.

Nuevas autoridades deben reforzar las instituciones
Por Martín Tanaka y Roxana Barrantes, Analistas
El Comercio, 23 de marzo del 2006

El Perú está en una encrucijada y no puede permitirse el lujo de perder tiempo o de desaprovechar una oportunidad como la presente. Nuestro país ha pasado por decepciones y frustraciones sucesivas, que han dejado un pesado legado de desconfianza y derrotismo respecto a las posibilidades del Perú.
El construir nuevas esperanzas sobre la base de las banderas de la institucionalización democrática, de un crecimiento económico más equitativo, con un fuerte énfasis social, poniendo por delante a la población más vulnerable, de la lucha contra la corrupción, es responsabilidad que dependerá en gran medida de las nuevas autoridades electas.
Conforme avanza la campaña electoral en 2006, los partidos y candidatos se verán obligados a hacer mayores precisiones respecto a sus planes de gobierno, y a presentar a sus responsables, a los técnicos y profesionales que responderán por los mismos.
Esto nos dará una idea sobre la capacidad que tendrán los partidos de convocar a profesionales competentes en todas las áreas del Estado y de implementar políticas eficaces.
Queda por ver de qué manera nos asegurarán a los ciudadanos que los empleos públicos y cargos de confianza no se usarán como pago por aportes de campaña y como compensaciones a cuadros partidarios, en vez de privilegiar la competencia profesional y el compromiso con los planes presentados en la campaña electoral.
¿Para qué sirve un plan de gobierno? Hay quienes piensan que un plan de gobierno en medio de una campaña electoral sería hasta cierto punto prescindible: los electores no votarían por planes o programas, sino por imágenes generales, por la empatía que despiertan los candidatos, por promesas y ofrecimientos sin consideración por su factibilidad o el marco político general en el que ellas se inscriben.
No compartimos esa visión excesivamente simplista de las campañas electorales y, en todo caso, es evidente que una vez que se asumen responsabilidades de gobierno, sí es imprescindible contar con planes y propuestas.
La ausencia de ellas ha determinado en los últimos años que las grandes decisiones gubernamentales sean el resultado de presiones de poderosos grupos de interés, que no coinciden con los intereses generales de la sociedad; en el mejor de los casos, la ausencia de una clara visión de las tareas de gobierno lleva a la improvisación, al desorden, o a la inacción, que es también una pésima opción, dado el estado actual de insatisfacción ciudadana con el orden imperante.
Extracto de proceso Histórico y agenda pendiente (Segunda parte del estudio La Democracia en el Perú).
“Es mejor mirar la realidad”
Por Juan Álvarez M
La República, 24 de marzo del 2006

ENTREVISTA A LUIS VARGAS ÁYBAR
• Coordinador General del Equipo para el Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, explica la naturaleza de su revelador estudio sobre la democracia.
• Dice que es parte de un próximo informe sobre descentralización y ciudadanía.
–Los resultados de su estudio han sido desconcertantes…
–Depende de cómo se dé su lectura; pueden ser desconcertantes o preocupantes, pero también alentadores. Eso es lo importante.
–En la descentralización se trata de compartir el poder. Ustedes comprueban que ese poder es ajeno a las mayorías.
–Exacto, pero ahí es donde viene una tarea de parte de los que tienen capacidad de gobernar: reconocer cuál es esa pluriculturalidad y esas diferencias socioeconómicas y políticas. Por otro lado, hay una tarea de la propia sociedad: saber cuáles son sus características, cómo pueden mejorar esos estándares para ser capaces de ser receptores de un proceso sostenible de descentralización. Siendo así, este trabajo sería egoísta si solo nos sirviera para el informe.
–Y es casual que se emita en esta época electoral.
–Nosotros no hemos medido estos tiempos. La encuesta la hemos realizado entre la segunda quincena de noviembre y diciembre del año pasado. Yo creo que tampoco sería ético guardar esta información mirando una coyuntura,
–¿Evaluaron esa posibilidad?
–Nosotros somos una entidad técnica, pero lo que sí sentimos es que proveer esta información es dar la oportunidad de que los políticos puedan saber cuál derrotero es el que mejor se ajuste a sus propuestas. En ningún caso hubo algún tipo de cálculo, y en eso exoneramos al PNUD que nos encarga este trabajo, y al propio equipo que yo coordino. Y te adelanto que el informe de la descentralización está programado para octubre.
–¿Se muestra un Perú que se desconocía o no se quería ver?
–Para hablar de estadísticas sencillas, uno de cada dos peruanos es pobre, y uno de cada cinco está en pobreza extrema. Esa es la realidad. En esa dimensión, creemos que los partidos deberían pasar a buscar mayores consensos o diálogos, que es la forma de ir creando identidad, cuya ausencia es una de las causas que hacen que la democracia la conozca poca gente, o no le encuentre demasiada utilidad.
–Usted diría que el Perú formal ha ido a espaldas del Perú real.
– Yo creo que el Perú está formado por una sociedad heterogénea que aspira a su bienestar de distintas maneras, lee su realidad y su futuro con distintas expectativas. En consecuencia, lo que deben hacer los que tienen responsabilidad de dirección es despojarse del prurito que lo sabemos todo. Y aunque a veces no nos guste mirar una realidad, es mejor y más oportuno mirarla a tiempo que lamentarnos después. Los procesos sociales a veces son irreversibles.
–Hay lugares donde la presencia del Estado es mínima, y eso marca también resentimiento.
–Sí. En muchos lugares el Estado todavía está reducido al policía, al maestro o al juez de paz, no más que eso. Por eso nosotros hablamos de la necesidad de articulación, de procesos ya no productivos como hablamos en informes anteriores, sino de dinámicas sociales que nos contagie aspiraciones comunes, de sentir que podemos progresar colectivamente. Porque la democracia no es un bien o una dimensión ajena a la gente.
–La mayoría siente que la democracia no da de comer, no por eso la descalificamos.
–Las estadísticas muestran en este caso que la gente reconoce la importancia de la democracia. Para usar una frase que se usó en el estudio del Prodal: la gente no está en contra de la democracia, está disgustada en la democracia y quiere mejorarla.
–El problema está en la forma de representación, hoy manejada por los políticos que la gente rechaza en un 90%.
–Claro, ahí hay seguramente puentes por tomar, hacer que la gente se sienta representada, y que las dirigencias a todo nivel, local regional, nacional, actúen de acuerdo con esas propuestas. Esa me parece una tarea que nos compromete a todos como sociedad. Si vemos sin prejuicios, creo que parte de esa radiografía nos toca en diferentes niveles de responsabilidad.
–Cómo no debe ser interpretado este estudio.
–Presentando solo datos inconexos o totalmente extraídos de la complejidad que tiene todo el documento. Tampoco debe se reinterpretado como un cálculo, que no hay. Nosotros lo hemos trabajado y presentado una cantidad increíble de datos, en once dimensiones. Como estamos corriendo en un ejercicio de transparencia, podrán cruzar la información y usarla de la forma que deseen. Eso es mejor que el dato suelto, aunque sé que algunas cifras encandilan.
–Un candidato suele preguntar para qué la democracia si el pueblo está abandonado a su suerte. Tremenda coincidencia, ¿no?
–Esta información no es privativa de alguien. Decir que la situación es tal como se presenta, en sí no es malo ni bueno, sino depende de cómo cada uno utiliza eso.
“La gente pide más descentralización, gestar su mejora”
–¿Por qué hacer el estudio?
–Nosotros estamos encargados dentro del PNUD de preparar los informes de Desarrollo Humano. Ya hemos publicado dos informes antes, en los que trabajamos los aspectos que permiten mirar la realidad del país, hacia la búsqueda de un crecimiento con justicia social, con equidad. En esa línea hemos trabajado tanto el tema de las potencialidades como el de la competividad como instrumento para generar más empleo. En este caso, trabajamos un informe que tiene que ver con el tema Descentralización con ciudadanía. En ese marco nos parecía totalmente necesario levantar información acerca de cuál es la situación de la democracia.
–¿Y cómo les va a ayudar?
–Muchísimo, porque nos permitirá saber cuáles son las características de esta democracia. Porque entendemos –y esa es la hipótesis de debate– que la gente pide más descentralización, en su calidad de ser administradora y gestora de su propio desarrollo. Pero para eso hay que ser ciudadanos con conocimientos de deberes y derechos, con prácticas democráticas, con asociatividad. Eso abunda en el estudio.
Constitución: 43% no la conoce ni le interesa
Por Juan Álvarez
La República, 24 de marzo del 2006

MÁS VERDADES QUE DUELEN
• Encuesta Nacional sobre Democracia del PNUD revela que solo 3.2% de peruanos conoce y consulta la Constitución.
• El 20% sabe que rige desde 1993.
• Apenas uno de cada seis simpatizantes de un partido se anima a inscribirse en él.
Si se continúa con la actual Constitución, se la reforma o se la cambia es uno de los temas supuestamente claves en la actual campaña electoral. Sin embargo, ¿sabe usted cuántas personas conocen la carta magna vigente y el año de su promulgación?
Según la Encuesta Nacional sobre la Democracia en el Perú, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (ONUD), apenas el 3.2% de los votantes dijo conocer y consultar la Constitución, 9.2% aseguró conocerla lo suficiente, y 44.9% afirmó tener una idea vaga de su contenido. Y solo el 20% contestó correctamente que la actual Constitución rige desde 1993.
Complementariamente, 42.7% reconoció no tener ningún conocimiento, casualmente el porcentaje de quienes no sabían que en abril del 2006 habría elecciones.
Sin duda, un desconocimiento que significa un abrumador desinterés de parte de la mayoría.
Mínima participación
Por otro lado, la animadversión que los ciudadanos sienten por los políticos ha provocado que la mayoría se automargine de la política por considerar que los desacredita; y que personas que serían de gran utilidad para la democracia se inhiban de participar.
36% de personas (más de cinco millones) declaran no conocer a los partidos de alcance nacional. 70% de quienes sí lo conocen no necesariamente simpatizan con ellos. De los simpatizantes, solo uno de cada seis se inscribe. De estos, la mitad postula alguna vez, y apenas la sexta parte es dirigente actualmente: apenas 66 mil personas de un total de 16 millones.
Lima no es lo que se cree
En general, el estudio concluye que el conocimiento de la política en Lima Metropolitana es solo ligeramente superior a la media nacional (0.53 a 0.51).
No es, por ejemplo, que tenga población más instruida si se compara con otras ciudades con similar oferta educativa.
Es más, la encuesta revela que la capital no es más un centro privilegiado y tiene enormes masas de población en situación de miseria que no es atendida adecuadamente. Y de la mano con esta grave situación llega, claro, la incultura política.
Los medios de prensa son lo menos malo
La República, 24 de marzo del 2006

• Le siguen la Defensoría y las Fuerzas Armadas. Los peores son el Congreso y el Poder Judicial.
Los medios de prensa, para la mayoría, son lo menos malo de las instituciones. Y los encuestados se refieren a la radio y a los diarios baratos y a los regionales. Estos son apreciados como una fuente permanente de denuncia de las autoridades de sus entornos.
En el rango de lo menos malo aparecen después la Defensoría del Pueblo, las Fuerzas Armadas, los municipios y sindicatos. La población, en cambio, tiene mala opinión de la policía, el Consejo de Ministros y, en grado extremo, del Poder Judicial y del Congreso.
En cuanto a lo que la gente tiene más presente, están la policía, el consejo distrital y el provincial.
Editorial: Entre la democracia imperfecta y el abismo autoritario
El Comercio, 24 de marzo del 2006

A puertas de las elecciones generales, el panorama político se reacomoda día a día y exige un esfuerzo profundo de análisis por parte de electores, gobernantes y candidatos para reflexionar sobre nuestra idiosincrasia, lo que somos como nación y hacia dónde queremos ir.
A propósito, la última encuesta del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) revela de modo preocupante que un tercio de peruanos no sabe lo que es democracia. Y si bien el 40% sí sabe lo que es y le interesa mucho, y el 82% cree que el país mejorará con el esfuerzo de todos, la primera cifra debe encender una luz de alerta sobre el estado de nuestro sistema político.
¿Cuán profunda y real es esta percepción? ¿En qué estamos fallando? ¿Cómo hacer para que la democracia genere credibilidad y optimismo?
Como lo señalamos en el reciente editorial “Llegó la hora de poner la democracia por delante”, el país está en un punto de quiebre, pues “se da la posibilidad de que un candidato sin credenciales democráticas llegue al poder y acabe con el sistema democrático”. Y alertábamos que “solo un gran esfuerzo conjunto de la ciudadanía comprometida con el orden democrático ayudaría a cambiar esta desacertada percepción” para buscar salidas orgánicas que aseguren el bienestar de las mayorías dentro del régimen de tolerancia y libertades que garantiza el Estado de derecho.
Es importante recalcar la reacción de analistas, políticos y candidatos a esta postura editorial que ratifica la necesidad que la democracia –como concepto e ideal–, sea el gran aglutinador para defenderla y marcar distancia frente a posiciones que atacan sus instituciones y pretenden denostarla sin proponer alternativas de mejora. Es decir, con sus enunciados extremistas, dirigidos demagógicamente a excitar la emocionalidad y el descontento, dejan las puertas abiertas a la autocracia y la dictadura, lo cual sería desastroso.
Somos conscientes de que, por esencia, se trata de un sistema imperfecto. Pero también de que, por doctrina, historia y tradición, es el que mejor asegura el ejercicio de las libertades innatas a la persona humana, el respeto a las mayorías y minorías, la libertad de expresión y las condiciones para el crecimiento económico.
Peruanos de reconocida trayectoria intelectual y ética como Mario Vargas Llosa y Julio Cotler comparten esta preocupación y advierten sobre el riesgo inminente de volver al péndulo autoritario. Se pregunta el primero “¿Qué está pasando en nuestro país para que cunda una ceguera política, moral y cultural semejante?”, sobre todo luego de sufrir la dictadura corrupta y atropelladora de Fujimori y Montesinos.
Esta dura encuesta nos obliga a un gran esfuerzo de autocrítica para mejorar el sistema democrático y renovarlo, lo que le corresponde principalmente a la clase política. Este es el desafío: evaluar nuestra democracia representativa, sus fallas y sus vacíos, que lleve a un compromiso firme de todas las organizaciones de la sociedad civil y de los partidos para reflotarla y recuperar la esperanza de futuro en el Perú.
Todo ello –reiteramos– bajo la premisa de que “cualquier salida a la crisis, para que sea sostenida y a largo plazo, requiere darse en democracia”. Aprendamos de nuestra historia “llena de soluciones facilistas y demagógicas que terminaron irremediablemente en el fracaso”, para lo cual sigue también pendiente una labor de docencia cívica y democrática y de más apertura y representatividad de los partidos, para hacer de este un país de oportunidades para todos… en democracia.

Written by Michael Ha

March 24th, 2006 at 5:58 am

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