Peru Election 2006

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Andrés Oppenheimer on the leftist tsunami

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Andrés Oppenheimer comments on the apparent trend to the left in Latin America. In contrast to what has been said by some analysts, Oppenheimer believes that, more than a leftist tsunami, Latin America is being divided by a struggle among the left itself.
Bolivia’s nationalization of the natural gas industry has added some tension to its relations to Brazil and Argentina (both with center left governments). Argentina’s has taken Uruguay’s social democratic government to The Hague in a row about the paper mills being constructed in the banks of the river Uruguay. Chile’s socialist government has consistently increased Chile’s arsenal, possibly straining future relations with whoever wins Peru’s elections.
For Oppenheimer this is just the beginning. He concludes that next time we hear about a leftist wave in Latin America, we should take the comment “with tweezers.”


Izquierda v. izquierda, la puja que divide a la región
Por Andrés Oppenheimer
La Nacion (Argentina), 9 de mayo del 2006

MIAMI.- Contrariamente a la creencia generalizada de que hay un tsunami izquierdista en América latina, que se está levantando en bloque contra Washington y el libre mercado, lo que estamos viendo en la región es un enfrentamiento muy diferente: la izquierda contra la izquierda. Fíjense en los titulares. La semana pasada, el presidente boliviano, el socialista Evo Morales, nacionalizó la industria de gas natural, ocupando con tropas 56 instalaciones de compañías extranjeras. La medida fue aplaudida en Bolivia, pero molestó a tres gobiernos de centro-izquierda que tienen un rol determinante para el futuro de Bolivia: Brasil, la Argentina y España.
Ocurre que la compañía petrolera estatal de Brasil, Petrobras, que ha invertido US$ 1500 millones en Bolivia y que es la principal inversionista extranjera en ese país, y la hispano-argentina Repsol YPF son las mayores perjudicadas por la medida de Morales.
El 60% de las importaciones de gas en Brasil proviene de Bolivia, lo que ha creado una ola de críticas internas contra el gobierno brasileño, por supuestamente no haber reaccionado más enérgicamente contra la medida boliviana. El tema podría afectar al presidente Luiz Inacio Lula da Silva en las elecciones presidenciales de octubre próximo.
Días antes, el presidente de Venezuela, el socialista Hugo Chávez, dijo del candidato centroizquierdista peruano Alan García que era un sinvergüenza, un ladrón corrupto y un bandido, y amenazó con retirar a su embajador en Perú si García gana la segunda vuelta electoral del 4 de junio contra el ex militar izquierdista nacionalista Ollanta Humala, que ha sido apoyado públicamente por Chávez.
García, que había criticado a Chávez antes por arremeter contra el derecho de Perú de firmar un acuerdo de libre comercio con Washington, respondió que Chávez es un entrometido que habla bajo los efectos del alcohol y calificó a Humala de pupilo de Chávez. Humala, a su vez, empezó a tratar de tomar distancia de Chávez, quien de todos modos terminó retirando a su embajador de Perú.
Mientras tanto, el gobierno de centroizquierda de la Argentina, que había festejado la victoria electoral del izquierdista Tabaré Vázquez en Uruguay, en 2004, presentó el jueves una demanda en contra de Uruguay en la Corte Internacional de Justicia en La Haya, por una disputa en torno de la construcción de dos fábricas de papel en el lado uruguayo de la frontera.
La Argentina dice que las papeleras -que representan una inversión de US$ 1800 millones, la mayor en la historia de Uruguay- son contaminantes. Uruguay lo niega, citando reportes del Banco Mundial según los cuales el proyecto es ecológicamente sano y señalando que los cortes de puentes por parte de manifestantes argentinos ya le han costado a Uruguay unos $ 400 millones.
Sólo el principio
Mientras el presidente argentino lideraba una protesta del lado argentino de la frontera, el presidente uruguayo decía a los periodistas en Washington que el Mercosur en su estado actual ya no sirve a los intereses de su país y que Uruguay explorará la posibilidad de negociar un acuerdo comercial con Estados Unidos para ampliar su acceso al mercado.
Y es probable que estas disputas sean sólo el principio. La nueva ley boliviana de permitir mayores cultivos de coca tarde o temprano resultará en mayores envíos de cocaína a Brasil, que ya es el segundo mayor consumidor de esa droga del mundo, lo que pondrá aún más a prueba las relaciones entre ambos países. Y no sería de extrañar que las crecientes compras de armas del gobierno socialista de Chile generen fuertes reacciones de quien sea el ganador de las elecciones en Perú.
Mi conclusión: la próxima vez que escuchen a alguien hablar de “la ola izquierdista” en América latina, tómenlo con pinzas. Lo que hay en la región es una colección de países muy distintos, que defienden cada uno sus intereses nacionales, como siempre lo ha sido y como siempre lo será.
Lo más irónico de las diatribas de Chávez contra Perú, Colombia, y otros países por haber firmado tratados de libre comercio con “el imperio” es que la propia Venezuela está aumentando su comercio con Estados Unidos a cifras sin precedente.
Según las últimas cifras del Departamento de Comercio de Estados Unidos, las exportaciones de Venezuela a ese país se dispararon de US$ 15.200 millones en 2001 a US$ 34.000 millones en 2005. Y no se trata sólo de petróleo: las exportaciones venezolanas de hierro, acero y vehículos al mercado norteamericano se han disparado en los últimos cuatro años.
Asimismo, las importaciones venezolanas de Estados Unidos crecieron de $ 5600 millones a $ 6400 millones en el mismo período, encabezadas por compras de maquinaria, vehículos, lentes y cereales. Lo que significa que mientras el presidente narcisista-leninista de Venezuela pregona el antiimperialismo a los demás, está aumentando como nunca su propio comercio con “el imperio”.

Written by Michael Ha

May 10th, 2006 at 8:14 am

Posted in Analysis & Opinion

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