Durante el primer parte del Raza de Bronce por Alcides Arguedas, la protagonista Agiali se enamora y se compromete con Wata-Wara, una mujer hermosa. Después del compromiso, Agiali y Quilco y Manudo, sus amigos, emprenden un viaje por Bolivia para intentar vender semillas y algunos de los artículos de su jefe, el patrón. El patrón controla su tierra que fue robada a los indios, los obliga a comprar productos en su tienda a un precio increíblemente alto y con frecuencia elige a cuál de las mujeres le gustaría llevar a la cama. Esta explotación de las indígenas, especialmente de los cuerpos de las mujeres, desafortunadamente es un tema común en todos los países, y también se mostró en la novela anterior Aves sin Nido. Durante el viaje de Agiali, Quilco y Manudo, no hay mucha comida. El terreno es duro y el viaje es largo y difícil. Después de un largo tiempo de lucha, su viaje comienza a ir mal rápidamente. Un día una tormenta trae una inundación repentina al valle que están cruzando. Durante la tormenta, uno de los burros es barrido en un río rápido. Manudo mira con horror cómo el burro es arrastrado, y desesperado intenta ir tras él en un intento de salvarlo. Sin embargo, el río era demasiado rápido para que Manudo luchará contra su atracción, y fue arrastrado con su burro.
Es en este momento, en mi opinión, que muestra al lector lo maltratados que son los indígenas. Agiali y Quilco, en vez de llorar la pérdida de su amigo y compañero de viaje, se enfocan en la pérdida del dinero que llevaba. En una bolsa alrededor de su cuello había 40 pesos, suficiente dinero para comprar las semillas que necesitaban para devolverle al patrón. Uno de los hombres consideró huir, dejar atrás a su familia y su hogar, solo para evitar las consecuencias de perder los pesos. Esto muestra la cantidad de poder que tiene el hombre blanco sobre los indígenas. Para algunos hombres, sería mejor vivir una vida de vagabundo que regresar al patrón con las manos vacías. El grupo no puede estar seguro de cuál sería su castigo exacto, pero el miedo que el hombre blanco usa para controlar la mente de los indígenas es suficiente para hacerles preguntar que vuelvan a ver a sus familias. Este miedo a las consecuencias los lleva a buscar ayuda y eventualmente sacar el cuerpo sin vida de su amigo del río, solo para llevar la bolsa alrededor de su cuello; contiene lo único valioso de este hombre indigno.
Hola Imogen. Me gusta el final del post: “El grupo no puede estar seguro de cuál sería su castigo exacto, pero el miedo que el hombre blanco usa para controlar la mente de los indígenas es suficiente para hacerles preguntar que vuelvan a ver a sus familias”. Creo que es importante esa “inseguridad” que escribes. Yo diría que el miedo a la “inseguridad” es quizá tan fuerte como el miedo al patrón, o al río, ¿qué piensas?
Hola Imogen, creo que el autora quiere destacar sobre de la belleza de su naturaleza y como es una de las buenas cosas de su vida pero es tambien un lugar que es muy dificil para sobrevivir solo (o en un grupo pequeño sin communidad y grupos compartiendo trabajos para sobrevivir.)
Me gusta que hablas de como sus vidas son tan dificiles que cuando su amigo murio les importa mas sobre del dinero que el llevaba que la muerta. Pienso que este nos dice de como su la opcion de tu vida es continuar con el estatu quo o probar de vivir (y probablemente fracasar) en la naturaleza de los andes
“Agiali y Quilco, en vez de llorar la pérdida de su amigo y compañero de viaje, se enfocan en la pérdida del dinero que llevaba.”
Es cierta esta observación, y me pregunto si aquí (y quizás en otros momentos) vemos algo como una “deshumanización” del indígena. O sea que, a veces, Arguedas sugiere que es verdad que son brutos… pero quiere explicar las razones por la cuales están en ese estado.