Protestas durante una pandemia

Protestas durante una pandemia
Una mueca incómoda

Por Pamela Zamora Quesada
Estudiante de nuevo ingreso al Doctorado en Estudios Hispánicos en la Universidad de Columbia Británica (University of British Columbia)

Para nadie es una novedad que estamos atrapados en una realidad extraña, impredecible como suelen ser los cambios. Ya sea que el sistema global capitalista  está viendo sus límites o esta es una de sus sintomáticas crisis, sus efectos son palpables. Desde dos frentes, siguiendo la entrada de Samuel Aguayo, la sociedad batalla. El servicio de salud se arriesga  para mantener las camillas con más vivos que muertos y el resto de la humanidad se ve obligada a ceder su libertad. Claro, no todos somos igualmente libres ni durante ni antes de la pandemia. Por ejemplo, la cantidad de estadounidenses negros fallecidos es preocupantemente mayor que la de blancos. El distanciamiento social, la mascarilla, un “wash your hands” como cierre de correo son parte de esta nueva realidad que muta al son del COVID-19.

La pandemia se ha transformado hoy, junio 2020 en los Estados Unidos, en una angustiante mueca que entre sonrisa o miedo incomoda. Ese gesto molesto, que esconde no sé qué, es la respuesta física que reconozco en mí y en mis allegados cuando irremediablemente hablamos sobre la pandemia. Y siempre renace la pregunta cuál es mi/nuestro rol dentro de esta crisis pandémica y las protestas por el asesinato de George Floyd a manos de la policía. En mi contexto, latina, extranjera residente de Minnesota, la respuesta se me hace binaria ¿heroína por quedarme casa? o ¿protestante en aras de cambio social? Reconozco una mueca pues por un lado, es risible pensar que el racismo materializado en la brutalidad policial de Minnesota (y el resto de estados, quizá países) se podrá desarticular desde la comodidad de la casa. Las constantes protestas, más pacíficas que violentas, en Minneapolis están dando resultados, la iniciativa Defund the Police es uno. La idea central de esta iniciativa consiste en destinar fondos del departamento de policía a iniciativas comunitarias relacionadas a educación, salud entre otros. Al respecto he dejado unos artículos al final de esta entrada. Y por otro lado, también asusta pensar en las consecuencias de la aglomeración de personas protestando, estamos en media pandemia en los Estados Unidos. Habrá quien lo considere hasta poco heroico.

Así como las muecas son expresiones momentáneas la indecisión de qué hacer en este contexto debería también ser pasajera. Pienso que una sociedad más igual, en este contexto, está en la protesta con mascarilla, distanciamiento social y sí, riesgo. ¿Qué piensan?

Defund the police, algunas fuentes:

El distanciamiento social en el 2020

El distanciamiento social en el 2020: el enemigo está en casa
Una reflexión después de dos meses en cuarentena

Por Samuel J. Aguayo M.
Estudiante de nuevo ingreso en la Maestría en Estudios Hispánicos en la Universidad de Columbia Británica (University of British Columbia)

La pandemia del coronavirus tomó al mundo por sorpresa. En un parpadeo, nos vimos obligados a abandonar nuestras rutinas y a permanecer en casa el mayor tiempo posible. Durante el distanciamiento, hemos librado la batalla desde dos frentes: por un lado, el personal de salud lucha contra el virus desde las trincheras, y diario se expone ante el avance de la enfermedad; por el otro, el resto de la sociedad se ha enfrentado a sobrellevar inquietudes como el aumento de estrés, la falta de recursos económicos, el desempleo y la violencia intrafamiliar, por mencionar algunas. En el peor de los casos, millones de personas han vivido la terrible experiencia de ver enfermar a sus seres queridos, o incluso fallecer. Es decir, la sociedad que ha permanecido en casa se ha enfrentado a un enemigo que no se puede combatir con cubre bocas ni caretas protectoras.

El adversario ha tomado diferentes formas, como conflictos internos entre las familias hasta la agudización de desórdenes como la ansiedad y los deseos de suicidio. Por ejemplo, China reportó que las solicitudes de divorcio se habían disparado al concluir la cuarentena. Wuhan, la región donde surgió el virus, anunció que las denuncias por violencia intrafamiliar se habían triplicado en febrero de 2020 con respecto al mismo mes del año pasado.

La situación es muy parecida en México. Desde el inicio del distanciamiento se han realizado 26 mil llamadas telefónicas en las que se denunciaban agresiones contra las mujeres. La cifra es la más alta desde que se estableció el conteo en 2016. Además, agrava el terrible problema de la violencia de género en un país donde se cometen ocho feminicidios al día.

Otra faceta del problema se manifiesta en el plano económico. Existe una gran cantidad de trabajadores que no cuentan con fondos de ahorro, o no pueden ejercer sus trabajos desde casa. Esto ha elevado las tasas de desempleo en todo el planeta. Tan solo en América Latina se estimó una pérdida de 11.5 millones de puestos de trabajo en este semestre. Del mismo modo, las autoridades italianas aumentaron la seguridad en ciertas regiones, tanto del sur como del norte de la península, pues temían saqueos y revueltas en contra de las restricciones. Las personas simplemente ya no tenían dinero para comprar comida. La tensión se elevó especialmente durante abril, cuando registraron su máximo de contagios.

Para resolver sus problemas económicos, muchas tiendas y restaurantes se unieron a aplicaciones como Uber Eats, que ofrecen hacer entregas de víveres a domicilio.

Ante estos escenarios, quizá el mayor reto al que nos hemos enfrentado es a mantener la lucidez y lograr fortalecernos mental y financieramente. La incertidumbre del futuro y la perpetua publicación de noticias negativas generan un efecto de miedo y ansiedad en muchas personas. La solución al problema comienza cuando aprendemos a controlar nuestros pensamientos y concentrarlos en diferentes narrativas, no sólo las que refieren al virus.

He advertido que las artes y la industria del entretenimiento doméstico, en general, han jugado un rol trascendente para combatir al enemigo en casa. La inteligencia emocional es, quizá, el músculo que más nos hemos obligado a ejercitar en esta época.

Ante la imposibilidad de salir de casa, el cine, los videojuegos, la música o la literatura, entre otros, han sido consumidos en una gran cantidad. Netflix reportó un aumento global de 16 millones de suscriptores en el primer trimestre del año, su crecimiento más amplio. Por su parte, la venta de libros en línea aumentó 110% en México desde mediados de marzo. Es posible notar, pues, que estamos viviendo un renacido interés por las artes y las humanidades. A fin de cuentas, los libros y las suscripciones a Netflix suelen ser de fácil acceso para distraerse del incesante bombardeo de noticias relacionadas con el Covid-19.

Otra forma en que la sociedad ha buscado mantener su salud física y mental es a través de la meditación o el ejercicio en casa. No es de extrañarse que la ropa y el equipo para entrenar tuvieran tentadores descuentos en el último Hot sale, que fue impulsado por diferentes compañías en Estados Unidos. ¿Cómo sería sobrellevar la cuarentena sin nuestras series, nuestros libros, nuestras películas, nuestros videojuegos o rompecabezas? Incluso, el distanciamiento ha sido aquella musa que sopla al oído de los escritores modernos. No podría sorprendernos que en Amazon aparezcan novelas con títulos del tipo “En cuarentena con un leñador” o “Cincuenta sombras en cuarentena”.

Este tiempo ha exigido volver a valorar nuestra cotidianidad. ¿Quién habría pensado que extrañaría actividades tan rutinarias como ir tomar un café o entrenar en el parque?

Ahora, el mundo contempla cómo las restricciones se levantan poco a poco. Tal es el caso de Alemania, que hace unas semanas reanudó su liga de fútbol profesional, y Nueva Zelanda ya reportó su último caso de coronavirus como neutralizado. Son historias por demás alentadoras.

En los próximos meses o años veremos cambios en todos los sectores de nuestra vida. Quizá éste sea un giro radical que modifique industrias completas. Por ejemplo, puede haber un aumento sin precedentes en la educación a distancia, o diversas empresas podrían ser absorbidas por el gigante Amazon, y el crecimiento del e-commerce se elevaría a un nivel exponencial.

Es difícil hacer un presagio acertado. Sin embargo, es cierto que nuestra lucidez y nuestra sana convivencia han sido puestos a prueba por la pandemia. Esta época puede ser una gran oportunidad para desarrollar el músculo de la inteligencia emocional y aprender a afrontar los retos que ya están a la vuelta de la esquina.

May 27: Erin Graff Zivin

For May 27, we will be talking with Erin Graff Zivin (University of Southern California).

Erin has sent us a very important text of hers, “Towards a Passive University,” to be the focus of our conversation.

You do not need to have read the pieces we talked about last week (though no doubt they will help) to participate. But please be prepared to contribute questions and thoughts about this one for the first hour and a half or so.

I am asking Erin to provide a brief (10 minute or so) introduction or context, but this is a discussion, not a talk.

You may also want to check out what Erin has written very recently on matters related to our current state of pandemic: “Live Free; or, Die”.

May 20

For May 20, we read and discussed two texts by Erin Graff Zivin:

“Beyond Inquisitional Logic” and “Marrano Secrets.”

May 13: New Students

On May 13, we were happy to have with us for the first time the prospective students who will be arriving to start their graduate studies at UBC next year. Welcome to Johann, Pamela, Samuel, María Fernanda, and Kathryn!

We also experimented with breakout rooms for the first time, and discussed the following texts:

May 6: Alberto Moreiras

On May 6, we were pleased to host our first special guest, Alberto Moreiras (Texas A&M). With him, we discussed the following texts:

April 29

On April 29, we discussed the following texts:

The following discussion questions were also proposed:

  • ¿Son activismo político y academia la misma cosa?
  • Si crees que sí, ¿siempre lo han sido? Si crees que no, ¿opinas que deberían de operar en sincronía?

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