Mi primera impresión de esta novela es que en el principio, suena bastante imparcial. Sabemos información mínima sobre el narrador, sólo que ella es una niña y tiene un hermano, padres, y parece ser de una familia privilegiada. No nos dice sobre su personalidad, sus aficiones, o sus amigos. Explica el mundo a su alrededor como lo ve.
Este libro es muy diferente del libro pasado, Ifigenia. Se ve que el cuento se desarrolla desde el punto de vista de una niña de siete años. Ella está atrapada en un momento muy difícil, con un montón de cambios sociales, políticos y económicos. A pesar de que todavía no entiende todo lo que ocurre a su alrededor, vemos el impacto que la violencia tiene sobre ella. Por ejemplo, ve a un hombre indio que fue asesinado (macheteado). Más tarde se da cuenta de una similitud en la forma en que Cristo en retratado en una imagen en la iglesia. La autora escribe “aparece un Cristo… y la sangre fluye con abundancia de sus manos.” (Castellanos 41) y luego cuando la niña dice a su madre “Es igual al indio que llevaron macheteado a nuestra casa” (Castellanos 41). Vemos en la reacción de ella que se siente dolor, y está traumatizada por este evento. Parece saber que lo que ocurrió fue mal, aunque no acaba de entender por qué sucedió. Lo que se destaca para mí es la división muy evidente de las clases sociales, específicamente entre los indios y los blancos. Hay un par de escenas que me pareció interesante. Por ejemplo, cuando Ernesto viene a visitar César, Castellanos escribe “Es que… no quiero faltarte al respecto. No somos iguales” (52).
La posición de la narradora es única porque su niñera es una mujer indígena. Vemos desde el principio que hay una amistad entre ambos. La niña confía en su nana. Por ejemplo, la autora escribe “Entonces, como de costumbre cuando quiero saber algo, voy a preguntárselo a la nana.” (Castellanos 26). Me recuerda esta relación de la relación entre María Eugenia y su criada Gregoria. María Eugenia y esta niña ambos confían en su criada y no tienen miedo de hacerles preguntas. Además, es interesante que la nana enseñe a la niña los mitos culturales indígenas. Por ejemplo, habla de los cuatro señores del cielo y como construyeron al hombre.