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Ifigenia III

Teresa de la Parra, Ifigenia

And so Teresa de la Parra’s novel ends as the title always indicated that it would: with a sacrifice, and a willing one at that. María Eugenia has at least two opportunities to avoid her fate of an unhappy marriage with César Leal, which she variously describes as a “death sentence” and “hidden slavery” (336). She could take the risky route of eloping with her former suitor Gabriel Olmedo, whose impassioned letter urges her towards an early-morning street-corner assignation, from which he would whisk her to the port and a steamship and on to a voyage of discovery through Europe. She seems about to take up this option, but hesitates as she runs into Aunt Clara while seeking out a suitcase in the darkened house. Then her second chance to escape her fearful destiny comes when, shortly afterwards, she summons Leal to see her, determined to break off the engagement. She has her speech ready: “In the past few days while you have not been here, I have confirmed that I do not love you enough to marry you [. . .]” (331). When the time comes, however, she cannot bring herself to say these words. And again, Aunt Clara has something to do with her unwillingness to follow through: she imagines herself like her, an “old maid,” her beauty long gone and dependent on Uncle Eduardo. At least with Leal she would have a house of her own, a place of asylum.

In any case, the truth is that her fiancé barely lets her get a word in edgewise: his voice is “full of energy and absolutely clear, always knowing what he wants and always saying exactly what he has to” (332). By contrast, María Eugenia ends up without a voice at all: ”he didn’t let me speak, and as he carried on explaining things to me so loquaciously, I didn’t say another syllable, but set to watching him as I sat mute, perplexed, and absent” (333). Far from being the protagonist of the novel of her own life (as she had, at the outset, excitedly exclaimed to her friend Cristina), she is now at best a bystander, at worst a victim of decisions made by others. She has been an object for some time: a commodity for sale. Now, however, she faces the horror of being an object aware of her objectification and the treatment she is undergoing, but without the chance of calling out or doing anything about it. Like the nightmare of the patient on the operating table whose anaesthetic has failed but who cannot move a muscle, any self-awareness she has won only makes everything worse.

Of course, in theory María Eugenia’s options remain open as the book comes to a close: the wedding with Leal is still a week away, and Olmedo, rejecting her negative response to his suggestion as a sham, seems to be offering her one more chance. But one can hardly imagine her making such choices. Indeed, one can hardly imagine her making any choices of any significance at all. To put this another way: if the traditional Bildungsroman is a narrative detailing the birth of the adult subject, through trial and error, experience and gradual self-knowledge, Ifigenia is better described as an inversion of the genre. Here we have a subjectivity that is almost comprehensively dismantled, that enters into utter crisis; and the only knowledge that María Eugenia seems to have gained about herself is the fact of her own unknowability, the otherness that haunts her and that, at the crucial moment, “spoke through my own mouth, took my destiny in its claws, [and] cruelly destroyed it” (328). More broadly, this is a tale of psychic disintegration; as such, it perhaps has more in common with ”The Yellow Wallpaper” than would first appear to be the case. In other words, the essence of María Eugenia’s tragedy has little to do with the fact that she does not (cannot) elope with Gabriel: his paean to natural rights and Romantic freedom hardly disguises the fact that the choice he’s offering her is merely between two forms of patriarchal subjugation.

Our would-be heroine’s tragedy, rather, concerns the nearly catatonic state, dominated by fear and anxiety, to which she succumbs by the end. She is unable to achieve liberal subjectivity and personhood, and at the same time has failed to establish any alternative path. She has failed, for instance, to write her way out of her predicament: the literary project that at first seemed to offer some kind of liberation finally loses its way. María Eugenia tells us that this novel’s final chapter is also her adieu to writing: it’s the “final page of [her] spiritual life” (315). What had begun as gossipy and jocular confidences to a far-flung friend has by the end taken on the tone of a suicide note: when she drops the suitcase, signifying that eloping is no longer an option, she describes herself as “forsaken and suicidal” (329); later she says she is “pale, lifeless, hollow-eyed, almost ugly” (331; of course, that “almost” indicates the hook with which her anxiety has snared her). This novel that is obsessed with the idea of “life” in all its various connotations (a span of time as well as a form of intensity) ends up being the tale of a woman consigned to what Giorgio Agamben calls “bare life.” This is the sacrificial logic of the modern-day Iphigenia, who chooses oblivion only because all other choices are impossible or unimaginable, and what remains is mere habit.


Sacrificio con una S mayúscula

Por un lado, el lector de Ifigenia: Diario de una señorita que escribió porque se fastidiaba (1924) puede entender claramente el título por el fastidio que caracteriza la vida de la protagonista, y a la vez a través del acto de leer este “diario” en sí, lo que se ha escrito por causa de este fastidio. Sin embargo, en la cuarta parte de la obra, el titulo se hace aun más evidente, es decir por fin se entiende la referencia a la figura griega de Ifigenia. Aunque, podemos concluir que la novela debe ser llamado Ifigenia: Diario de una señorita que escribió por distraer el meido (“Tengo miedo . . . Sí . . . escribo por distraer el miedo …” (231)). En esta última parte la protagonista experimenta otro motivo para escribir, y al igual que la trama de esta cuarta parte, este motivo es más oscuro y más trágico.

No sorprendente, su estilo de escribir cambia también.  Visualmente es más dramática.   De repente María Eugenia está llenando las páginas de su diario con letras mayúsculas. Ya no es el amor que se siente, sino el Amor. Ne es la luna al que ella confiesa, sino la Luna. No es la vida que está empeorando  tan rápidamente, sino la Vida. Creo que el propósito de esto es para subrayar la magnitud del sacrifico que María Eugenia elige al final de la obra. Ella sacrifica su Vida, y así ocurre otra muerte en la trama trágica de esta cuarta parte. Ya no puede soñar con una Vida (V mayúscula) en Nueva York, una Vida con Gabriel. Su Independencia y Modernidad mueren con este sacrificio, y así también muere el Amor. Ella sucumbirá a nada más de una vida (v minúscula) tradicional de una mujer venezolana en esta época.  Una vida en la que <<el hombre debe conducirse siempre ¡como hombre! y la mujer ¡como mujer!» (209) según su novio César Leal. No sorprendente, este tipo, César Leal, es extremadamente Leal (mayúscula) a esta idea de una vida tradicional.

El Sacrifico (S mayúscula) de rechazar a Gabriel y quedarse con su familia es una decisión definitiva, que es una distinción importante dado que la imagen de la protagonista hasta este momento ha sido uno que corresponde más con la que ofrece su tía Clara, <<porque como es tan caprichosa, hoy te dice verde y mañana te dice colorado!>> (197). Con esta decisión tan definitiva, ya no puede cambiar su mente de ‘verde a colorado’, y de hecho, ha elegido una vida en la que todo será blanco y negro.

Ifigenia III y IV

¡Qué cambia de personalidad! Después de 2 años María Eugenia parece como una chica nueva. En la tercera y cuarta parte de Ifigenia hay muchos eventos que ocurren. Ella deja de escribir en su diario después de oír que Gabriel va a casarse con una otra mujer y ella empieza otra vez cuando ella quiere hablar de su querido, Cesar Leal. Es interesante a pensar sobre todo que ha pasado dentro de esos 2 años que han cambiado mucho de la personalidad de María Eugenia. De alguien que era liberal y franco en sus pensamientos a ser una mujer casi sumisa y tradicional, se trata de un gran cambio en las creencias y ideales de María.

Para mí, lo que yo pareció interesante fue ver el crecimiento en el personaje a lo largo de todo el libro y mi reacción como lector a eso. Al principio, su manera de estar liberal y decir lo que ella piensa para mi, parece muy inmaturo y dramático. Pero a través del libro y tener un mejor conocimiento sobre la vida de la mujer en esta época, llegue a entender porque ella tiene sus pensamientos y el bien que puede hacer por el resto del mundo. Al menos que sus ideas eran subdesarrolladas, sus intenciones eran buenas. Al momento que yo acepté María Eugenia ¡todo cambia! Pero lo que encontré interesante era que sus valores han cambiado pero sus valores son buenas valores como la familia, el honor, el respecto, pero porque yo estaba apoyando su pequeña movimiento feminista yo no estuve alegre con su cambia de personalidad. Cesar Leal parece como un hombre respetuoso pero la trata como una mujer tradicional y sumisa.

Una cosa más era la diferencia entre las cartas de María Eugenia y de Gabriel. Con la carta de María Eugenia, es un confesión de amor total por Gabriel, algo prohibido por una mujer a confesar. Ella habla constantemente sobre el amor uno para la otra y como ellos deben ser juntos. Ella escribe un soneto de amor para Gabriel y expresa todo lo que ella piensa. Pero al contrario, la carta de Gabriel es mas diferente. Parece que Gabriel trata a María Eugenia como un objeto. Su carta es mas como un argumento posesivo con el propósito de mostrar porque él merece tener posesión de María Eugenia. Además, que Gabriel dice que él no tiene la culpa por su matrimonio y que no deber ser castigado por eso, pero al mismo tiempo, él hecho la decisión de casarse con otra chica.

Por concluir, una otra cosa que me interesa es el uso de la religión. Hay palabras, expresiones usando al través del libro pero al fin hay un gran soliloquio que usa muchas imágenes religiosas. ¿Ella quise comparar su sacrificio a los sacrificios de personajes bíblicas?  ¿Porque es solamente al fin que la religión parece muy importante para ella?


Ifigenia, Teresa de la Parra (Parte 3 y 4)

Este libro tiene dos muy grandes transiciones. Este primer paso es el estilo de escribir . Empezamos la primera parte en formato carta y luego en la segunda parte nos movemos en forma de diario, y, por último, nos adentramos en un tipo de escritura reflexión. Creo que esta transición tiene una media simbólico relativo a la segunda transición, la transición de María de una chica auto obsesionado en una mujer madura. Creo que la transformación del estilo de escritura ha transformado al mismo tiempo que María. Cuando era joven e inmaduro que estaba escribiendo la carta acerca de sí misma, y luego como ella, porque un poco más conscientes de que la rodeaba empezó un diario de observaciones. Después de unos años, cuando María comienza a escribir otra vez podemos ver su madurez a través de la reflexión y sus propios pensamientos de ella misma cuando era joven.

Más sobre la transición de niña a mujer, María muestra gran progreso personal cuando leemos la tercera y cuarta partes del libro. Ahora María le encanta cocinar y coser y hacer todas las cosas que ella solía odiar. Ella, por supuesto, sigue interesado en su apariencia, pero ya no en la medida en que sus apariciones eran todo lo que importaba. No sólo vemos el cambio, pero María también lo ve cuando lee su escritura desde hace años. Por supuesto, el cambio en el estilo de escritura es también evidencia que muestra a convertirse en una mujer.

En esta parte del libro se nos presenta a un nuevo personaje, César Leal. Me parece que no se adapta a la nueva María, ella ya no está tan preocupado con su aspecto (no tanto) mientras Leal comenta sobre su belleza, pero nada más allá de eso. Él es la opción segura. Cuando Gabriel regresa y declara su amor a María, ella es, de repente frente a una elección mucho más interesante, la elección de la libertad y la aventura. Al elegir a casarse Leal, María hizo un sacrificio por su familia. Esta acción también muestra madurez y crecimiento en una mujer. Ella elige la felicidad de los demás por encima de la suya.

Por último, me gustaría compartir mi escena favorita del libro. Me gustó mucho el encuentro entre todos los parientes de María acerca de su futuro, mientras que ella se sienta fuera de la sala escuchando su conversación. Esta escena muestra la inmadurez de todos los personajes. María porque ella está escuchando a escondidas una conversación que ella no es una parte de, y todos los familiares para no invitar a María para ser parte de la conversación referente a ella. Esta escena muestra cómo controla la familia. Algunos quiero que tenga la libertad de elegir que otros quieren que se case Leal y nadie ha pedido a María lo que quiere, porque piensan que es demasiado inmaduro para averiguarlo por sí misma. Al final María demuestra su madurez eligiendo casarse Leal, la defensa de la reputación de la familia. Ahora que ha pasado de un vínculo de control a otro.


Ifigenia: Tercera parte

La tercera parte de Ifigenia me gusto mucho. Empieza con una novedad de que se va casar Gabriel. María Eugenia esta tristísima de oír esta novedad de su tía Antonia porque ella estaba enamorado de el.

Además , la tercera parte cuenta de como ha cambiada María Eugenia en dos anos. María ya puede ser tres clases del calado y tiene novio. Esta parte me pareció muy interesante porque todo lo que no quería hacer como conformarse a lo tradicional y la sociedad, María lo ha hecho. Me parece que se ha conformado a lo tradicional con el hecho de que puede ser el calado. También su opinión de los hombre ha cambiado como piensa que tener novio es algo muy importante para su vida y el futuro porque esto” tendrá grande influencia en el futuro y las generaciones que vendrán. “

Al desarrollarse la novela vemos que su familia discuten sobre el matrimonio de María Eugenia. Su familiares tiene distintas percepciones. Tío pancho no piensa que es bueno que se case si haber visto el mundo y su abuela dice que debe casarse porque un marido le hiciera bien por el hecho de que es muy bonita y muy liberal con sus ideas y hiciera mal. A medida que avanza la novel, María se va casar con un hombre poderoso, un doctor inteligente y educado llamado Cesar Leal. Su familia esta muy contenta pero pienso que María solo lo esta haciendo porque su familia lo quiere y para hacerlos feliz, una cosa que jamás hubiera hecho antes. Para me, pienso que Leal es un hombre muy controlador y no le deja hacer muchas cosas a María Eugenia. A Leal no le gusta que María hable con Mercedes porque es una mujer muy libre y una mujer casado no debe ser así. Lo que me gusto mucho de esta parte de la novela es que a pesar de ser cambiada y conformándose a la sociedad ella todavía defiende a Mercedes.

En la tercera parte nos enteramos que tío Pancho se enferma y no hay un remedio para el. Aparece Gabriel Omedo para cuidar a su tío y María Eugenia se siente muy emocionada por su visita inesperada porque no lo ha visto depuse de sufrir y después de que el se caso con otra. Los dos hablan de su matrimonio y vemos que Gabriel se equivoco y no esta feliz en su matrimonio. Ellos recuerdan su pasado y como Gabriel le dice que nunca ha dejado de pensar en ella. Gabriel no la deja en paz y esta obsesión sobre ella. Es muy persistente y quiere que ella le diga que no esta feliz y que siempre la ha amado. Vemos que María Eugenia lo desea y tiene una atracción fuerte a el aunque esta con otro. Ella planea huirse con el y no casarse con Leal pero no va como ella lo quisiera. Al pensar mucho sobre que debe hacer, ella tiene intenciones de decirle a Leal que no se quiere casar y quiere suspender su casamiento pero el no la escucha.

Al final María Eugenia no sabe que hacer y se siente muy confundida. Esta novela termina con María Eugenia crea un personaje de ella misma llamada Ifigenia una persona sacrificada.


Ifigenia: tercera y cuarta partes

En la tercera parte casi dos años han pasado y durante algún tiempo, María Eugenia no ha escrito mucho. Pero decidió de escribir otra vez. Ella creí que sus progresos morales y materiales realizados por ella, son inmensos y son numerosísimos (187). Lo que le fastidiaba antes, como la costura, la cocina o el bordado, ahora es una serie de cosas que ella ha conquistado. Nunca iba a conversar con su criada Gregoria, no le pintaba la boca con colores más atrevidos ni usaba palabras sin pensando cuidadosamente. Vemos que ella ha transformado su conducta, presentando un carácter maduro y por eso su familia la admira mucho más. Es interesante que ver, como antes ella sería rebelde pero ahora, “se ha transformado en una mujer reflexiva, sumisa y muy moderada” (212).

Sin embargo aunque su familia la quiere mucho, todavía trata de controlar y oprimir su libertad e independencia como su abuela dijo: “esa excesiva independencia, ese carácter impresionable, ese desdén por todo lo que representa para ella una autoridad, son cosas muy, muy peligrosas” (197), cuando celebraban un consejo de familia. Sus parientes estaban discutiendo del matrimonio para ella que según ellos, es una necesidad y su abuela no quería que María Eugenia se queda sola. Entonces, el candidato ideal era César Leal, un nuevo personaje que nos ha introducido en esta parte.

Se parece que su belleza tiene una importancia capital y es una cosa que le permite a ella un buen matrimonio pero ella piensa que si se casa, que tendrá gran felicidad y quizás, una manera de liberarse. Pero en realidad cuando ella es la esposa de Leal, ella todavía estaría controlada por su esposo. Esto es evidente cuando Leal comenzó a dictar sus reglas y cómo María Eugenia debe obedecer a él, por ejemplo como lo que el vestido de novia que lleva o si puede bailar. Es interesante que aunque ella está obligada por sus límites y leyes, piensa que es su forma de expresar el amor para ella.

En la cuarta parte María Eugenia estaba en un dilema y tenía dos opciones: para casar con Leal o huir con Gabriel, que ha vuelto para cuidar a su tío Pancho antes de su muerte. Si ella se fue con Gabriel, podría haber viajado por todo el mundo y tener una oportunidad para recibir la libertad, el amor y la felicidad. Pero al final, no puede hacer eso; se sacrificó todo para quedarse con su familia y casarse con Leal.