Al principio, no me gustó el libro. Me parecía lento, aburrido, y sin bastante desarrollo de los personajes. Pero la segunda mitad me parece más interesante. Vemos temas de género, clase social, pedofilia, amor, etc.
Por ejemplo, es interesante que haya un segmento sobre la historia de Adán y Eva. No es claro el papel de esa descripción, y supongo es para crear una crítica a las mujeres. Por ejemplo, la autora escribe “En cambio, la lista de sus defectos [de Eva] es más numerosa; alumnos la juzgaron excesivamente curiosa, charlatana y consideraron que tenia mal carácter, dijeron que era holganza y que era una frívola.” (160-161 Rossi). Además, lo interesante es el cuento siguiente: sobre Equis trabajando en Londres con las mujeres que abortan a sus bebés. ¿La historia de Adán y Eva quizás es una manera de crear parcialidad en el lector sobre la idea de los abortos? También, hay juzgamiento desde los personajes. Por ejemplo, José dice a una mujer embarazada “Para meterse en la cama sí que tienen prisa. Pero después, como si nada.” (168 Rossi). Es una manera de juzgar a la mujer como alguien irresponsable, impulsiva, y traviesa.
Otro ejemplo del tema de género es cuando Equis está pensando a sí mismo en el bar. Rossi escribe “Ser mujer de la vida quería decir… que es a quien pertenecemos todos, es decir, los hombres” (177). Es un ejemplo del patriarcado y la idea de que las mujeres son objetas, y los hombres controlan y poseen esas objetas. No sabemos si el personaje Equis está de acuerdo con esa idea, y parece que es una crítica al mundo real, donde las mujeres a menudo son tratadas como objetas.
Lo más raro en el libro es la pedofilia entre Morris y Percival. Es sorprendente, por falta de una palabra mejor, que un hombre maduro se enamora con un niño de nueve años. Como si esto no fuera suficiente, Morris confiesa su amor en una carta a Equis y Graciela. En lugar de reaccionar en estado de shock o desaprobación, Equis y Graciela simplemente responden por el envío de los artículos que Morris solicitó y lo escriben “El infierno es no poder amar” (Rossi 148). Es como si fuera un mundo sin el remordimiento, la ética o la moral. Quizás por eso se llama “La nave de los locos”.