Monthly Archives: March 2015

Nunca hubo alguna vez (1984) – ¿un anti-cuento de hadas?

El titulo de esta colección de cuentos por Carmen Naranjo me llamó la atención durante la lectura. A mí, parece ser polémico. Y creo que es importante que la frase se repita otra vez en las primeras palabras de la obra en la página 11. Es un rechazo a propósito de la tradición del cuento de hada.

Veo dos mundos distintos en esta obra: uno que es la realidad de la edad adulta, y otro que es el mundo fantástico, imaginativo, y juguetón de la infancia. Así, el título suena como un rechazo de este último mundo (y a su vez la valoración de la realidad de la edad adulta) por ser un rechazo de la tradición de cuentos de hadas (los que simbolizan la infancia). En la realidad de la edad adulta, “nunca hubo alguna vez”. Lo polémico, o la tensión, surge porque estos cuentos son aparentemente para niños, y también cuentos que tienen narradores infantiles pero a la vez la obra es una rechazo de esta tradición infantil. Tras esta tensión, creo que Naranjo se está dirigiendo al tránsito inevitable de la infancia a la edad adulta. Esta obra parece mostrar la maduración desde la juventud/niñez a la realidad de la edad adulta. En la escritura, las voces de estos dos mundos parecen estar luchando/resistiendo el uno al otro. Naranjo escribe que “Nunca hubo alguna vez,” su narradora niña le responde: “sos un puro mentiroso, siempre hay alguna vez.” (p. 11) Además esta tensión existe porque los cuentos tienen personajes jóvenes y usan un lenguaje infantil a veces, pero por otro lado estos mismos personajes son capaces de reflexionar como adultos. También, los dibujos prestan al libro un aspecto infantil, pero como el título nos recuerda, no es un libro de cuentos de hadas.

Al fin y al cabo es esta realidad adulta que domina. El décimo y último cuento, “Olo”, marca la transición irreversible del mundo (“paraíso”) de la infancia. Olo es un tipo de paraíso en que todos los Olanos (¿niños?) existen en armonía, hasta un extranjero, “El visitante” (¿Adulto?), llega y intenta cambiar todo: “El hombre empezó a ensenar métodos más rápidos y fáciles, pero tan mecánicos y monótonos que no iban al ritmo de las canciones ni permitían el cuidado necesario para no alterar la naturaleza ni hacer daño a los animales” (69). El resultado es que este paraíso desaparece, y lamenta la narradora, “Me pregunta Usted donde queda Olo. Pero Usted cree que si lo supiera, estaría aquí” (75). Así, el lector ha llegado a un punto en la lectura en que la infancia se ha desaparecido.

Otra pista que esta realidad adulta se ha vencido está en la dedicatoria. La autora refiere a su propia infancia en la dedicatoria, al igual que sus hermanos, “compañeros de infancia”. A través de esta dedicatoria nostálgica entendemos que el propio Naranjo es la prueba que no se puede quedarse en el mundo infantil para siempre.

Carmen Naranjo – Nunca hubo alguna vez

He encontrado estas historias interesantes, pero con toda honestidad, no estoy seguro de que yo entendía el punto o el mensaje de cada historia. Cada historia era muy fragmentada, aunque empezó y terminó con la misma idea, era muy difícil de seguir. Cada historia dejó a los lectores que se preguntan acerca de la trama y el mensaje que debemos entender a partir de la historia.

El estilo de escritura, y las técnicas que utiliza Naranjo, no son muy diferentes de las otras escritoras latinoamericanas que hemos estudiado en este semestre. Ella utiliza una gran cantidad de metáforas y simbolismo, más específicamente; la mayoría de los animales en las historias tienen algún tipo de simbolismo o la metáfora unidos a ellos. Por ejemplo, en la historia de Cuando invente las mariposas, la mariposa representa la evolución y el cambio. Como la historia avanza las emociones se vuelven más desarrollados y, finalmente, cambiar, al igual que cuando una mariposa cambia de una oruga en una pupa y luego se convierte en una mariposa. Otra técnica que utiliza Naranjo es la descripción. A pesar de que todo parece fragmentado la información que nosotros tenemos es descrito muy claramente.

Un tema recurrente que encontré a través de todas las historias de Naranjo es la importancia de las emociones. Las emociones son la razón por la gente tome acción u optan por no tomar acción y creo que Naranjo está tratando de mostrar que cualquier tipo de sentimiento o emoción es importante para motivarnos a seguir adelante. En estas historias las emociones progreso, el desarrollo y el cambio. Ella utiliza las emociones como el terror, la ira, la distancia, la aceptación, la frustración, el poder, y la decepción para pasar la historia adelante. Creo que esto puede estar relacionado con la fragmentación en su escritura. A menudo, cuando nos sentimos de cierta manera podemos sentir que cambia lentamente y antes de lo sabemos otro sentimiento está dominando nuestras emociones. Creo que esto es como la fragmentación en la forma en que vemos algo está a punto de suceder y cuando de repente sucede que pregunto cómo Naranjo llegó allí.

Otro tema que encontré en los cuentos de Naranjo (sin embargo no todos ellos) es la realidad vs. la imaginación. En algunos de los cuentos, la realidad y la imaginación ambos juegan un papel importante y vemos un contraste que se desarrolla entre los dos.

Carmen Naranjo y Nunca hubo alguna vez

Esta semana el libro que estamos leyendo es <<Nunca hubo alguna vez>> escrito por Carmen Naranjo. Este libro es similar al que escribió Silvina Ocampo porque contiene una colección de cuentos también. Muchos de estos cuentos están narrados por niños (sin nombres) y es muy interesante para leer porque parece que en las historias, la mayoría parte de ellos inventan a los personajes/las cosas o usan la imaginación. También hay muchos animales u objetos que pueden representar algo que es muy simbólico. Hay muchos elementos mágicos y fantásticos que juntos con la realidad y la vida cotidiana, tratan de mostrar el proceso de crecimiento.

Uno de los cuentos que me parece extraño, pero me gusta mucho, es A los payasos todos los quieren. Al principio la niña habla de verduras y muy pronto, se desvía para hablar sobre los animales y especialmente, la lagartija. Cuando la gente le pregunta, “¿qué vas a ser de grande?”, ella le dice enfermera, paseadora y finalmente, payasa. Esto es muy interesante porque para mí, nunca he oído de una mujer que quiere ser payasa. Ella ve que a su tío recibe una gran cantidad de valor y aprecio por lo que hace (parece que su ocupación puede ser un payaso), y todos quieren a su tío. Entonces, ella decide hacer lo mismo para que pueda agradar y entretener a la gente. Sin embargo, se da cuenta que hay una diferencia entre hombre y mujer. Aunque la ocupación es la misma, el valor no es el mismo, porque los hombres son más altamente considerados a pesar de que la niña está haciendo lo mismo. La abuela se le olvidó a la niña, y la gente no contesta ni habla con ella.

Al final cuando contesta ella otra vez la pregunta, dice: “lo que ellos quieran” (43). Quizás ella está aprendiendo sobre los papeles femeninos y se conforma a las normas sociales a una edad temprana. Creo que hay la ironía con la ocupación de payaso en lugar de una posición, por ejemplo, como abogado, médico o presidente ejecutivo. Estas posiciones están dominadas por los hombres generalmente. Es irónico porque como payasa, esta ocupación es opresiva porque todavía se está entretenido a los demás, y ser lo que ellos quieren. Entonces, ella no tiene ninguna opción y la única cosa que ella puede hacer es ser lo que las otras personas quieran.

Carmen Naranjo: Nunca hubo alguna vez

Tanto confuso e intrigante. Carmen Naranjo escribe sobre la vida urbana, centrándose en situaciones, ambientes y personajes de clase media baja, muy comúnmente vemos situaciones de la vida urbana de rutina; la gente en los autobuses, los niños en la escuela, los trabajadores de oficina y sus empleadores. Sus personajes son mediocres, que no poseen nada "especial" o importante; por ejemplo, en muchos de sus cuentos, ella no hace hincapié en la importancia de nombrar a sus personajes. El narrador de no se les da un nombre, o el nombre se revela al final de la historia. Sus cuentos son muy fragmentados y son difíciles de seguir, pero las terminaciones concluyen las partes anteriores de la historia, por lo general con algún tipo de simbolismo o metáforas, dejando el pensamiento lector. Lo mismo sucede con la forma en que usa sus personajes. Ella no describe en detalle sus personajes, reduciéndolos a una mera voz. Al hacer esto, en mi opinión, el lector se centra más allá del carácter, y más en el entorno en el que el personaje se encuentra a sí mismos; una vida llena de abusos, el destino: por qué las cosas suceden de la manera que lo hacen, el tiempo es de los de control, etc. que me pareció interesante cómo Carmen Naranjo optó por utilizar un lagarto y mariposas en sus historias, animales capaces de metamorfosis y re-síntesis.

Carmen Naranjo: Nunca hubo alguna vez

Tanto confuso e intrigante. Carmen Naranjo escribe sobre la vida urbana, centrándose en situaciones, ambientes y personajes de clase media baja, muy comúnmente vemos situaciones de la vida urbana de rutina; la gente en los autobuses, los niños en la escuela, los trabajadores de oficina y sus empleadores. Sus personajes son mediocres, que no poseen nada "especial" o importante; por ejemplo, en muchos de sus cuentos, ella no hace hincapié en la importancia de nombrar a sus personajes. El narrador de no se les da un nombre, o el nombre se revela al final de la historia. Sus cuentos son muy fragmentados y son difíciles de seguir, pero las terminaciones concluyen las partes anteriores de la historia, por lo general con algún tipo de simbolismo o metáforas, dejando el pensamiento lector. Lo mismo sucede con la forma en que usa sus personajes. Ella no describe en detalle sus personajes, reduciéndolos a una mera voz. Al hacer esto, en mi opinión, el lector se centra más allá del carácter, y más en el entorno en el que el personaje se encuentra a sí mismos; una vida llena de abusos, el destino: por qué las cosas suceden de la manera que lo hacen, el tiempo es de los de control, etc. que me pareció interesante cómo Carmen Naranjo optó por utilizar un lagarto y mariposas en sus historias, animales capaces de metamorfosis y re-síntesis.

Nunca Hubo Alguna Vez- Carmen Naranjo

Nunca Hubo Alguna Vez es una colección de cuentos cortos por Carmen Naranjo. Al Leer los libro el que me gusto mucho era el cuento: Diesocho formas de hacer un cuadro. Es cuento se trata de un de un nino llamado Pepe que es el niño mas divertido. Tiene dos perros llamados estado y poder, hacen mucho ruido cuando juegan con el y tiene una familia ruidosa. Sus amigos están enfermos y plantea un concurso de ser una cuadro diesocho formas y si ganan, ganan su colleccion de soldados. Un niño decide hacer el concurso y al final se pone mas enfermo tratando de ganar en concurso aunque es muy dificul de ganar y ve al hospital y esta entre la vida en la muerte. El truco es que era impossible ganar porque era un “cuadro mental”, según Pepe. Al final el dice que nunca le va ser caso a Pepe y ir detras de sus juegos como dice su mama entonces acepta el desafío del concurso que pierde. Sobretodo muestra el tratamiento amistoso entre los niños y también los frustraciones y desilusiones.

 

Carmen Naranjo: los cuentos cortos

Estos cuentos escrita por Carmen Naranjo tienen mucho para analizar. Estos cuentos son llenas de metáforas y descripciones surreales de la vida de los narradores. No me gustan mucho estos cuentos porque a veces, me parecen muy desjuntadas y difícil para contextualizar. Espero que podemos hablar mucho sobre estos en clase para reconstruir las metáforas y significad de estos cuentos. Una cosa que me fascine de estos son la utilización de animales como metáfora del tema de estos cuentos. Cada animal tiene un significado que pertenece al personaje principal.

En el primer cuento, Nuncha Hubo Alguna Vez, es interesante notar la perspectiva de la niña. Ella es libre en sus pensamientos y quiere explicar las cosas en la vida y como son. Este historia es muy desjuntado en mi opinión e ir a un pensamiento u otro. Pero creo que este representa la mente de la niña que es creciendo y explorando las ideas y el estado del mundo. Josefina es de un barrio pobre y ella utiliza la metáfora del conejo muchas veces, especialmente “cara de conejo”. Esto simboliza “la vida nueva” o “fresca” de su juventud y que ella tiene el poder de cambiar sus propias estrellas.

En Cuando Invente Las Mariposas, hay la idea de creación. Las mariposas representan la vida nueva, y el crecimiento o creación por parte del narrador. El niño esta creando un personaje, Clotilde. Clotilde y el niño crea mariposas y ella es un gran compañero para él, porque en su vida no hay mucha gente que interactúa con él. Este Mariposa también representa la transformación de la vida antes, (gusano: lo mal de su vida y memoria), a una creación bonita que él hace su mismo. Este Mariposa representa la progresión de este cuento.

En el cuento A los Payasos Todos los Quieren es interesante notar las temas de genero. Este niña es constantemente preguntada de su familia “que vas a ser de grande” y ella tiene ningún idea que su familia le gusta. Ella quiere ser un payasa, pero “a las mujeres nadie las contrata para eso porque son payasas siempre” esto habla de la tema de desigualdad entre las mujeres y los hombres. También este cuento, con todos los otros cuentos incluye los animales. Son muy simbólicos. Ella quiere ser un lagartija. Este creatura es asociada a los sueños y ella quiere ser muchas cosas en su vida y sueña mucho. Es su sueña ser una payasa.

Nunca hubo una vez de Carmen Naranjo

Los cuentos de Carmen Naranjo eran muy interesante a leer y a veces de entender. Basado en la imaginación y el surrealismo, Naranjo evoca mensajes detrás de los cuentos. Para mí, un cuento que yo gusté en particular era Cuando Inventé las mariposas. El narrador es un chico que no tiene nombre, y creo que no dar un nombre sirve para que el personaje puede cualquiera persona (como en Balun Canán con la niña), incluso los lectores. Difícil de entender al principio, yo entendí el mensaje al fin. En el mundo del chico, él crea una chica, Clotilde, para llenar el espacio en su vida de un amor. Sin amor real de su familia, el chico esta despistado y nervioso en la vida. A un edad de expresar amor, pero con miedo de comunicar con las mujeres, el chico crea su propio mujer. El chico parece vivir en un mundo aislado y oscuro, entonces esa creación en su imaginación, es como un escape de eso mundo.

La creación y Dios juega un papel en ese cuento también. El chico contempla la creación y las capacidades de los seres humanos. El narrador quiere crear las cosas fundamentales como las estrellas, las tierras y las mariposas pero está limitado por sus capacidades humanos y de crear cosas secundarias como los edificios y joyas. Además, el chico no quiere que su imaginación de Clotilde esta descubierto y pide a Dios para asegurar que ella no está descubierto por los otros. Cuando el chico vi el nombre de Clotilde escrito en la asistencia, él tiene eso como respuesta a sus oraciones. Con las invención de las mariposas con Clotilde, eso restaura su fe en el mundo y el bien de los seres humanos, que él también puede crear las cosas fundamentales.

Creo que la realidad que Naranjo crea sirve para un escape del mundo oscuro. El mensaje de algunos de sus cuentos es para mostrar que con el fe, podemos escapar del oscuro del mundo. También, eso sirve para un escape de aislación que los lectores pueden sentir en sus vidas. Para mezclar la realidad y la fantasía, los lectores se toman en una nueva dimensión de la realidad. Algo que era difícil a entender es cuando el lector era en el mundo real o el mundo de fantasía. Creo que Naranjo ha usado elementos al principio de sus cuentos para referencias al mundo real y a través su cuento, les trae nuevamente dentro de la historia para recordar al lector que es un sueño.


Nunca Hubo Alguna Vez

Las historias de Naranjo es muy extrañas. Pero no es tan extraña como la historia de Clarice Lispector.

 Me gusta mucho cuentos porque hay mucho simbolismo. Escritores usualmente escribe con metáforas en historias cortas.

Yo pienso que “Fue Aquel Dia” es muy interesante. Se puede ver el estilo de Naranjo en este cuento. El cuento es un narrador que dice sobre un sueño o memoria de terror. Hay una descripción muy detallado de su corazón y sentimiento del narrador. Entonces, el narrador dirige la narración a una persona quien es un hipócrito. No le gusta cambiar para las circunstancias pero no sabe que mujeres cambian mucho en ocasiones diferentes. En el final del cuento, un narrador dice que “Ahora creo necesario hacer mi propio álbum de recortes para ver cómo quiero ser de aquea en adelante.”

El cuento es como una carta sobre una separación entre dos personas. Es como qué pasó en el pasado y un narrador puede recordarse. Pero en el tono del narrador podemos ver la tensión y su sentimientos. Hay la ira en el tono de voz o en la manera que escribe. El título “Fue Aquel Día” es un pretérito y muestra que lo que sea pasó es en el pasado. Es terminado. Y en el última frase del cuento, el narrador muestra que se ha mudado adelante o en la dirección del futuro.

“No te has fijado como tu mama cambia cuando recibe visitas…”

Me gusta mucho este frase porque muestra idea que es la verdad que nunca lo pensé antes. La idea es que la gente que no le gusta cambiar en diferentes circunstancias, no se dan cuenta que la gente cambia mucho. Hay un tipo de ropa que es apropiado en solo ocasiones específicas. Necesita cambia porque la sociedad tiene reglas para cada lugar o circunstancia. Por ejemplo, no puede muestra el público una casa que no es limpiado. Pero en estas ocasiones, cuando cambia mucho, ¿nosotros somos mostrando su vida o personaje real? ¿O es todo como un espectáculo y falso para el público?

En relación de otros cuentos de Naranjo, hay partes perdidos. El cuento empieza como una historia que ya conocemos. No hay otra descripción del personajes y que pasó antes del cuento. Es ambiguo y tiene metáforas que podemos analizar. Pero es difícil porque necesitamos más de la información sobre los personajes.

 

 

La nave de los locos I

Cristina Peri Rossi, La nave de los locos

The cover of Cristina Peri Rossi’s La nave de los locos features an image by the German/American artist Jan Balet. It’s a rather austere composition, of a small and apparently over-loaded rowing boat carrying three women, one middle-aged man, and a child, plus a younger man who has hold of the oars. Fortunately, perhaps, for all concerned, the surface of the water itself is smooth as glass, and two of the women are standing up in the tiny boat. But as a result, the arrangement strangely lacks almost all movement: the figures awkwardly stare out at the viewer as though from a formal portrait. Moreover, the composition is also practically devoid of colour: water and sky merge in a murky haze of grey, and all the adult figures are head-to-toe in black (the women, with long-sleeved and high-necked dresses plus extravagant featured hats), as though they were in mourning. The child, meanwhile, is dressed in white, but this only serves to accentuate her enormous dark eyes, which seem to be less organs of sight than black holes sunk deep into her face. As a whole, the picture’s ambience is macabre and disturbing. This is no happy family outing, but perhaps a snapshot of the Victorian bourgeoisie slowly crossing the Styx to some prim and proper Hades.

The choice of Balet’s painting for the book’s cover brings out some of the themes contained within: the notion of forced voyages, for instance, or of melancholy resignation and shared solitudes. But in fact the image to which the text itself obsessively returns is very different: it is the medieval “Tapesty of Creation” that can be found in the Museum of the Cathedral of Girona. And though almost a millennium of history has done its work to degrade the fabric and the threads that run though it, it is clear that the tapestry was originally a riot of colour: even now the reds and greens and burnished golds stand out. For this is an account of Genesis, not death: a celebration of God’s creation and of the diversity and order that coexist in the world he brought into being. A central panel depicts the Garden of Eden with all the beasts and birds that inhabited it. Around the edges are vignettes of the months and the seasons and the activities characteristics of the various phases of the agricultural year. What is more, and in contrast to the uncanny sense of disquiet and unease that Balet’s image imparts, in the Girona tapestry (as the book puts it) “everything is so disposed such that man should feel in perfect harmony, consubstantial, integrated into the universe, surrounded by creatures both fantastic and real” (20).

Tapestry of the Creation

Descriptions of the tapestry run through the book and seem to offer some key to its structure and meaning. Book and image alike, for instance, offer less of a linear narrative (though there are moments or aspects of linearity, such as the creation story itself and the progression through the year) and more of a patchwork or mosaic of impressions and episodes. They suggest, moreover, that real fragmentation–in the tapestry’s case, the fact that much of the original is now missing–can find compensation in the mind of the active reader or viewer. As the book puts it of the medieval needlework, its “structure [is] so perfect and geometrical, so verifiable that even with almost half of it missing, it is possible to reconstruct the whole, if not on the cathedral wall then within a frame of the mind’s devising” (21). In similar vein, at a number of points Peri Rossi’s book challenges the reader to look for hidden points of order that might help give sense to what is otherwise a fragmentary and sometimes confusing narrative. For instance, the narrator invites “the reader to play a very entertaining game” of figuring out “the true name of the cities evoked” in the description of the principal character’s restless wanderings (37). Indeed, the character himself goes by the name of “X,” as though hinting towards some kind of mystery that the reader might also ultimately solve: X marks the spot of the buried treasure that would be the “perfect harmony” and “perfectly intelligible discourse” (20, 21) that the book claims the tapestry promises the committed viewer.

And yet, despite the fact that the idea (or dream) of harmony runs as a leitmotif throughout the book’s disparate parts, in practice there is very little of it to be seen. X himself, for example, is at first sight at least very far from being “integrated into the universe.” Or if he is, then this is a universe characterized more by chance encounters and random violence than by beneficent order. He tries to assert some kind of logic and familiarity to his unsettled drifting by clinging to certain habits of cultural consumption: always buying the same books in each new city he finds himself in, for example. But he is constantly led astray, not least by the women that he meet who can seem at times to be all too reminiscent of the Biblical Eve who likewise turned out to be a disruptive force within the idyll that was Eden. And yet Peri Rossi refuses to condemn Eve (even as she will catalogue the ways in which young children habitually repeat the accusations that it is she who is responsible for mankind’s downfall).

In the end, La nave de los locos is rather ambivalent about the so-called harmony that an image such as the Girona Tapestry professes. After all, as a footnote observes, such harmony depends on violence in that “it presupposes the destruction of the real elements that oppose it, and for that reason it is almost always symbolic” (20). This is where a gap opens up between symbolic representation and the real. And X, for all that he sometimes seems–from his (missing) name onwards–to be pure symbol, is ultimately for good or ill condemned to live in the universe of the real. It might be nice to live in the eternal present (or eternal past) of the tapestry’s cyclical, God-ordained symmetry, but in fact we are historical beings, and history’s revenge on such dreams of symmetry can be seen in its gradual degradation, its frayed edges, and the dimming of the colours so that they end up rather closer to Balet’s drained greys than the twelfth-century artisans would have hoped.