Los hijos de los narcotraficantes

Después de leer las primeras páginas de la novela Papi de Rita Indiana, sentí que ya había leído este libro antes. Es que el semestre pasado en la clase de narcoliteratura del profesor Jon leímos una novela llamada La fiesta en la madriguera de Juan Pablo Villalobos que es en esencia la misma historia contada a través de los ojos ingenuos del hijo de un capo del crimen, excepto en el caso de ese libro, el narrador es un varón. Fue muy interesante comparar cómo se trata a los narradores según su género. En ambas novelas parece que ninguno de los niños, dadas sus edades, entienden la posición que ocupan sus padres y el peligro que conlleva. Simplemente disfrutan de los bienes materiales que se les proporcionan. Sin embargo, en la otra novela parece que el padre está preparando a su hijo para hacerse cargo del negocio, algo que no es tan obvio en esta novela. Simplemente tenemos la sensación de que la hija siempre será cuidada (al principio de la novela pero diría que esto cambia a medida que avanza la historia).

Además, el trato que se le da a la mujer en esta novela es algo que me llamó la atención, y no es solo la forma en que los hombres las tratan, también es la forma en que las mujeres tratan a otras mujeres llamándolas “prostitutas” y “putas” (118) (24).  Esto habla de la gran influencia que el machismo tiene sobre las culturas latinoamericanas y caribeñas. Las mujeres se caracterizan como objetos desechables a través de las varias descripciones de la narradora de las numerosas novias de Papi que actúan esencialmente como parásitos que siempre quieren algo de él, vemos esto, por ejemplo, en la escena de persecución de autos, donde su hija está disparando a las novias que los siguen “y sigo haciendo fuego con las armas que papi no deja de pasarme sin mirarme y bajando la cabeza y manejando con las rodillas y con la otra mano bajándome a mí la cabeza para que no nos maten, para que las bazookas de las hijas de la gran puta pasen de largo” (23). Según la narración, nos hace cuestionar el trato que Papi da a su hija, ya que a veces parece que la trata más como a un hijo, como en esta escena o cuando la lleva en sus viajes por carretera a moteles, etc. Te hace preguntarte cómo estas ideas la afectarán en el futuro e incluso la forma en que se ve a sí misma como mujer. Aunque tengo que admitir que no confío totalmente en su narración, ¿crees que podemos realmente confiar en ella?

2 comments

  1. Hola Lauren,

    Gracias por tu comentario que se me hizo interesante con ideas que también me habían resaltado al leer el texto de Indiana. Como compartes esta mirada de niña que vemos en “Papi” también lo vimos en el texto de “Fiesta en la madriguera” solo que vimos la perspectiva de un niño que nos da la oportunidad de ver una diferencia de representación de género. Aunque la niña si tiene la oportunidad de integrarse en algunos aspectos de la vida de su padre, yo siento que se ve más esto en el texto de Juan Pablo Villalobos, ya que el niño es tratado como alguien que tomará el control del negocio de su padre. La mayor parte de la mirada de la niña que se presenta en Indiana es la representación del exceso de consumo de parte del padre. Para contestar a tú pregunta, yo creo que la perspectiva de la niña es solo una parte o un lado de la vida de su papá. Aquí solo vemos la perspectiva que tiene la niña hacia su padre, como un hombre que es respetado y que vive en el exceso y también como alguien que la rodea de muchos regalos y una vida de lujo. También creo que nos ofrece al lector la mirada que tiene su padre hacia las mujeres que lo rodea. Por ejemplo, en cómo trata a la madre de la niña al volver con ella y luego dejarla otra vez para otra mujer. Esto nos muestra esa idea que compartes en tu comentario, son tratadas como mujeres reemplazables.

  2. Me interesan mucho las ideas que compartes en tu comentario y la pregunta del final. Sobre esta última, considero que la respuesta debería recoger el hecho de que la narradora es una niña (que al comienzo, además, tiene muy poca edad). La narración, marcada por elementos formales como las largas enumeraciones y abundantes repeticiones, las ideas obsesivas en torno al padre o la hipérbole dificultan la labor de quien está leyendo a la hora de discernir el componente de “veracidad” que hay en sus palabras. Además, hay que recordar que se trata de una narración enunciada en primera persona, con lo cual su subjetividad está mediando (y muy claramente) la narración. De todos modos, “Papi” no sería la gran obra que es si el relato y la perspectiva de la narradora pretendieran ser objetivos.

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