PARADOJA INSALVABLE EN LOS PAISAJES SONOROS de “LOST CHILDREN ARCHIVE”

La novela de Luiselli nos presenta espacios sinestésicos, mediados por las sonoridades y caracterizados por la amplificación de todo tipo de ruidos y sonidos, desde una caja registradora hasta el aparato digestivo o la respiración, habitualmente inaprehensibles en el trajín cotidiano. 

La actividad de la protagonista y su esposo, encargados de embotellar de manera exhaustiva todos los elementos sonoros que conformarán un “mapa” , parece arraigarse en ellos en forma de una constante obsesión por describir, conocer y, quizás, controlar también la realidad tangible. 

Esta voluntad de compendiar cada minúsculo sonido a su alrededor,  para lo cual se pone en marcha un contundente despliegue de medios (desde la maquinaria específica para la labor hasta el ambicioso viaje por carretera que la familia emprende), se nos revela también como una tarea determinada por una serie de paradojas ineludibles. La más llamativa es la imposibilidad de la narradora para capturar el lenguaje, a pesar de tratarse de una investigadora cuya misión originalmente dentro de este proyecto multidisciplinar en el que participa es “«realizar un muestreo de la metrópolis con la mayor diversidad lingüística del mundo, y mapear la totalidad de los idiomas hablados por sus adultos e infantes»” (19). 

A pesar de haberse agudizado todos sus sentidos corporales y rutas sinápticas y haberse especializado en atender a la sonoridad circundante, convirtiéndose en una herramienta de trabajo más -si no la más importante- que no deja de funcionar activamente en el espacio privado, la protagonista se demuestra incapaz de verdaderamente reflejar significantes sonoros emitidos por los “niños perdidos” que encuentra a lo largo de la novela, y menos aún de recoger los esquivos significados que aquellos guardan. Quizás ni tan siquiera puedan encontrarse a modo los ecos y reverberaciones que, al final, son lo que acaba emergiendo del valle desierto de su archivo. Y es que ni ella misma, ni mucho menos el sistema jurídico y la sociedad estadounidense, cuentan con las claves o el marco mental y emocional que les permitirían acceder a la verdad de esos testimonios. 

3 comments

  1. Gracias por estas reflexiones tan productivas, Fabiola. Me parece muy acertado lo que observas sobre los sonidos que la madre logra captar, y también importante reconocer los sonidos que le evaden. Resulta sugerente pensar la imposibilidad de captar y escuchar lo que llamas “la verdad de esos testimonios” como una especie de alegoría sónica por la situación política y ética que le conmueve tanto a la madre. Tus observaciones me recuerdan de la escena fuera del aeropuerto en que la madre, rabiosa y afligida por la deportación de los niños hondureños, no puede hacer nada más que mirar a los niños refugiados desde una distancia. Volviendo a aquella escena, me llama la atención que la madre recurre a una canción, Major Tom, tal vez para suavizar la experiencia para su hijo o darle narrativa (una lógica) a un acto que no tiene ningún sentido desde un punto de vista ético y humanitario. Ahora me pregunto cómo entraría el uso de la canción en esa escena en la alegoría que propones (bueno, o que vi en tu comentario :)).

    1. Muchas gracias por tu comentario, de verdad me parece importantísimo fijarse en esa escena que dices! No solamente por ahondar en la lectura del texto que estaba haciendo en el post, sino por lo que comentas acerca de la canción como vía para darle una lógica a esa situación incomprensible. Me ha venido en seguida a la memoria la estrategia que usa el protagonista de “La vida es bella” con su hijo (y que vemos también en muchas obras literarias que tratan de reflejar el modo en que la mente de un niño recodifica realidades traumáticas para protegerse). La importancia de la narración, que resignifica desde una subjetividad concreta realidades muy complejas aportando una lógica que encaje en sus esquemas; más aún, la necesidad de esta para comprender situaciones ajenas a nuestra propia noción de humanidad, y/o para protegerse de ellas. En este caso, como dices, la letra y los símbolos de la canción y “Desierto sonoro”.

  2. Hola Fabiola,

    Muchas gracias por tu comentario, me parecio una muy buena reflexión. En el trabajo de Luiselli vemos este interes y necesidad por parte de los dos padres en querer completar sus investigaciones a través de varias herramientas, y como tú compartes, una de estás siendo en emprender un viaje automovilistico por el país. Tienen está obsesion por poder conocer, escuchar y describir sea el pasado para el padre o el presente para la madre. Lo que uno empieza a notar y también se ve en el texto es esta aceptación que en realidad no van a poder capturar las vivencias completamente reales de los grupos que desean estudiar ya que solo se podrán crear una idea o tener un sentimiento de cómo viven o vivían sus grupos de interes. También quisiera añadir que esta imposibilidad de poder captar estos testimonios, por ejemplo para la madre y los niños perdidos puede representar algo mucho más significativo en forma emotiva ya que puede representar cómo una sociedad ha decidido silenciar las voces de los niños que viven está realidad hoy en día.

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