Lo bueno y lo malo de la intervención humana

Después de leer la introducción y el epílogo de la obra de Serenella Iovino, Los animales de Italo Calvino, me hizo reflexionar sobre un par de ejemplos de mi propia vida relacionados con el texto. 

Vivo cerca de uno de los sitios donde están construyendo el oleoducto Trans Mountain (un oleoducto que transporta petróleo crudo y refinado desde Alberta hasta la costa de la Columbia Británica). Pero también vivo junto a un lago. Una gran parte de los árboles y plantas de los alrededores han sido talados para dar cabida a la construcción que ha cambiado por completo el paisaje. He visto la idea de Iovino de “the technological merg[ing] with the biological” de primera mano como he visto osos, venados, coyotes, mapaches, etc. caminando frente a mi casa porque están siendo desplazados (4). Iovino ve esta fusión como problemática y por mucho que sea mala para los humanos, yo creo que es más problemática para los animales porque al final son ellos los que terminan sucumbiendo a esta “alter-life”: a life which has been altered and “othered” by human intervention” que en muchos casos termina matándolos, por ejemplo, con los animales que terminan atropellados por automóviles o los osos que reciben disparos porque se vuelven demasiado amistosos con los humanos (4). Como dice Iovino “we are not the only inhabitants of this planet, and we are not the protagonists of its imagination” lo que parece ser una idea que los humanos olvidamos tan fácilmente (59).

Al leer el epílogo, específicamente la parte sobre el lenguaje, “it was also a knowledge of the names, terms, and language –scientific as well as vernacular –that botanists and growers master,” me hizo pensar en el trabajo que estoy haciendo en mi clase de antropología (60). En esa clase, estoy ayudando a la Primera Nación de Fort Nelson en sus esfuerzos por preservar su idioma, Slavey. Para hacer esto, estamos usando una combinación de grabaciones y literatura/escritura y creando un sitio web donde estos recursos se usarán para lecciones de idiomas en la comunidad. Muchas de las palabras y frases muestran el profundo respeto por la naturaleza que tienen los indígenas, como “sa tani ʔihtsʼeze gúlį” lo que significa el “tercer cuarto de luna, el lado izquierdo brilla.” También he visto las formas en que tratan a la naturaleza de forma sagrada, como en el proceso de preparación de una piel de alce. Como sugiere Iovino, “literature [is] a way to stem…extinction” (60). Como hemos comentado anteriormente en clase, las grabaciones (y la escritura) son formas de mantener vivos fragmentos del pasado y aunque cada día que pasa perdemos hablantes de estos idiomas o conexiones de primera mano con el pasado, es reconfortante saber que estamos creando más formas de conservar parte de ellos con nosotros.

La disputa Wayuu sobre el viento

“The Sound of Wind Farming: Rethinking Clean Energy with Wayuu Cultural Practices”, conferencia impartida por los investigadores Daniel Hernández y Joe Wagner, fue  una de las aportaciones dentro del programa del ciclo de conferencias Listening with the Eyes: The Sounds of Latin American Literature Conference

Esta ponencia nos llevó a conocer al pueblo Wayuu, históricamente localizado en la península de Guajira, bordeada por el mar Caribe. Se plantearon cuestiones esenciales dentro del panorama sociocultural y académico actual al mostrarnos cómo el neocolonialismo globalizado afecta de manera radical a estas comunidades. De este modo, esta ponencia no solo nos acercó a la cosmogonía Wayuu, o apuntó a las inadvertidas prácticas y visiones neocolonialistas detrás de una tendencia en aumento connotada positivamente en nuestras sociedades, sino que, de la intersección de estos dos espacios, pudimos extraer nuevas y cruciales ideas en torno a la sonoridad.

Desde una metodología interdisciplinar que observaba también producciones culturales y literarias, como la obra poética “Teijiendo sueños y palabras”, del poeta Wayuu Livio Suárez Urariyu, o el documental Somos hombres cascabel, y conducidos por un mapa teórico antropológico y sociológico, nos acercaron a la disputa por reclamar el viento de las comunidades Wayuu ante las plataformas eólicas que han sido instaladas sin el consentimiento de una gran parte de estas comunidades. Dicha disputa radica en la imposibilidad de conciliación entre la implantación de estos dispositivos en territorio Wayuu y la propia cosmogonía y metafísica de este pueblo. Así, no se trata de una protesta por el control de los recursos, sino una reivindicación ontológica de la vida: el aerogenerador introduce una distorsión electrónica que deforma las diferentes capas del sonido concebidas y percibidas por la gente dentro de estas comunidades. El viento es percibido como un elemento dentro de una comunidad de seres sintientes que adoptan distintas formas corporales; más aún, forma parte de la ancestralidad ulterior de los Wayuu. 

De este modo, más allá de cuestiones filosóficas, se nos abre un debate que nos obliga a pensar en el extractivismo como parte inherente de la industria eólica, el sonido como espacio de lucha o la necesidad acuciante de buscar formas contrafactuales para luchar contra las narrativas hegemónicas acerca de ecología y sostenibilidad. 

Música clásica ante un silencio obligado: de la mutación a la modulación

En Las mutaciones hay referencias a piezas de Bach, Händel, Ravel… Las fugas, conciertos y cantatas son expuestos como antídoto o remedio ante problemas o fases del cáncer, pero también se encuentran vinculados a pensamientos y estados emocionales ajenos a la enfermedad. Me pregunto si Jorge Comensal pretende poner música a los momentos descritos en su obra o si es una forma de incluir en su libro una interpretación acerca de la función de la música en situaciones críticas.

También me resulta llamativa la alusión explícita al silencio en las conversaciones, las esperas, el comportamiento del loro, las miradas de los personajes… El desarrollo de los capítulos se encuentra siempre entrecortado por esos espacios de ausencia de palabra, un recurso recurrente que parece ser el bajo continuo de la voz principal: el silencio forzoso de Ramón. Ante un protagonista obligado a callar, cuya comunicación se encuentra limitada por la comunicación escrita y por la comunicación gestual, el único sonido de Ramón que podemos escuchar como lectores es el de los pensamientos del protagonista. Sin embargo, son pensamientos que Ramón no pronuncia en voz alta. Ese contraste entre lo que podemos leer y lo que no se puede escuchar es un contraste que también viven los personajes que se relacionan con Ramón.

El hecho de que el contraste que acabo de señalar se encuentre acompañado de silencios explícitos y de música clásica me hace pensar acerca de la posible relación entre “mutación” y “modulación”. En las fugas, por ejemplo, lo más característico es la superposición de “sujetos” (ideas musicales) y la estructura formal constituida por modulaciones. ¿Hay en esta novela una analogía implícita entre las variaciones temáticas de la trama y las variaciones musicales (modulaciones) que sugieren las obras clásicas escogidas por Jorge Comensal?

Sobre la creación de la experiencia sónica en el desierto

La ponencia de la Dra. Azucena Hernández, “Las figuras del ruido en En tierra yankee (Notas a todo vapor) (1895) de Justo Sierra” me generó bastante curiosidad. Ya desde el título, me saltó a la vista el nombre de Justo Sierra, quien en el imaginario mexicano es más reconocido por su labor en la institucionalización de la educación y la creación de la Universidad Nacional (hoy UNAM), que por su muy extendida obra literaria. Analizar la obra de este y otros escritores y escritoras decimonónicos implica darse un clavado a las profundidades de las hemerotecas. La sorpresa fue grata al observar que la ponente analizaba a este escritor en clave de estudios de narrativa sonora.

 

Mi reflexión no se centra tanto en lo que la ponente dijo durante su conferencia, sino cuando respondió una de las preguntas de una asistente. En esa pregunta, se planteaba la interrogante de quién escucha, si  sólo Justo Sierra, o el lector, o ambas entidades, como si el lector escuchara los sonidos del tren y del desierto por propiedad transitiva. Pero lo curioso es que el texto nos plantea la existencia de uno sonido en el desierto que no es propiamente del desierto. Si se llegase a escuchar algo, serían los sonidos que provoca el tren; es decir, el paisaje sonoro del desierto es producido por la irrupción de un elemento artificial. Y ese sonido es el que el narrador del texto está vinculando al desierto. El narrador no escucha el viento chocar contra los nopales o los aullidos de los coyotes, o el cri-cri de los saltamontes. En vez de eso, el narrador -y el lector- escuchan el sonido de la locomotora, el avance de las ruedas sobre los rieles o la conversación de los otros pasajeros. Cuántos sonidos genuinos del paisaje natural puede percibir aquel viajero o viajera que se suba en el tren? Yo diría que ninguno. Y el lector, al leer desde la mirada del narrador, tampoco se entera de lo que acontece en el desierto. Si extrapolamos esto a un estudio de ecología, podría dar frutos para pensar sobre las implicaciones del progreso y la modernidad en el ecosistema. Es decir, los sonidos de la máquina se imponen, paulatinamente, a los sonidos del ambiente. Y el viajero solo percibe eso.

 

Esto nos lleva a una de las premisas que planteaba McEnaney en uno de los primeros artículos que leímos en el curso, sobre la existencia del sonido a pesar de que no haya quién lo escuche. Evidentemente, los sonidos del desierto existen con o sin la presencia de la máquina. Pero nosotros, si solo penetramos al desierto desde el tren, solo tendremos la perspectiva que este nos ofrece. Lo curioso es que en la época el sonido del tren es vinculado a la música, a la armonía, los rieles son representados como pentagramas y el maquinista como un director de orquesta. Casi se está romanizando o edulcorando a la máquina. Pero esa “irrupción musical” en realidad es la irrupción de la tecnología y la modernidad sobre el paisaje natural, y ni el viajero ni el lector conocen otra perspectiva que no sea la del progreso. La sinfonía creada por el hombre elimina la posibilidad de la escucha de la naturaleza.

Las reacciones diferentes ante la enfermedad

Hay un interesante y diferente conjunto de reacciones y sentimientos entre todos los personajes ante el cáncer.

“Había tres hipervínculos posibles y esta vez eligió «muerte» para entrar. «La muerte es un efecto terminal que resulta de la extinción del proceso homeostático en un ser vivo;”

En esta oración la hija de Ramon se preocupa y quiere buscar información sobre cáncer entre en internet y la primera palabra que le llamó la atención es la palabra muerte. Esto significa que la enfermedad puede afectar terriblemente a nuestras mentes más que de las propias enfermedades. Porque no todos los cánceres terminan con la muerte. También en caso de Eduardo podemos decir esto. A pesar de mejorar su situación sobre cáncer, sus pensamientos y sus miedos continúan con sí mismo.

Pero en el caso de Mateo, el hijo del cuento, todo es diferente. no puede expresar sus ocupaciones como los otros de la familia y esto le molesta. Aunque puede hablar físicamente, no podía escapar de sus tiempos aislados. Mateo se sintió culpable por no buscar más a su padre, pero si antes de la enfermedad le resultaba desagradable, ahora le parecía insoportable. La personalidad expansiva de su padre se había convertido en un agujero negro que se tragaba toda la energía a su alrededor. (Comensal 83)

Carmela, la esposa de Ramón, no tenía tiempo para llorar y ser triste, porque tiene que trabajar en lugar de su esposo como una abogada para ganar dinero e intenta ser paciente y fuerte.

Elodia es el personaje más espiritual de la novela. Vive su fe tan ligada a la intervención divina que sus gestos muestran la ingenuidad. Hace todo lo que su jefe le diga; Por ejemplo, vender el valioso reloj de Ramón; Ser cómplice de Ramón y no contárselo a nadie más. Pero es una de las más fieles de toda la novela. Aunque no tiene suficiente dinero para su costo de vida, trabaja más horas para su jefe para ayudarlo a mejorar.

Teresa, cambia su carrera profesional y su vida personal por completo a partir del cáncer de mama. Este es un caso de alguien que sí se redime.

Los sentimientos de Ramón, muestra la frustración social que el diagnóstico de enfermedad comporta dentro y fuera de la vida de él. Su trabajo le significó su presencia y su prestigio en la vida. Vivir sin poder trabajar no fue tan diferente con la muerte para él. Incluso cambió de su opinión sobre las reglas que le importaban mucho y después de la cirugía, casi no le importaba nada.

La identidad en Las mutaciones

En la novela Las mutaciones del escritor Jorge Comensal nos encontramos con distintos temas y personajes que se enfrentan a enfermedades y etapas de sus vidas. La novela se despliega de distintos personajes que con sus historias le dan forma a la historia. En una de las historias principales nos encontramos con la familia de Ramón, un abogado y padre de familia y específicamente nos vemos enfocados dentro de la historia de enfermedad que enfrenta Ramón. Al ser diagnosticado con cáncer de lengua termina enfrentándose a cambios drásticos dentro de su vida. En el texto de Comensal el lector se ve presentado con la enfermedad de cáncer, una reflexión de su impacto hacia los que se deben enfrentar con este padecimiento. Dentro de la historia del abogado, nos vemos cómo poco a poco va cambiado su vida. Al saber que va a perder su lengua se va mentalizando una vida sin un aspecto tan esencial dentro de nuestra vida cotidiana, la capacidad de hablar, de compartir tus sentimientos, de expresar tus opiniones y el sentido de poder probar diferentes sabores. Un ejemplo, donde vemos este sentimiento de mentalizarse que ya no tendrá un miembro importante es, “Oi ieiao —la corrigió. «Soy licenciado», quiso decir con su lengua por última vez”. Al saber que perderá la posibilidad de compartir su posición de trabajo, algo que juega un papel importante en la formación de personalidad de alguien, Ramón toma este momento para compartirlo de manera final. Al perder su lengua, hay una manifestación de el personaje que pierde una parte importante de su identidad, “tendrían que incinerar su lengua, pero no iban a entregársela en una urna, como se acostumbra en los crematorios funerarios. Las cenizas de su lengua, ¿a dónde irían?”. Este interés de saber qué pasaría con su lengua muestra la perdida importante de una función de Ramón pero más bien el enfrentamiento de querer saber cómo enfrentar los momentos cambiantes de nuestras vidas.

Preguntas de discusión: Comensal, Glenn e Iovino

  1. ¿Cuál es el papel del silencio en Las mutaciones? ¿Podemos identificar una “retórica del silencio” en la novela? En la novela, ¿cómo afecta el silencio de Ramón a la familia y su comportamiento?
  2. Pensemos la relación entre Ramón y el loro. ¿Cómo interpretamos el hecho de que Ramón presta atención a Benito cuando tiene el cáncer y necesita cuidarse a sí mismo?
  3. La enfermedad (de Ramón, de Teresa, Eduardo, Paulina, etc.) es un tema medular en Las mutaciones. Siguiendo a Susan Sontag (131), si en Las mutaciones la enfermedad no es metáfora, ¿cómo abordamos el tema de la enfermedad a secas en el libro? ¿Cómo afecta la enfermedad a los personajes del libro? ¿Cómo reacciona cada uno frente a la enfermedad como posibilidad (Eduardo, Teresa), como lo desconocido (Elodia, Paulina), etc.? Por otro lado, resistiendo la postura de Sontag, ¿podemos leerla en clave alegórica, metafórica? Si es así, ¿qué alegoriza la enfermedad en este libro sobre la sociedad mexicana contemporánea?
  4. El tono cómico que se emplea en la novela es llamativo. ¿Qué logra o permite este tono jocoso y agudo? ¿Cómo abordamos el tono tan divertido al lado de lo que nos provoca (¿la pena? ¿la compasión? ¿la impotencia?) la situación de Ramón? ¿Cuál es el efecto de tratar el cáncer, un tema serio que a menudo da terror y nos provoca emociones fuertes, con el humor y la irreverencia? Aquí les va una entrevista con Comensal sobre el tema.
  5. Considerando el texto de Iovino, ¿cuál es el papel (simbólico, alegórico, metonímico u otro) del loro en la narrativa? ¿Cómo entendemos, por ejemplo, la jerga tan burda del loro, su escape, la jaula, etc.? Volviendo a pregunta 1, ¿qué hacemos con el habla constante y cruda del loro frente al silencio impuesto de Ramón?
  6. La novela depende de una espacialidad sugerente, y el capítulo 17 en particular pide que prestemos atención al espacio. Ahí se destacan la pérdida visual de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, la jaula cruel de Benito, la Ciudad de México contaminada, entre otros espacios. ¿Qué reflexiones sobre el espacio—sobre los espacios naturales y construidas, sobre nuestra relación con el espacio, etc.—provoca este capítulo o la novela en sí?
  7. Consideremos la novela al lado del texto crítico de Glenn. Hay varios silencios en la novela, además del “retiro” del silencio. ¿Qué tipos de silencio hay y quiénes los practican? Volviendo a Glenn, ¿cómo interpretamos el papel del poder y del género (biológico) al analizar los silencios de Las mutaciones?
  8. Otros temas: deuda, la ley, el México indígena, el psicoanálisis, marihuana, la religión y el ateísmo, el medio ambiente y el esmog…

Serpientes: Los animales peligrosos

Aunque todas las situaciones son exageradas y terribles, la curiosidad de Eduardo por todo lo empuja a saber más sobre un extraño que vive en un auto amarillo. En primer lugar, como él estudiaba Sociología, le interesó mucho conocer a este hombre que vive hace poco cerca de su casa.

Después de eso, conoce serpientes y se hace amigo de ellas, e incluso tiene sexo con ellas. Creo que tener sexo con serpientes representa una acción peligrosa que alguien puede hacer. En otras palabras, Eduardo juega con el fuego, porque estos animales por naturaleza serían invasoras. El autor quiere decir que un hombre que no tiene trabajo o una casa, no le importa que arriesga con su vida.

Otra pregunta que me viene a la mente es por qué todas las serpientes son femeninas y decidieron matar a miles de personas. Creo que una de las causas podría ser la razón del papel de la mujer en la sociedad de esa época en México. Las mujeres mexicanas son discriminadas ya veces acosadas por hombres que abusan de ellas. Entonces estas serpientes femeninas, con la sensación de felicidad de matar gente, quieren protestar y mostrar sus voces.

En la conferencia me interesó la interpretación de los diferentes sonidos. La mezcla de violencia y romanticismo. Especialmente, estos gritos de violencia en la ciudad son probablemente las voces de personas que son ignoradas por la sociedad y el gobierno. Y asesinar a la mayoría de las personas demuestra que en una sociedad corrupta nadie podría salvarse del peligro y el caos, incluso al final, las autoridades están luchando con eso.

Además, la forma en que el autor escribe la novela desde diferentes visiones de los personajes en 4 capítulos separados podría representar este caos en la sociedad que nadie puede diferenciar entre el bien y el mal como si estuvieran atrapados en un bucle.

La representación de la sociedad en Baile con serpientes

En el texto de Baile con serpientes de Horacio Castellanos Moya nos encontramos con varios personajes o momentos que cambian dramáticamente la historia. Al estar leyendo el trabajo de Moya me encontré sumergida dentro de una novela que se movía muy rápido, me parecía que a cada instante o cada momento y pagina estaba dentro de una realidad que se movía con una rapidez sorprendente. El lector se encuentra con personajes que son construidos en tal manera que nos acerca a su realidad y en dónde ellos mismos van construyendo la historia con sus acciones y sus puntos de vistas. Al estar leyendo el Baile con serpientes una representación que fue destacada para mi fue la cruda representación de la realidad que nos presente Moya en su trabajo, por ejemplo, esto se ve de manera inmediata en como se describe la violencia en donde ningún detalle se ve escondido, de forma en que uno logra imaginarse cada palabra y acción que se esta explicando, pero también hay una representación de la manera en la que se trata a la gente por su posición social o su manera física de presentarse. Desde el principio esto se ve en cómo se describe al personaje de Jacinto Bustillo, por ejemplo cuando la Niña Beatriz le comparte al agente, “no sabemos si el auto ha sido robado. El tipo vive en la vía pública. Además es un pordiosero cualquiera. ¿Me entiende?” (9) y “en vez de intimidarse, se puso agresivo, como animal acorralado. Se identificó como Jacinto Bustillo” (9). Aquí vemos cómo el personaje de Jacinto es descrito como alguien sin recursos, un hombre solitario que comparan sus acciones con aspectos que lo relaciona como un animal. En contraste, la manera en la que se muestra la importancia de la gente con dinero, como la señora Ferracuti, al encontrarla muerta se describe, “pese a los efectos del veneno, la señora aún conservaba su clase y hermosura” (39). Se le da una descripción mas respetable y uno podría verlo como algo relacionado a su posición social. Este trabajo de Moya no solo es una novela que ejemplifica violencia, más bien es un trabajo que también nos muestra la realidad de los humanos y de la sociedad.

Escapando de su realidad

Baile con serpientes de Horacio Castellanos Moya es una novela que abarca muchas cosas; misterio, suspenso, crimen, bestialidad con serpientes… Es un libro que lleva al lector a lugares a los que no espera ir. Desde el principio vemos que el sonido juega un papel muy importante en la novela cuando vemos la dicotomía entre el narrador Edwardo Sosa que domina la palabra y Jacinto Bustillo que generalmente se calla hasta que llega Eduardo. Es Eduardo quien le saca las palabras, no solo hablándole sino transformándose temporalmente en él. Sin embargo, ambos hombres están marginados en las afueras de la sociedad. Los vecinos describen a Jacinto como “un hediondo, un borracho… No habla con nadie. Quién sabe cómo vino a dar hasta acá. Deberíamos hacer algo para que se vaya” (8). Desde las primeras páginas los lectores aprenden las actitudes de los vecinos con respecto a las personas sin hogar. Parece que quieren seguir empujándolos hacia los márgenes en un lugar donde no tendrán que tratar con ellos y donde no serán vistos. Están deshumanizados. Además el cadáver de Jacinto se queda en la calle durante días. Mientras tanto, Eduardo está desempleado, “mis estudios de sociología (una carrera que a esas alturas ya había sido borrada en varias universidades) no me sirvieron para nada en lo relativo a la consecución de un empleo, pues había una sobreoferta de profesores, las empresas no necesitaron sociólogos y la política —último terreno en que hubiera podido aplicar mis conocimientos— era un oficio ajeno a mis virtudes” (7). Es irónico que no sea hasta que los políticos, entre otros, tengan que ser asesinados por Jacinto-E y sus serpientes antes de que la gente finalmente empiece a escuchar. Es como si Jacinto-E hablara a través de los ruidos que genera su violencia como las alarmas, los disparos, los gritos, etc. Es una forma de que él/ellos dos se vuelvan relevantes en la sociedad y hagan que la gente hable, lo que parece emocionar a Jacinto-E, “la ciudad entera estaba en pánico: imaginaban nuestra presencia y temían ataques en zonas donde jamás habíamos estado; difundían interpretaciones sobre el porqué de nuestras acciones totalmente delirantes, como si fuésemos los heraldos de grupos políticos o de narcotraficantes que buscaban asaltar el poder” (128). Sin embargo, al final es el sonido, más específicamente el ruido del helicóptero que detiene la violencia de Jacinto-E y más ampliamente para la adopción de la nueva identidad por parte de Eduardo y lo obliga a regresar a su vida aburrida y dejar su vida emocionante con sus amantes serpentinas.