Raza de Bronce 2

En este parte de Raza de Bronce podemos ver más el maltrato de la mujer indígena, y las cosas tiene que luchar en la vida. Durante la época que era escrita creo que la mayoridad de culturas tenía papeles distintos (y creencias de como ser) para los géneros. Una de esas creencias era que las mujeres (al menos en las culturas europeas occidentales) eran muy emocionales y actuaban con mucha emoción. Después del muerto de Manuno, hay algunos aspectos de como se cuida la mujer de el con la pena de su muerte. Creo que es muy natural que humanos necesitan un ritual después de eventos así que causa mucha de la pena, se tome alguien de alguien y cambia mucho de la vida para uno (en este caso el esposo). El Ritual para ella no es muy preferible. Arguedas habla mucho de las costas en esta parte y como ella tenía que pagar con lo que quedaba de su marido. Ella no quería tener deudas lo que es razonable, pero en este momento, sería probablemente mejor si ella podía pensar más (o solo) en la pena de la muerte. Como ella continua vivir con su pena no va bien cuando se emborrachó. Ya, este no es una de las mejores opciones para pensar de y solucionar problemas, la adición es más dañina cuando uno no esta en un estado mental estable. Desafortunadamente las mujeres son vulnerables al abuso sexual y se hace más vulnerable cuando están borrachas por la razón que no puede pensar ni actuar con claridad, pero además se da culpa a las mujeres más (o casi todo el tiempo) cuando el alcohol está parte de un incidente de abuso sexual. Eso es también un problema para las mujeres que eran coaccionadas sexualmente, y sus maridos no comprenden, ni quieren comprender mejor la situación por ser también humanos con emociones (como las mujeres).

Yo creo que por la estructura de la sociedad de que leemos las mujeres eran muy dependientes de los hombres. Podemos considerar también como los hombres se cuidan de la pena de la muerte y como las mujeres son parte de un grupo que no es visto como puede ser explotado económicamente, pero puede ser explotado sexualmente porque eran ciegos a las otras potenciales que las mujeres tienen.

Maltrato y explotación son solo dos aspectos que los grupos marginalizados se enfrentan, la mujer indígena no es probablemente una excepción en los ojos de Arguedas.

 

 

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Raza de bronce (Parte 2)

He tenido un poco de dificultad tratando de entender completamente lo que está sucediendo en la historia, aunque he obtenido una buena comprensión de las escenas que ocurren. Después de la muerte de Wuata-Wuara, cometido por la “la patrona” porque “era bella, la codiciaban,… ya ves!… como las bestias, hasta matarla!” (p. 266) Agiali siente ira y expresa si mismo a través de sus gritos y palabras:

“Quisiera morderles el corazón! – repuso con vehemencia, alzando el rostro, mojado de sudor y lágrimas.” (p. 263)

Este sentimiento se extiende a través de la comunidad que luego se convierte en resentimiento, ira, y venganza, especialmente para Agiali. Se unen en solidaridad, matando, destruyendo, quemando, rebelándose contra todo lo que se considera parte o consecuencia del “hombre blanco”. Desde la perspectiva de un lector, podemos ver cómo los indígenas se ven controlados por su ira y venganza. Sin embargo, esto es también la liberación de mil emociones reprimidas que se han acumulado con el tiempo.

Después de que todo se ha hecho y hay silencio, el autor, Alcides Arguedas, nos deja con una hermosa imagen poética, una característica y un recurso literario que continuamente él hace a lo largo del libro para mostrar la belleza que reside en Bolivia: 

“Una raya amarillenta rasgó la negra bóveda hacia el naciente. Tornóse lívida primero, luego rosa, y anaranjada después.

Entonces, sobre el fondo purpurino se diseñaron los picos de la cordillera; las nieves derramaron el puro albor de su blancura, fulgieron luego intensas.

Y sobre las cumbres cayó lluvia de oro y diamantes.

El sol…” (p. 284) 

La salida del sol o su presencia a través de las nubes puede ser visto como una metáfora de la esperanza, porque la imagen muestra nuevos comienzos, y muestra cómo después de un periodo de oscuridad, la luz volverá y brillará en la oscuridad y traer la buena. Este fin de diferentes colores que penetra a través del cielo trae un tranquilo pero poderoso, memorable imagen a un desenlace violento.

Creciendo en un país tropical, el sol trae mucha esperanza y felicidad, ya que permite que plantas prosperen y la gente para trabajar. Por lo tanto, después de todo el sufrimiento y dolor que los pueblos indígenas han experimentado, Arguedas puede indicar que hay posibilidad de un futuro más brillante, aunque el pasado hayan experimentado la opresión y la brutalidad.

Además, es interesante cómo se menciona oro y diamantes, pero no de bronce. Esto puede ser debido a que el bronce está representado por los indigenas — ellos son la raza de bronce— con el brillo y la durabilidad de su piel.

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II. La violencia natural en Raza de Bronce

Otro aspecto que a lo largo de la lectura de Raza de Bronce (especialmente en esta segunda parte) me ha llamado mucho la atención y sobre el que me gustaría reflexionar es la violencia natural en la obra de Arguedas. 

Hay varios aspectos violentos con los que nos hallamos capitulo tras capitulo; uno, el de la doble cara de la naturaleza, ya lo hemos visto en mi post anterior, sin embargo, hay un segundo tipo de violencia que me parece muy relevante, me refiero a la perpetrada contra las mujeres.

Una violencia que, como la naturaleza del post anterior, tiene una doble cara, una doble función: por un lado, se trata de una violencia gratuita que disgusta al lector por su carácter natural y por el otro, nos hallamos con una herramienta narrativa que hace avanzar la historia hasta su clímax final.

Un ejemplo que me ha impresionado bastante es la naturalidad con la cual la viuda de Quilco cuenta “lo bueno” que era su marido, sin embargo, sus palabras nos presentan algo diferente, una realidad incluso contraria a lo que nos esperaríamos: “¡Ay, era bueno no más mi marido!… Me pegaba algunas veces, pero era no más porque me quería… Tenía su concubina, pero nunca dejó sin dineros la casa… Sabía embriagarse, pero era tranquilo en su borrachera…” (p. 148).

Otro ejemplo de la violencia contra las mujeres está encerrada en la lengua utilizada. Es el caso de la palabra “hembra” (p. 219) con la cual los blancos apostrofan a Wata-wara, de la frase “fruto de su pecado” (p. 162) referida al estado de embarazo de la muchacha que sin embargo no es el resultado de “su pecado” sino de la violencia de la cual la joven había sido víctima y de otra frase “La mejor presa es aquélla –dijo Valle señalando a la joven.” (p. 254) con la que empieza el episodio de violencia aberrante de la cueva donde Wata-wara es matada por un grupo de blancos patrones, que menospreciaba fuertemente a los indios y los consideran menos que nada o solo como fuerzas/ medios para alcanzar sus fines de producción.

Se trata del episodio que nos lleva al punto culminante de la violencia de la historia, es decir, la insurrección de los indios, que una vez más se caracteriza por la lengua de la violencia: “¡Hay que matarlos!” (p. 278).

Raza de bronce #2

Después de terminar la segunda mitad de la novela, hay algunas cosas que me llamaron la atención.  Lo primero tiene que ver con los valores y la moral, y sus roles en las comunidades indígenas.  Quiero enfocar en las siguientes dos frases:

“¡No seas loco!… –le gritó con angustia el joven de la cabeza ma- gullada y poniéndose de pie. ¿Por qué les pegas, si ellos no tienen la culpa?…”

Me parece interesante cómo le pregunta por qué lo golpea cuando no tiene la culpa de nada, y esto me hizo pensar en la moral y en cómo están arraigadas hasta ahora en el pasado. Es interesante pensar en todo el crimen, etc. que ha sucedido a lo largo de los años, personas que lastimaron a otras personas sin ningún motivo. Esto me hizo pensar en la moral y los “derechos” y los “errores” en la vida.  En mi última publicación de blog mencioné brevemente la idea de los estereotipos de las indígenas, y creo que la moral y los valores tienen mucho que ver con esto. Creo que los indígenas en la historia de América Latina son vistos hoy como teniendo ciertos valores y morales que debían ser respetados siempre, ya que eran una gran parte de su vida. Por ejemplo, cuando yo estaba en la escuela primaria y aprendíamos sobre las comunidades indígenas locales y su lugar en la historia, aprendimos que una gran parte de su vida se centraba en valores, específicamente en respetar a sus mayores. Otro pasaje en el que quiero centrarme es el siguiente, porque también llama la atención sobre los valores y la moral:

“Es voluntad de ustedes, y no mi deseo, que me inviste de autoridad y mando. Son, por tanto, ustedes quienes han de mandar y yo sólo he de obedecer. Todos hemos de vivir en armonía y sin recelo, porque nuestro bien es común y unas mismas son nuestras aspiraciones. Hemos de soco- rrer al necesitado, prestar ayuda al que cae en desgracia; pero hemos de ser sordos para el mal.”

Aquí el “nuevo hilacata” está hablando de lo que ha escuchado de sus padres y durante toda su vida. Habla de cómo todos debemos vivir en armonía y sin sospechas, y también debemos ayudar a los necesitados y ayudar a los que “cae en desgracia”. Sugiere cómo deberíamos ser, cómo debemos actuar y cómo, como humanos, tenemos una cierta responsabilidad. Es interesante porque todavía vemos todas estas cosas como algo que la sociedad valora hoy. Pero si estoy siendo honesto, diría que no estamos viviendo en armonía, y definitivamente podemos hacer algo mejor para ayudar a los necesitados.  Esto me hace pensar en la idea del egoísmo y su evolución a través de los años.

Lo último en lo que quiero enfocar en es en el siguiente diálogo:

Aguirre: ¡Déjate de idioteces! Hazme dictador, y verás lo que hago. Sólo un dictador puede realizar algo que valga la pena.

 Ocampo: ¿No tienes fe en nuestros hombres públicos?

 Aguirre: No tengo fe en nadie …”

Es interesante leer esto hoy porque (estoy hablando de la mayoría de los canadienses) consideramos que la dictadura es algo indeseable y hemos visto a líderes elegidos democráticamente hacer cosas muy significativas. También es interesante comparar estas ideas con las que se mencionaron al principio de la publicación, (valores y moral), específicamente relacionadas con “castigar” a las personas que no tienen la culpa.  Podemos ver a la dictadura como un “castigo” para las personas inocentes?  O sea podemos ver a un dictador como alguien que “castiga” a ciudadanos inocentes al, por ejemplo, suprimir su libertad?

 

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La codicia en Raza de Bronce

Con la llegada de los españoles al territorio americano, el sistema económico basado en el trueque llegaba a su fin. La popularidad del oro y la plata sería trasladada a monedas de estos materiales. Ahora, todos podrían comprar lo que querían si tenían el dinero suficiente. En otras palabras, se daba el nacimiento de la economía mundial y, de cierta forma, al capitalismo que hoy conocemos.

Esto llevo a que el dinero se vuelva el “personaje principal” en muchas sociedades alrededor del mundo. Incluso capaz de cambiar la opinión y emociones de los demás. En la siguiente publicación se explorará la interacción del concepto del dinero con los personajes de Raza de Bronce.

Nuestra primera pista de la gran importancia del dinero en la vida cotidiana en los personajes es cuando a Manuno se lo lleva la corriente. A Agiali y a Quilco le parece importante poder encontrar el cuerpo de Manuno solo por las cuarenta monedas que él tenía al morir. Cuando encontraron el cuerpo, en ningún momento trataron de recuperarlo ni guardar objetos con valor sentimental para la familia, sino solo agarraron las monedas y se fueron de inmediato. Con estas acciones de falta de empatía, se puede apreciar una deshumanización por su codicia del dinero que le dará algún beneficio en el futuro. En este caso para Agiali y Quilco era evitar problemas con su hacendado.

Esta idea que algun personaje representa el dinero, pero no el poder se puede ver en diferentes momentos posteriores a esa escena.

Algún tiempo después en la historia, el narrador nos sitúa en el funeral de Quilco en donde se le describe como un kamiri que significa adinerado. A su esposa le parece tan importante que sea un kamiri que excusaba a Quilco del hecho que la golpeara y que tenga una concubina. Incluso el narrador nos informa que ella liquida todos sus bienes para pagar todas sus deudas antes de sentirse doblemente miserable por tener deudas de su esposo. Esta última inferencia que nos hace el narrador me hace pensar que la esposa de Quilco no se veía en la potestad de salir adelante con los bienes que tenía y busco la salida más rápida. En otras palabras, pienso que refleja una mentalidad conformista por parte de ella y que capaz haya sido por la mentalidad machista de la sociedad que no la dejaría progresar.

En otra oportunidad, el narrador nos sitúa en la escena donde Agiali visita a su madre. Al igual que en la primera escena expuesta, esta escena refleja la codicia del dinero. Esto se debe a que la madre de Agiali le pregunta “¿traes dineros bastantes?” antes de preguntar sobre cualquier otra cosa de la vida de su hijo. Lo que sigue en la conversación sigue siendo una inferencia al dinero producido por los animales que le ha encargado a Agiali. Está mentalidad de ver a otros, en este caso a los hombres, como fuente del dinero no solo es algo que se refleja en la juventud, pero también en las generaciones pasadas como con la madre de Agiali. Personalmente me parece algo irónico que los campesinos piensen que sus patrones son la cúspide de la avaricie, pero al mismo tiempo, ellos tienen características de ellos.

Finalmente, en estas escenas como en muchas otras, se puede ver que el concepto del dinero y su importancia gira alrededor de muchos de estos personajes. Uno de los que más lo refleja es Quilco por las acciones que hicieron los demás durante y después de su muerte. No solo represanta la deshumanización por la codicia y conformismo, pero también un cambio drástico en la mentalidad de los campesinos con sus antepasados.

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Raza de bronce (1)

Algo que me llamó la atención en Raza de bronce fue las descripciones de la comida y los alimentos. En contraste con Aves sin nido, que describió platos específicos que pudieron ubicarse el lector no solamente en Perú, pero en los Andes—en Raza de bronce, no están describiendo platos, sino productos. A pesar de que la comida también revele de donde vienen los personajes—los de Titicaca tienen pescado, los de Mecapaca tienen tuna y choclo (como unos ejemplos)—la comida también parece como si tiene un papel en la narrativa. En muchos aspectos, la comida influye las acciones de los personajes, sus movimientos, y sus intercambios/interacciones.

Por otra parte, la comida, o las interacciones con la comida, a veces arroja luz sobre las indígenas de una manera más ‘salvaje’. La palabra (o varias formas del verbo) devorar, aparece 19 veces a lo largo del texto. Aunque a veces ellos devoran su comida porque sufren un hambre extrema, hay también otras connotaciones que vienen con la palabra ‘devorar’. En las primeras tres entradas de la RAE, describen ‘devorar’ como “Dicho de un animal: Comer su presa”, “Comer algo con ansia y apresuradamente” y “consumir: destruir”. Por ejemplo, dicen que, “Al oír esto brillaron los ojos de los sunichos y se les cayó la baba. Tenían un apetito devorador, y era inhumano hablarles de cosas suculentas” (42). Al lado de “devorador” también les presentan como “inhumano”—un término usado a menudo para insinuar prejuicio o superioridad racial. Además, hay referiencias cannibalistas, por ejemplo,

“Y cogiendo la dedicada a su madre, hincó en ella los dientes con glotonería, haciendo crujir la lustrosa y encendida piel.

Agiali la contemplaba en silencio, con codicia, y parecía placerle su voracidad. ¡Cómo hubiese querido, él también, devorarle la carita redonda y linda con sus rudas caricias de amor y de deseo!

—¿De veras ha muerto Manuno? –interrogó, con la boca llena y los labios humedecidos por el jugo” (106).

Esas connotaciones presentan a la gente indígena en una manera que puede problematizar la retórica del indigenismo, o los elementos de la justicia social o igualdad que ofrece la novela “realista”. Aunque la novela está escrita en un estilo realista, palabras tan cargadas de significado como devorar, parecen problemática desde un punto de vista contemporánea.

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Raza de bronce parte 1

Nada más leer el título de la novela uno es capaz de descifrar un poco de lo que trata. La raza de bronce se refiere a la población mestiza. Es una crítica de la explotación de los blancos hacia los indígenas bolivianos.

Alcides Arguedas se enfoca en una tribu aymara que viva a la orilla del lago titicaca. Arguedas muestra dos niveles de la sociedad boliviana. De un lado muestra como los aymara viven en su sociedad propia. Donde tienen su propia cultura, sus propios jefes, sus costumbres, lenguas y más. Además, muestra como esa comunidad indígena es aprovechada y maltratada por diferentes subsectos de la sociedad blanca. Es decir, la iglesia, el gobierno y los administradores. Un ejemplo de esto es cuando Agiali vuelve de su viaje para vender semillas en el valle y descubre que su amada Wata Wara a sido violada por el administrador Troche. Demuestra como los indígenas están a la merced de los colonizadores.

La novela está dividida en dos libros uno llamada el valle y el segundo el yermo. Me pareció interesante el contraste espacial de los dos libros. La descripción del ambiente, la naturaleza y el espacio en el primer libro es muy diferente a la descripción de la segunda. Me parece que es algo que Arguedas quería hacer para invocar imágenes vivas en la mente del lector. Las descripciones de la naturaleza pre-avisan un poco al lector de lo que va a ocurrir. Agiali encuentra las frutas las descripciones del autor pintan un escenario muy bonito y agradable. Esto cambia completamente cuando están en el tramo de regreso del viaje que emprendieron. Muere Manuno tras ser arrastrado por un rio y culmina con el descubrimiento de que el administrador Troche violo a Wata Wara.

El segundo libro muestra una perspectiva más sombría ya que expone verdaderamente el maltrato y las injusticias que encaran los indígenas. Esta bastante claro que el primer libro sirve como una introducción para los personajes, el escenario y las fundaciones sociales de las dos comunidades de la que forman parte los aymaras. Es decir, su propia comunidad indígena. Donde tienen su propia jerarquía, su cultura, sus costumbres y todo lo demás. La otra comunidad trata de la incorporación forzada de los colonizadores a los colones. Los indígenas también forman parte de una comunidad donde ellos son discriminados y maltratados. Arguedas demuestra muy bien el contraste entre las dos comunidades de la que forman parte y como a lo largo del libro causa fricción y muestra a través de la retrospección reflejada a través de las historias como la del Malluca o la narración que cuenta como los indígenas fueron expulsados de sus tierras en el pasado.

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El río y el comercio en Raza de Bronce de Alcides Arguedas (primera parte)

El río, narrado con una prosa límpida en Raza de Bronce de Alcides Arguedas, puede hacer mucho. Un cuerpo más en la novela, el río no sólo canta (90), sino que traga (49), roba (48), cambia de curso a capricho (41), mata (48), muge (46), asusta (41) y provoca mazamorras. Todo, al menos en el libro primero, es afectado por el río. La narración de la novela también se comporta como un río. La historia que comienza con Wata-Wara y Agiali pronto toma otro derrotero, y a su vez otras historias como cauces van agregándose al relato.

El comercio es otro elemento que acompaña de forma particular al cauce del río. El motivo por el que Agiali, Quilco, Manuno y Cachapa son mercaderes es porque su patrón los obliga a comerciar su hacienda y la de ellos mismos. El rol de estos mercaderes consiste en aumentar las arcas del patrón y del capataz de la población: como ríos tributarios. El patrón se hace rico por la desposesión de los indígenas. Aún así, como el río, el comercio también afecta de forma positiva las relaciones de los personajes en el relato (las manzanas son el obsequio que Wata-Wara recibe de Agiali para afianzar su compromiso [106]). Ahora bien, el comercio se expresa siempre por “robo”, implícito y explícito. Implícito en la forma en que el patrón roba la fuerza de trabajo y las tierras de los indígenas al obligarlos a comerciar; y explícito en las veces en que Agiali, u otro de sus compañeros, roba cañas, manzanas o higos en el valle. Incluso el intercambio es un robo, pues como dice el primer “valluno” con el que Manuno trata: “Ya sé que me están robando, pero acepto. (22).

Tanto el río como el comercio ofrecen una lógica traicionera. A su vez, la corriente del río siempre varía de forma aleatoria, mientras que los flujos del comercio no. Es evidente que no existe una mano invisible que cambie o regule la intensidad delmercado. Por otra parte, como el río, el comercio también tiene una fuerza constituyente, pues ambos contribuyen para que Agiali y compañía persistan en su existencia. Así, la novela sugiere pensar una lógica de comercio como la que aconseja uno de los personajes vallunos sobre el río: “Es preferible marchar con la corriente, meterse en ella, porque el agua, aunque traicionera, no lo es tanto como el lodo… (41-42).

Raza de bronce y el sujeto andino

Al leer la primera mitad de la novela, me pregunto cuál es el propósito de Arguedas en representar la gente aymara como se describe en la novela. Las conexiones entre los hombres del viaje y sus bestias, las descripciones de sus hábitos de comer y la insensibilidad al encontrar el cuerpo de Manuno señala a una descripción subhumana de los hombres.

Los burros del viaje se describen en maneras parecidas a los hombres. Aun se mueren juntos, en pares. Cuando pierden un burro en río, también pierden Manuno en el río. Sus hábitos de comer también son casi animalísticos. Dice que “Había doce cabales, y se repartieron a tres, que devoraron en el acto, allí mismo. Les supieron a gloria. Estaban dulces, frescas y jugosas.
—Se me han quedado en los dientes –dijo Quilco” (20). Palabras como “devorar” y la rapidez con que comen no se  describe como adultos humanos. Más tarde cuando encuentran el cuerpo de Manuno, un amigo suyo, que tiene el cuarenta pesos, ellos “se pusieron al trabajo, y a la media hora retiraron el cadáver de Manuno. La única preocupación de los dolientes fue ver si aún llevaba el retobo de dinero. Allí estaba fuertemente anudado alrededor del cuello, y tan
fuertemente que hubo necesidad de cortar a cuchillo el pañuelo” (51). No es un retrato de humanos con dignidad.

Arguedas pretende demostrar las injusticias que sufren los aymara, pero al mostrar hombres quienes solo piensan en el dinero del mestizo o de que van a comer o de unas supersticiones de comer, etc., no describe seres humanos. Arguedas pretende demostrar la injusticia del sistema pero a la vez refuerza la inhumanidad de la gente indígena. Refuerza la ideología del sistema que critica. El sistema feudal depende de la supuesta inhumanidad del indígena.

Me parece que es un problema con muchos ejemplos de la literatura indígenista. Quieren mostrar (como la métafora del cóndor de Mallcu) que el pueblo andino es un cóndor majestuoso que está atrapado por seres inhumanos. Pero simplemente representan una ficción. No representan seres complejos quienes están subyugados.

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Raza de bronce y el sujeto andino

Al leer la primera mitad de la novela, me pregunto cuál es el propósito de Arguedas en representar la gente aymara como se describe en la novela. Las conexiones entre los hombres del viaje y sus bestias, las descripciones de sus hábitos de comer y la insensibilidad al encontrar el cuerpo de Manuno señala a una descripción subhumana de los hombres.

Los burros del viaje se describen en maneras parecidas a los hombres. Aun se mueren juntos, en pares. Cuando pierden un burro en río, también pierden Manuno en el río. Sus hábitos de comer también son casi animalísticos. Dice que “Había doce cabales, y se repartieron a tres, que devoraron en el acto, allí mismo. Les supieron a gloria. Estaban dulces, frescas y jugosas.
—Se me han quedado en los dientes –dijo Quilco” (20). Palabras como “devorar” y la rapidez con que comen no se  describe como adultos humanos. Más tarde cuando encuentran el cuerpo de Manuno, un amigo suyo, que tiene el cuarenta pesos, ellos “se pusieron al trabajo, y a la media hora retiraron el cadáver de Manuno. La única preocupación de los dolientes fue ver si aún llevaba el retobo de dinero. Allí estaba fuertemente anudado alrededor del cuello, y tan
fuertemente que hubo necesidad de cortar a cuchillo el pañuelo” (51). No es un retrato de humanos con dignidad.

Arguedas pretende demostrar las injusticias que sufren los aymara, pero al mostrar hombres quienes solo piensan en el dinero del mestizo o de que van a comer o de unas supersticiones de comer, etc., no describe seres humanos. Arguedas pretende demostrar la injusticia del sistema pero a la vez refuerza la inhumanidad de la gente indígena. Refuerza la ideología del sistema que critica. El sistema feudal depende de la supuesta inhumanidad del indígena.

Me parece que es un problema con muchos ejemplos de la literatura indígenista. Quieren mostrar (como la métafora del cóndor de Mallcu) que el pueblo andino es un cóndor majestuoso que está atrapado por seres inhumanos. Pero simplemente representan una ficción. No representan seres complejos quienes están subyugados.