El mundo es ancho y ajeno – mis pensamientos (parte 2)

En muchas maneras, a menudo me siento como una de las vacas del último capítulo las que entraron al caserío y observaban con sus grandes ojos sorprendidos cuando yo lea o hablar de la literatura latinoamericana. Leo las palabras sin comprensión del contexto de las narrativas.

Recuerdo lo que leí en el libro de Jean Franco, An Introduction to Spanish-American Literature. Franco indica que Ciro Alegría fue miembro del partido político peruano, Alianza popular revolucionaria americana (APRA). Con curiosidad, busqué este partido para aprender más. Según el Wikipedia, el APRA es el partido más antiguo sobreviviente y más establecido en Perú. El autor del artículo de la wikipedia afirma que “APRA is as much a social phenomenon as a political movement, with a membership whose loyalty to the party has been unwavering for several generations.” El artículo sigue, describiendo la ideología de la APRA como antiimperialista, panamericanista y en apoyo firme a la solidaridad internacional y el nacionalismo económico. Esto, al menos para mí, suena muy parecido a las ideologías de Marx, Bolívar y Castro.

Admito, no sé mucha de la historia latinoamericana, más que el hecho de que los indios existieron y vivieron en su tierra durante siglos hasta que los europeos llegaron y borraron su forma de vida por completo. Más tarde, los países norteamericanos llegaron para desangrar la tierra seca de sus recursos naturales: minerales, petróleo y productos agrícolas porque puedan alcanzarse a un costo bajo con poca o ninguna consideración por las vidas extranjeras que son afectadas por la expansión imperial.

La parte que realmente resonó conmigo fue: “[e]n ese mundo ancho, cambios de lugar, vamos de un lao pa otro buscando la vida. Pero el mundo es ajeno y nada nos da nada, ni siquiera un güen salario, y el hombre muere con la frente pegada a una tierra amarga de lágrimas. Defendamos nuestra tierra, nuestro sitio en el mundo, que así defenderemos nuestra libertá y nuestra vida. La suerte de los pobres es una y pediremos a todos que nos acompañen. Así ganaremos.”

Para mí, este pasaje trata del poder: los líderes mundiales luchan por el poder; el poder que las clases altas acumulan y retienen de las clases bajas; el que las clases bajas y el marginado desean tener. Pero al final, todos morimos. Desperdiciamos nuestra existencia al tratar de conseguir lo que otras personas tienen en lugar de disfrutar de lo que tenemos actualmente. La lucha por el poder y la riqueza parece ser una fuerza impulsora en la sociedad actual, sin embargo, ¿qué hay que demostrar para esto? Más poder y más dinero para algunos; menos poder y menos dinero para los demás?

El mundo es ancho y ajeno —mis pensamientos

—Mea maximus culpa—olvidé empujar ‘Post’ anoche…

Así que estoy cerca del punto de mitad de El mundo es ancho y ajeno, varias cosas me han llamado la atención.

Algo que Jean Franco escribió, en su libro An Introduction to Spanish American Literature ha resonado conmigo a lo largo de la lectura de El mundo es ancho y ajeno hasta ahora. Escribe que en el canon de la novela indianista que “it has been written entirely by non-Indians” y que “realism was an instrument of achieving accuracy” (242). Si el corpus de este género ha estado compuesto por no-indios, ¿cómo es el realismo un instrumento de la exactitud? Los autores, ambos Icaza y Alegria, llenan sus narrativas con su noción percibida de los indígenas y las actitudes del noindios hasta los indios. En Huasipungo, eran menos venerados que el ganado, lo que francamente hizo gatear mi piel. Y en El mundo, mientras lo he disfrutado hasta ahora, todavía hay un autor noindígena que nos proporciona un punto de vista indígena.

Como alguien que ha sido marginado toda su vida por ser gay, y habiendo vivido en las calles de Toronto como un joven gay, he experimentado marginación. Todos los que han sido marginados tienen una historia única que contar. Lo que siempre me ha molestado es cuando las heterosexuales cuentan historias de las experiencias gay, por ejemplo, lo seguro que es para las personas LGBT en Vancouver (¿cómo lo sabrían?), o cuando las personas hablan de las situaciones difíciles y las necesidades de los sin techo, cuando no tienen ninguna idea de cómo es. Claro, están bien intencionados en su apoyo a la comunidad LGBT o de las personas sin hogar, pero a menudo hay falta de autenticidad. A menos que se haya experimentado la falta de vivienda o se haya experimentado homofobia, ¿cómo se sabría lo que es experimentarla? Después de leer la selección anterior y esta también, he cuestionado la autenticidad de la representación indigenista y su tratamiento dentro de la sociedad.

Estaba preocupado después de leer Huasipungo que me horrorizaría con otra novela andina que me haría perder la poca fe que me queda en la humanidad, pero por desgracia, hasta ahora estoy gratamente sorprendido. Lo que es diferente: en “El mundo” hay una presencia de la mente y el punto de vista de los indígenas como personas clave en la trama, el escenario y el desarrollo del personaje. Nos metemos en los pensamientos del Rosendo, especialmente en la primera parte, donde está reflexionando sobre su vida y experiencias hasta ahora. Y aunque esta novela está escrita por un autor no indígena, todo aparece un poco más sondable; sin embargo, todavía me pregunto lo auténticamente real que es.