El delirio de Turing (parte 1)

Si soy sincero, esta primera parte de la novela me confundió mucho, por el lenguaje supongo. Aunque no estoy segura de que entendí exactamente todo lo que pasó, sí noté algunas cosas interesantes que me llamaron la atención.

El hecho de que esta novela trata de códigos, computadoras, tecnología, etc., lo separa de las otras novelas; no hemos leído nada que enfoca tanto en la tecnología.  Al leer las primeras páginas, me pregunté que cómo esta novela involucraría a la “indígena”, pero creo que esta pregunta es exactamente el punto de esta novela.  Cómo es posible que, por un lado, hay un gran esfuerzo para llegar a la “modernidad” (o como queramos llamarlo), y por otro lado, un esfuerzo para no llegar a ese punto.

En todo las primeras páginas, se habla sobre la tecnología, sobre todo los códigos; el lenguaje súper confuso y parece que el autor quería usar un lenguaje que llame la atención sobre los personajes y el entorno como súper avanzados y modernos.  Pero luego en la página 15, conocemos a Ramírez-Graham, y lo critica el narrador: “ni siquiera había nacido en Bolivia” (p. 15).  Ramírez-Graham supuestamente dejó su trabajo en el Norte para “venir a ayudar a su país”, pero ayudar a su país con que?  A ser más “moderno”?  Esto es lo que ayudaría a “su país” que ni siquiera es su país?

En la página 16, me interesa como el narrador nos cuenta del Río Fugitivo: “pero en el Río Fugitivo los desfases históricos suelen ocurrir con frecuencia, es normal encontrar, lado, el ábaco y la calculadora”.  Me parecen interesantes lo que dice sobre el ábaco y la calculadora: una es vieja y la otra es nueva, pero es normal encontrarlas juntas.  Esto me hizo pensar nuevamente sobre la idea de la modernidad.  Podemos ver la comparación entre el ábaco y la calculadora como una representación de la tensión entre lo viejo y lo nuevo (en la sociedad, la economía, la política, etc.) del país?

 En la página 20, el narrador habla de orinar, y lo que dice me pareció súper interesante.  Por un lado, vemos el tema de la “tecnología” en este libro, algo muy lejos de lo ‘natural’, y ahora aparece una de las cosas más naturales en la vida que “te acompaña desde la joventud”.  Lo interesante es que hoy en día, la tecnología ha acompañado a muchas personas desde la juventud.  Parece que aquí hay otra referencia a una tensión; en este caso una tension entre lo natural (viejo) y lo antinatural (nuevo/moderno).  Pero, la tecnología parece tan natural para los jóvenes como orinar.

Por último, quiero hablar sobre la frase: “El azar no siempre fue responsable de todo” (p. 26). Esta frase me hizo pensar mucho de cómo la idea del “azar” juega un papel tan importante en diferentes grupos, religiones, comunidades, etc.  El narrador usa las palabras “no siempre”, lo que para mí sugiere que ahora muchas cosas están controladas por el “azar”?  Quiero saber lo que el narrador quiere decir con esta frase, quizás nada significativo o importante.

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El delirio de Turing

Me interesa el primer capitulo de esta novela. La voz narrativa es cautivadora con el uso de la segunda persona omnisciente. Con la integración de la tecnología y el ciberespacio, la narrativa en segunda persona atrae al lector más íntimamente a ser parte de este mundo. Hay muchas referencias a los códigos, descifrando mensajes, todo lo que tiene que ver con este mundo digital que el autor, Edmundo Paz Soldán, ha creado. Las tarjetas electrónicas con colores que se refieren a diferentes accesos en el edificio me intrigaron, ya que también mostraron el rápido cambio y desarrollo de la tecnología en un año. La idea de las diferentes partes del edificio también me hace pensar en este espacio que se refiere a ser metafórico para el ciberespacio. La tarjeta del protagonista es verde, que significa “muy secreto” e indica que una vez estuvo en una posición alta en su trabajo. Sin embargo, dentro del desarrollo de nuevas áreas y una expansión de la tecnología y supongo empleo/habilidad en este campo, hay otras personas que tienen acceso a lugares a los que el protagonista no tiene acceso. Lo que encuentro tan interesante es cómo tenemos acceso a la mente del protagonista, cuyo nombre no se comparte en el primer capítulo. La voz “tu” permite al lector interactuar con el proceso y la mente de un decodificador, un hombre que trabaja estrechamente con mensajes secretos y la transmisión de información confidencial. El final del capítulo nos deja con una la situación de suspenso, uno que se siente casi personal, que me hizo querer seguir leyendo.

Sin embargo, a medida que continúo leyendo la novela, encuentro un cambio en la voz narrativa, y no está muy claro siempre qué se piensa y qué es el diálogo. Creo que es importante seguir siendo un lector activo al leer libros que juegan con el espacio, el tiempo, los personajes y la voz, para comprender los eventos y el tema o historia subyacente (con el indigenismo); el complot. Dada la situación, la historia, los antecedentes y especialmente que estamos hablando de avances tecnológicos y la integración de alguien en un mundo virtual, me interesa ver el complot y el propósito de este libro.

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La novela andina 2019-11-12 17:39:57

Lituma en Los Andes

La ansiedad en Lituma en los andes es un tema que el autor presenta a lo largo de la novela. Primordialmente, es personificada por Lituma. El se encuentra a la espera del fin de su vida, se siente asechado por Sendero Luminoso en un territotio desconocido, Naccos. Lituma ha sido descrito en la clase anterior como el protagonista de una novela de misterio a pesar de ello creo que es verídico considerar que Lituma personifica la ineptitud de las instituciones y la incapacidad del ciudadano de tomar responsabilidad por su labor cívica dentro de la sociedad sociopolitica peruana, antes de representar una búsqueda logística por la verdad de la víctimas silenciadas por la lucha de fuerzas políticas arraigada en el abuso de los peruanos sin título. Es decir, Lituma es una sátira de Vargas Llosa y aquel otro comisionario de posverdad. La construcción de Lituma ilustra distintos paralelos al trabajo literario de Vargas Llosa, por ejemplo tenemos el recurso del militar y el burdel o el provinciano y el burdel, cual tambien es utilizado en libros como “Pantaleón y las visitadoras” o “El heroe indiscreto”, este ultimo con el mismísimo personaje de Lituma. Otro, aun más interesante, es la exposición de la precariedad institucional del no-Lima, lituma es un sobreviviente, un parásito social.

Por otro lado, es importante como se utiliza la mistificación. El mundo indígena es el espacio perfecto para desarrollar este aspecto de la novela de Vargas Llosa. Lituma se encuentra alejado de la civilización y perdido en el laberinto de los Andes. Vargas Llosa emplea la meta literatura para desarrollar esta de dimensión de la novela indigenista, Adriana, como Ariadna del mito griego de Teseo y el minotauro, tiene la receta para acercarse al monstruo. En la novela este monstruo toma distintas formas, pero el desarrollo del miedo que se representa en relaciones interseccionales de racismo y violencia se sintetiza en xenofobia.

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El delirio de Turing I

paz-soldan_delirio-de-turingA tale of cyberspace, crypto-security and hacktivism set in Bolivia? At first glance, the idea is counter-intuitive. The country is by some measures the poorest in South America (with a per-capita GDP of only just over $8,000) and is more often associated with ancient indigenous cultures than with contemporary hyper-modernity. Yet Information Technology and the Internet, and everything that comes with them, are part and parcel of globalization, which by definition breaks down oppositions between First and Third Worlds, Centre and Periphery. Your cellphone battery may well contain lithium from the salt flats of Uyuni. Global forces shape La Paz or Santa Cruz as much as they do New York or Montreal.

Of course, in some ways there is nothing new about this. Even the most remote Andean villages have long been part of global circuits. If now it is lithium that makes the world go round, once it was silver from the mines of Potosí. So there are continuities as well as changes in this latest phase of globalization, and Edmundo Paz Soldán’s novel El delirio de Turing is as interested in the ways in which new technologies ultimately confirm old patterns as he is in the new dimensions of politics and protest that open up when power and resistance are as palpable online as on the streets.

The “Turing” of the book’s title is on the one hand a reference to Alan Turing, the celebrated British mathematician and early pioneer (and theorist) of computing who was also associated with the World War Two efforts at Bletchley Park to crack the code of the Nazi Enigma Machine. On the other hand, however, it is the codename given to one Miguel Sáenz, who is in charge of the Archive at the Bolivian state’s shadowy department dedicated to electronic surveillance and counter-terrorism nicknamed the “Black Chamber.” And just as Sáenz (bespectacled civil servant) becomes Turing (“implacable tracker of coded messages” [13]), as he crosses the portal to his top-secret job deep in the security state, so Paz Soldán is interested in the ways in which we can become other on the Internet: shaking off our humdrum everyday identities to become anonymous or to take on new roles and act out forbidden fantasies.

Most everyone in the Bolivia that the novel depicts (which is only slightly displaced from the Bolivia we know) has an account with a virtual environment known as “el Playground,” which is some kind of “Second Life.” Here, you can take on an avatar and meet, socialize, flirt and fight with others who are also acting out their dreams from their keyboards or touchscreens. The only thing you can not do, at the risk of summoning up the Playground’s own (virtual) security forces, is acknowledge the “merely” digital nature of the environment, or make reference to the so-called “real” world. The condition of entry, in other words, is that you must act online as though the fiction were both real and fully sufficient.

Yet Paz Soldán is equally interested in the extent to which we can never fully shake off our terrestrial histories and identities. That, after all, is in large part the mission of a crypto-analyst such as Sáenz/Turing: to locate and decipher the digital fingerprints on any disruption in the online system and track them back to real-world individuals who could then (if the state deems it necessary) be arrested and disciplined. But Sáenz/Turing is just as vulnerable as anybody else: he cannot fully leave his domestic preoccupations (a wife and daughter from whom he is increasingly distant) at the door to the Black Chamber. What is more, the plot gets going as somebody seems to have accessed his otherwise secure email to send him an all-too-easily decipherable coded message: “Murderer, You Have Blood On Your Hands.”

And by halfway through the novel, we are beginning to have an inkling of what this missive may mean, as we hear the testimony of Sáenz’s wife to an investigative Judge who seems to have the current regime in his sights: for all that Sáenz/Turing sees his work as an intellectual exercise, an interesting game, he may well be complicit in disappearances and tortures, the very visceral and corporeal consequences of his playing with bits and bytes. However much the online world offers liberation and reinvention, and however much contemporary globalization introduces new opportunities and political paradigms, behind everything lurks state violence and a tendency towards totalitarianism.

Lituma en los Andes: Las pistas y la ignorancia

Me sorprendió el giro inesperado de la trama de este libro, pero no lo entendí muy bien. El giro al que me refiero es cuando Lituma averigua que las tres muertes no fueron causadas por figuras míticas como el Pishtaco sino por los habitantes de esa comunidad, la misma comunidad a la que Lituma estaba supuestamente ayudando a resolver los asesinatos era la misma comunidad que cometió los crímenes. Y para empeorar la situación, él es el único que no estaba al tanto de esta situación. La ignorancia que muestra Lituma es aparente cuando descubre la verdad de la situación y de lo poco que sabe sobre la realidad de esta comunidad. Esto lo veo yo como una metáfora entre la comunidad indígena y el gobierno peruano. Lituma representa lo poco que sabe el gobierno peruano sobre las comunidades indígenas que habitan en el País.

Lo que no entiendo es por qué Vargas Llosa eligió el canibalismo como “la realidad” de esa comunidad. Si así es como el lector decide interpretarlo entonces es fácil de ver por qué Vargas Llosa es visto como “anti-indigenista”. Entiendo que este canibalismo viene por parte de Dionisio y Ariadne dos protagonistas que convencen a los habitantes de la comunidad de participar en el canibalismo y el sacrificio humano para que desaparezcan las figuras míticas. “Ya sólo falta que se chupen la sangre y se coman la carne cruda de la gente” (100).  A lo que Dionisio responde: “Llegaremos a eso” (100). Aquí podemos ver que a Lituma le presentan con pistas que muestran un poco de la verdad. Pero claro, como Lituma no forma parte de esa comunidad no es capaz de descifrar la pista. En el epílogo del libro cuando al fin lo descubre, no se lo espera para nada: “Lituma sintió que el pucho le quemaba las yemas de los dedos y lo soltó. Pisoteó las chispitas. Entendía lo que el hombre estaba diciendo y no quería saber más.” (141). A pesar de haber tenido bastantes pistas que le ayudasen a averiguar la realidad de la situación en la que se encontraba, las noticias del canibalismo le sorprendieron. Por eso, creo que, Vargas Llosa plantea un tema importante: la desconexión entre las comunidades indígenas y el gobierno peruano. Una desconexión que se manifiesta a través de la ignorancia de Lituma.

Además, plantea cuanta influencia de verdad tiene el gobierno sobre el País. Es decir, si vemos a Lituma como una metáfora del gobierno peruano y vemos al principio de la novela que Lituma depende totalmente de Tomas Carreño para comunicarse con la comunidad y para sobrevivir. Es difícil de argumentar que Lituma esté en una posición de poder. Casi como si él fuera un extranjero en su propio País. El hecho de que no descubra la verdad de lo que ocurre en Naccos es testimonio de la poca influencia y conocimiento que tiene Lituma en su tierra.

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Lituma en los andes (parte 2)

El final de esta novela me parece muy interesante. Nos dieron pistas sobre este final desde muy temprano. Cuando Doña Adriana dice que era su destino y sugiere que las muertes fueron del origen sobrenatural, ya sea un pishtaco o algún otro ser misterioso. Finalmente aprendemos la verdad de lo que sucedió en Naccos. Lo que encuentro fascinante es el hecho de que lo que hicieron con los que sacrificaron, cortándolos y comiendo su carne, y parecen convertirse en pishtacos, a pesar del hecho de que Adriana ayudó a matar a uno y eso es lo que todos tenían miedo. Y lo hacen sin siquiera darse cuenta. Eso es la mentalidad grupal la que hace que las personas hagan cosas que nunca harían normalmente.

Una cosa que me interesa mucho es el cambio inesperado de usar la voz en primera persona cuando Adriana está hablando de su pasado. En la primera parte todo fue narrado en tercera persona, se sintió bastante desapegado. Pero ahora, de la nada, hay un punto de vista mucho más personal.

Lo más sorprendente para mí fue el regreso del amor del pobre Tomasito, Mercedes. Especialmente después de escuchar cómo se fue con el dinero que Tomas le dio cuando obtuvo su identificación. Me recuerda al muy estereotipado “El hombre tiene a su chica, luego la pierde, luego se queda con ella al final”.

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Lituma en los Andes (2)

En mi último post, pedí la pregunta: “Pero, leyendo la segunda mitad de la novela, me interesa la idea de como el epígrafe relaciona al texto, y ¿si eso puede contribuir, o no contribuir al texto como una novela andina?” El epígrafe de Blake, “Cain’s City built with Human Blood, not Blood of Bulls and Goats”, todavía me pone a pensar, pero no tengo una respuesta. A pesar de que hay mucha violencia y muerte en la novela, en ese caso, la construcción de la carretera y la investigación de las tres desapariciones, fueron dejadas, no por la violencia, pero por la naturaleza, o el huayco. Lo que, si los muertos realmente fueron sacrificios a lo apus—no funcionaba. En ese caso, la muerte no contribuye a la construcción o modernización de Naccos—en ese caso, la construcción (como la mala comunicación de los Senderistas) era abocado al fracaso. Como los esfuerzos del Sendero, que siempre describen como si sus esfuerzos siempre eran colocados en el lugar o con la gente equivocados, también en Naccos, la construcción de una carretera en una región propenso a huaycos parecía como un esfuerzo extraviado.

A mí, Lituma en los Andes, era una serie de mala comunicaciones y interrupciones. En los juicios, se describieron a la gente como: “Los vecinos aparentaban escuchar más de lo que escuchaban, entender más de lo que Entendían” (39). Siempre, se narra a los grupos de gente, de cada lado (los senderistas, los vecinos, los políticos, Pedrito, etc.) de no escuchar ni entender el otro. La señora d’Harcourt describió los Senderistas como:

“Pero, mientras hablaba, rectificaba, especificaba, y a pesar de que en sus respuestas subrayaba siempre que ninguno de sus contactos era político, que todas esas vinculaciones, relaciones, eran científicas, nada más que científicas, por las expresiones y las miradas de sus interrogadores, la dominaba la certidumbre de un insuperable malentendido, de una incomunicación más profunda que si ella hablase chino y ellos español” (57).

Aunque, los del Sendero tuvieron su propia explicación o justificación. En ese caso, ella no podía decir nada para convencerlos, porque para ellos, lo que ella representó era el problema, no lo que ella hizo. Eso también se refleja en la discusión entre Lituma y Tomás. Cuando Tomás habla de Mercedes, Lituma siempre está interrumpiendo a Tomás, quien siempre ignora sus comentarios. A pesar de que los dos ejemplos son muy diferentes, muestran la falta de comunicación en todos los campos narrativos. Hay esa falta de comunicación entre los grupos políticos, los vecinos, los andinos y los costeños, hasta los personajes individuales (quizás excepto por Adriana y Dionisio).

Además, el hombre que al final admite a los asesinatos de los hombres—y la comunión, o “comulgar”, parece no saber lo que él estaba haciendo. Él no quise hacerlo, pero “comulgó” porque los demás estaba haciéndolo. En ese casó, en relación con el epígrafe de Blake, sí había un derramamiento de sangre, pero nada era construido. De eso, ¿era la naturaleza que paro la modernización de Naccos, o la falta de comunicación que existía en todo el País?

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Lituma en los Andes—mis pensamientos (parte 2)

No soy ningún ‘snowflake‘. Tal vez la palabra ‘fuck’ sea mi palabra favorita del idioma inglés. Pero cuando terminé de leer Lituma en los Andes, preparándonos para nuestra ‘not-presentación’, le dije a mi compañera que aunque me gustaba este libro, me pareció vulgar. De hecho, muchos de los libros que hemos leído este semestre para SPAN 495 he encontrado que tienen elementos que me parecen cuestionables. Así que pensé en bloguear sobre esto del perspectivo de un gringo de 43 años de edad el que nunca ha escapado su crianza de wonderbread.

Seamos sinceros, la sociedad canadiense es bastante conservadora. Claro, podemos votar por un Primer Ministro liberal. La gente de mi generación criara para ni hablar nunca de religión, sexo ni política en compañía mixta. Si este dicho es verdadero o aplicable en estos días es discutible. Supongo que la razón de esto sea para mantener las conversaciones en un registro más positivo y neutral para no ofender a alguien.

Lituma en los Andes está imbuida de religión, sexo y política. Es de lo que se trata la novela; no hay escapatoria. Pero mi pregunta es ¿por qué la narrativa es tan gráfica? El impacto de la dicción fuerte—¿qué efecto hace? No puedo negar que mi conocimiento del idioma español es básico. Hablo español como si fuera un libro de texto porque esa es realmente la única fuente del idioma. Jon frecuentemente me ha desalentado de buscar el significado de las palabras, y hago todo lo posible para limitar las palabras que miro hacia arriba. Con esta novela, sin embargo, la mayoría de las palabras que busqué me hicieron sonrojar o jadear.

Tal vez esto demuestra lo verdaderamente xenocéntrico que yo soy. Nunca hablaría de las partes corporales de una mujer como Vargas Llosa lo hace en su novela. Concedido, como un hombre gay no hablaría realmente de partes de las mujeres de esta manera de todos modos, pero incluso las descripciones de los hombres no son algo que yo describiría de esta manera que hace este libro. Honestamente me sorprendió. Mi marido dice que ‘you’re such a prude’ porque hablar de sexo con vulgaridad me hace retorcerme.

Más allá de la charla sexual, me sorprendió el canibalismo, me refiero a quién no lo encontraría impactante. Estaba horrorizado por cómo se describía el consumo de la carne humana, que era el punto, estoy seguro. Pero me pareció un comentario interesante sobre la religión y las creencias en el mundo moderno. La transubstanciación en la religión cristiana ha existido desde la última cena. Cada vez que se recibe la comunión, se debe creer que la hostia es el cuerpo de cristo y que el vino es la sangre de cristo… canibalismo imaginario. Recuerdo cuando me estaba convirtiendo en católico que la Sor Lucy nos dijo que “nunca muerdan la hostia porque sangrará en tu boca” y pensando que esa fue una de las imágenes más repugnantes. La moda de las madres que consumen su placenta es una forma de canibalismo. Así que mientras que el canibalismo sea una práctica comúnmente idealizada, es inquietante cuando se nos da una descripción vívida como esto.

Mi última pregunta es sobre la vulgaridad y cómo se utiliza en la literatura. ¿Qué dice de la narrativa que se cuenta; sobre el autor; nuestra reacción? ¿Es puramente de efecto? ¿Cómo atrajo el uso de la vulgaridad a las diversas audiencias que leen Lituma en los Andes?

Pasiones y afectos de la boca y el cuerpo: hablando (no) se entiende la gente en Lituma en los Andes (segunda parte)

El inicio de la segunda parte de Lituma en los Andes (1993) es diametralmente opuesto al de la primera parte. Mientras que en la primera se lee que la mujer que “importuna” a Lituma habla “mascullando y soltando un hilito de saliva por las comisuras de su boca sin dientes” (9), en la segunda parte Lituma es bien recibido, al punto de que al concluir su tarea en La Esperanza, el ingeniero Pichín le dice: “-De ninguna manera, mi amigo -lo atajó, levantando dos manos cordiales” (80). Ambos inicios focalizan ciertas aptitudes corporales: en la primera, una boca desdentada que masculla y babea; en la segunda unos brazos alzados que atajan y casi hablan. Aparentemente opuestas, los dos fragmentos son expresiones comunicativas.

Buena parte de los conflictos de Lituma, incluida su incapacidad para resolver el misterio del pueblo de Naccos, están relacionados con la forma en que se expresa, decodifica, entiende y comporta el (los) cuerpo(s) en la comunicación. La boca como instrumento de lenguaje agrupa muchos de los órganos principales en el proceso del habla. En la novela, por otra parte, la boca no sólo es un hueco por el que salen historias (de Sendero, de Tomás y hasta la “sabiduría” del antropólogo danés) sino por donde entra el alimento, los vicios (el alcohol, el cigarro),  el amor (los besos de Tomás y Mercedes) y por donde se ejecuta el acto más insoportable para Lituma (que resuelve el misterio de Naccos, pero al saberlo Lituma se arrepiente de su cometido): la antropofagia.

Cuando Lituma se lleva al barrenero fuera de la cantina al final de la novela, éste le dice “Hablando se entiende la gente” (139). El problema es que antes de la interrupción de Lituma iba a suceder otro tipo de entendimiento para resolver la congoja del barrenero. Por otra parte, ambos entendimientos son fallidos (la revelación del secreto y la felación), pues la boca (al hablar/tragar) y el cuerpo (al convertirse “animal” y lascivo) pueden anular toda posible comprensión. La boca no ayuda a la comprensión porque cuando Lituma devora el secreto del misterio de Naccos, se arrepiente de saber, quisiera vomitarlo; por su parte, el cuerpo tampoco ayuda a la comprensión porque la lascivia es pasajera (diez minutos, como la dicha del barrenero [p. 138]). Sin embargo, en el texto se dan dos ejemplos de entendimiento completo: uno en multitud y otro de individuo a individuo. En multitud antes de sacrificar el cuerpo del albino hay entendimiento pues se dice que “todos estaban con sus cinco sentidos puestos en Casimiro Huarcaya” (106) y luego “sin necesidad de una voz de orden, sabiendo lo que correspondía a cada cual, la muchedumbre se puso en movimiento, y, aunque nadie hablaba […] se la sentía avanzar, compacta, sincrónica” (110). De forma individual, se ilustra entendimiento cuando Lituma ayuda a Mercedes a llegar hasta el puesto de la guardia civil, pues él “estuvo con sus cinco sentidos concentrados en la operación, dirigiéndola. Le señalaba con enérgicos movimientos del brazo cuál era la senda que debía seguir, dónde estaba la huella mejor afirmada […]” (130). Ambos entendimientos carecen de voz, pero no de un sentido corporal. El problema es que la resolución colectiva (en multitud) (puede) termina(r) en fiesta de sangre y la individual está hecha no para el que dirige, sino para otro.

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Lituma en los Andes

Quisiera enforcar mis comentarios en el desenlace del misterio de la novela. Al entender, más o menos, lo que pasó a los tres sacrificados de Naccos, Lituma expresa una y otra vez que preferiría no saberlo. Al hablar con Dionisio y Adriana, Lituma dice “a pesar de que quisiera sacarme de la cabeza lo que usted ya sabe, no puedo. Aquí los tengo a esos tres, envenenándomela vida” (119). Más tarde explica de nuevo a Adriana que “le juro que hubiera preferido no averiguarlo. Porque eso que les pasó es lo más estúpido y lo más perverso de todas las cosas estúpidas y perversas que pasan aquí” (119). En el epílogo, Lituma habla con el barrenero que le cuenta lo del comulgar y comer los tres hombres de Naccos. Casi al final de la novela, Lituma le dice “Me arrepiento de haberme entercado tanto en saber lo que les pasó a ésos. Mejor me quedaba sospechando” (142).

Lituma prefiere no saber lo que pasó. Tal como el barrendero que no se puede olvidar de comer la carne humana, Lituma no puede sacar esta información devastadora de su cabeza. Como Lituma le dice a Adriana, el también es cómplice. Sin embargo, tampoco llega a un final típico de un detective. Él no tiene un momento de resumir los hechos del crimen, y los culpables todavía están libres. Me parece que hay una paradoja en el no tener acceso completo a las respuestas del misterio y a la vez no poder vivir con el conocimiento de lo que pasó. No puede saber pero tampoco puede no-saber.

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