Huasipungo

Uno de los temas que me fascinó en Huasipungo es el tema de la movilidad. Desde el principio vemos contrastes entre la vida acelerada de Quito con automóviles lujosos y calles de cemento que permite transporte rápido y los pueblos indígenas con calles lodosos donde se estancan. En el camino a mula que toma Don Alfonso con su familia, nos damos cuenta de la “falta de progreso” que tiene los pueblos indígenas. El texto nos describe el camino como lodoso, “El lodo del páramo donde se sumen las bestias, donde la velocidad se enreda en el fango” (13). La velocidad y el “progreso” de la capital se estanca cuando pasa por las montañas. 

Las primeras descripciones de Tomachi también se describe el pueblo como un lugar lodoso: “El invierno, la montaña y la miseria han hecho de Tomachi un pueblo de lodo, de basura y de acurrucamiento” (16). La suciedad, el lodo y la falta de movilidad adecuada resulta en un pueblo inmóvil. 

El tema central de la carretera parece dar los pueblos una oportunidad de “progresar”, pero obviamente el progreso viene con un precio y el precio es demasiado alto. La pérdida de vida en búsqueda del progreso a través de la carretera es terrible. Lo interesante del texto es que el lodo impide “el progreso” de la carretera, pero a la vez es parte del “progreso”. Al ver un indio hundirse en el lodo, el ingeniero le dice a Don Alfonso “Mire como empiezan a hundirse. Ahí tiene usted un indio perdido. Es el primero, pero no será el último” (62). El costo de vida es algo implícito en la construcción de la carretera y por lo tanto, el “progreso” implica una pérdida de vida también. El progreso es tan bárbaro como el pueblo lodoso. La dialéctica de la barbaridad y el progreso se enreda en la novela.

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Huasipungo

El Huasipugno es ena obra que refleja al sistema de encomiendo, pero con la diferncia de que establece  una pseudo libertad economica en la propiedad correspondiente a la otorgada al indigena, cual en realidad era administrada por el “huasipugnero”/patron. Pseudo libertad economica. porque dicha libertad era inexistente. Al punto, de que el trato al indigena era de devaloracion y deshumanizacion mediante actos de violencia y discriminacion, cuales dentro de la mentalidad del asignado administrador era justificado. Como ejemplo podemos observar en la obra el paralelo entre los indigenas y las bestias de carga, por otro lado, las mujeres son simplificadas a su tarea  de procreacion. El sistema utiliza “incentivos” para incrementar el valor de la mano de obra del indegena, a pesar de que es una clara manipulacion porque no hay lugar para mobilizacion socioeconoimica. Es la normalizacion de la opresion y del sistema de exclavitud indigena para legitimizar el sistema. La identificacion del autor con el indigena es un tipo de mistificacion puesto que la idetidad mestiza interpreta  la realidad pero no  experimenta la situacion de explotacion del indigena, la libertad del indigena se encuentra atada a su relacion/deber con labrar la tierra. El termino “huasipugno” utiliza el indigenismo para legitimizar la participacion del trabajador, aunque realmente define la apropiacion cultural  en un prototipo de reforma agraria.

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Huasipungo

No creo haber leído una historia con muchos “carajos”. El diálogo y el diálogo interno en Huasipungo es increíblemente vulgar y violento, especialmente proveniente de la boca (y la mente) de los hombres. Desde el principio, se nos presentan los muchos pensamientos y dichos de los personajes, como Alfonso Pereira (no se si él es blanco pero tiene hacienda) y su enojo cuando se da cuenta que su hija está embarazada por un hombre indígena. El narrador es una tercera persona omnisciente, por lo tanto, podemos ver los pensamientos de cada personaje; por eso, vemos mucha objetividad a través de la subjetividad, pero también la realidad de la situación indígena. 

El narrador también muestra mucho diálogo y onomatopeya que no está presente en los otros trabajos que hemos leído en clase. No solo hay un flujo de palabras, sino también un flujo de conciencia y pensamientos. Esto lo vemos mucho con Rodríguez y Don Alfonso y cómo hablan de una manera degradante y despectiva hacia las cosas naturales que los rodean y los objetos que interrumpen su “estilo de vida cómodo” o que les causa “problemas”. Para Don Alfonso vemos esto cuando hay un perro que lo molesta o cuando busca a Cunshi. En la escena en la que está buscando a Cunshi y dice repetidamente su nombre, vemos su flujo de pensamientos; el narrador usa muchas elipses, espacios y pensamientos que fluyen libremente (sin restricción/filtro) como una persona tendría naturalmente. Esta apertura en el diálogo también le da a este libro su propio estilo y le da “autenticidad” y “realidad” con su tema de indigenismo. Con este diálogo, el narrador integra el dialecto indio y sus palabras, tal vez incluso jerga, por lo tanto, para comprender totalmente una frase o palabra que un personaje se usa, necesitaba ver el contexto y el tono, y podía deducir a que se refiere el personaje. No hay humor, pero la mayoría de las personalidades son evidentes a través del diálogo del personaje. Por ejemplo, hay mucha expresión de los sentimientos; dolor, angustia, alegría, pena (repetición de expresiones, signo de exclamación, nombres, preguntas retórica (confusión)). Sin embargo, como se trata de una novela indigenismo, el maltrato y la subyugación de los pueblos indígenas en Ecuador prevalecieron por la forma en que sufrieron abusos físicos pero también emocionales (a través de las palabras). Por esta razón, creo que las palabras y el diálogo tienen un papel importante en esta novela.

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De la letra a la cámara y viceversa: Tecnologías de escritura (II) en Huasipungo de Jorge Icaza

Huasipungo (1933) comienza con preguntas de Alfonso Pereira: “¿De dónde salen tantos impuestos? ¿De dónde? —se pregunta a menudo” (9). Atosigado por deudas y luego de una visita a su tío, Pereira decide modernizar sus tierras con una carretera para luego entregárselas a un inversionista gringo, Mr. Chapy. El drama de Pereira es ridículo y la historia de Huasipungo trágica. Como la contradicción con la que inicia el día de Pereira, ridiculez y tragedia hilan el relato. Esto sólo es posible porque las intervenciones de todos los personajes están acompañadas de acotaciones,que en guión son las indicaciones que los actores siguen para conmover al espectador con su interpretación. Entre narrador y personajes, la narrativa trata de con/movernos.

La novela está dividida en fragmentos, escenas. Las intervenciones del narrador normalmente están en presente y son verbos ilocutivos (afirma, se pregunta). ¿Por qué tantas acotaciones en el presente si mayormente una narrativa usa el pasado? Más que teatro o novela, Huasipungo narra como el cine. Antes de construir la carretera, en la chichería se dice: “—¡Pero cuáles! —grita la borrachera de don Alfonsito. Empezaron a danzar como en escenas superpuestas de cine, los moradores de la comarca […]” (42). Como musical hollywoodense, la construcción de la carretera se convierte en un set de filmación donde el tuerto capataz es un camarógrafo explotador que va sacando o metiendo a los indios de/a escena: “Entonces el tuerto se apresura en hacerles conducir a la tienda de campaña donde se les arropa con ponchos y se les da a beber un brebaje preparado con aguardiente” (60).

El cine requiere (re)producción en serie donde todos somos productores y productos. En la narrativa los indios son satisfechos por espectáculos (pelea de gallos [65]) y luego explotados hasta la extenuación. Igualmente, los indios son espectadores de su desgracia: “Una vez más los indios verán por sus propios ojos que el robo […] sólo conduce [a]l látigo, el castigo […] (108). No obstante, los indios dejan de ser espectadores y de seguir el script; el narrador deja de acotar e incluso toma un bando: “En nuestras entrañas […] hay fuerza […], nosotros llevamos la tierra fecunda en nuestras entrañas” (116). El cine “rompe la cuarta pared”, la literatura abre un umbral que nos incluye, en este caso, en el grito con que cierra la novela. De lectores pasamos a un nosotros neutro, pero ¿estaremos cómodos dentro de esa multitud?

Huasipungo

Huasipungo de Jorge Icaza no pierde el tiempo en la construcción del conflicto en la historia y vemos que los problemas siguen a Alfonso Pereira, el dueño de la hacienda Cuchitambo. Una de las cosas que me llamó la atención cuando estaba leyendo este libro es el lenguaje. En comparación con las novelas anteriores que hemos leído ésta es muy explícita. La explotación no se esconde detrás de palabras coloridas o poéticas. Es tan duro que a veces es irreal y difícil de leer. Lo explícito de esta novela hizo preguntarme, ¿a qué audiencia estaba escribiendo Icaza? 

La historia comienza cuando Alfonso admite estar endeudado y con un problema de honor (su hija va a tener un bebé de un cholo). El tío de don Alfonso es Julio Pereira a quien le debe 10,000 sucres y este le manda a Cuchitambo a construir una carretera la cual facilitará la explotación del petróleo en esas tierras. El encargado de sacar el petróleo es Mr. Chappy uno de los gringos. Icaza cuenta la historia sobre los crueles y despiadados maltratos que reciben los indios, en sus tierras llamadas Huasipungos. La inhumana brutalidad de tratar con los indios está bajo el mando riguroso de don Alfonso Pereira y sus aliados el cura Uzcátegui y los del gobierno.

Don Alfonso abusa sexualmente a Cunshi (la esposa del indio Andrés) y después de abusarla dice, “¡Oh Que asco! Son unas bestias, no le hacen gozar a uno como es debido. Se quedan inmóviles como si fueran vacas muertas. Está visto, es una raza inferior” (34). También abusaba sexualmente (desde pequeña) a Juana, la mujer de Jacinto. Una noche que estaban bebiendo en la casa de Jacinto y se acabó el alcohol manda a Jacinto a la hacienda por más alcohol y él junto con el cura abusan sexualmente de Juana. Los indígenas sufren con niguas en los pies, duermen al aire libre,bajo la lluvia, en el lodo, con frío, en la suciedad, paludismo, etc. La tempestad es horrenda tanto como sus terratenientes. La muerte les persigue constantemente, mueren muchos por la tempestad, estaban cansados, los embriagaban (con fermentaciones mezcladas con orines y carnes podridas), los azotaban y continuaban trabajando. Algunos se hunden en pantanos, la muerte sigue cerca constantemente, la corriente arrastra cuerpos muertos de niños, sigue intolerante. Es depresiva la vida para los indios, sienten hambre y no obtienen nada para sobrevivir. 

El maltrato que Don Alfonso muestra hacia los indígenas es repugnante. Personalmente, no creo que lo que ha hecho se puede justificar. Sin embargo, Don Alfonso parece estar en una paradoja. Para Don Alfonso la falta del dinero es su mayor problema y el amor al dinero su mayor motivación. Les dejo a todos con la pregunta, ¿podemos justificar si todos los actos atroces de Don Alfonso son para resolver sus problemas familiares o si él es sólo un hombre sin corazón?

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Huasipungo: la religión como excusa explotadora

Cuando leemos un libro lo normal es sentir cierta cercanía hacia uno u otro personajes y, al mismo tiempo, alejarnos de otros. Desde el principio, de hecho, nos hallamos con personajes que no podemos aguantar por necesarios que sean en términos de narración. Con Huasipungo de Jorge Icaza, me ha pasado lo mismo. Página tras página, se acumulaban las razones por las cuales sentía cierta repulsión hacia algunos personajes. Me gustaría hablar de uno en particular: el cura.

El cura es una de las figuras principales de la novela y está en el centro del tema de la explotación. Se trata de un ser repugnante que siempre vemos aprovechar del respeto de los demás y de su rol de guía espiritual para poder satisfacer todos sus deseos, tanto los sexuales como los económicos relacionados con su sed de poder.

El primer episodio en el que el cura aprovecha de su rol de poder es cuando, junto con el terrateniente, (otro avieso personaje) viola a la indígena: “El cura y el terrateniente sólo esperaron que la noche se acabe de tragar los últimos pasos de la mula, para mirarse con una vieja complicidad. Un guiño hacia la cocina donde estaba la Juana. […] Era inútil ofrecer resistencia”. Sabemos que no es la primera vez que algo así pasa e intuimos que no va a ser la última, sin embargo, lo más brutal es que los dos explotadores presentan el episodio como un acto debido por parte de sus víctimas, éstas pertenecen a una raza inferior cuya primera tarea es la de servir a sus “superiores”.

Otro aspecto profundamente perturbador es que el cura utiliza su posición y su poder para explotar económicamente a los indígenas. Los indios son las fuentes primarias de fuerza laboral y de dinero y el cura usa la carta de la religión para asustarlos y sacar provecho. Les amenaza con trágicos finales y de tal manera los fuerza a pagar más dinero por todo (incluso un entierro): “Indios salvajes que no quieren seguir el camino de Dios, que no quiere civilizarse, tendrán el infierno” y otra vez “¿Qué son veinticinco sucres en comparación de la vida eterna? ¡Nada! ¿Qué son quince sucres para que las almas tengas la esperanza de salvarse? ¡Nada!” o les pide más esfuerzo físico: “Por cada metro que avancen los trabajos taita Dios sonreirá”.

La religión se convierte entonces en la excusa ficticia, en el eje vertebrador de la explotación de la que el libro trata tan brutalmente.

Huasipungo

En la novela Huasipungo por Jorge Icaza es otro libro sobre el maltrato a los indígenas, esta vez se desarrolla en Ecuador. Cuando lee este libro, lo encontré muy similar a The Grapes of Wrath por John Steinbeck, ya que ambas novelas tratan sobre protestas sociales organizadas por un grupo marginado en un país que oprime a aquellos que son diferentes (ya sea un lugar o una raza). Obviamente, porque ese curso es sobre las indígenas, Icaza escribió mucho sobre la opresión de los indígenas y cómo afectó el escenario en el que tuvo lugar la historia. La novela comienza con Alfonso preocupándose por sus problemas financieros y cómo va a devolver el dinero que debe. El tío de Alfonso, Julio, sugiere que viaje a su hacienda en las montañas y compre el terreno que lo rodea para poder construir una carretera que conecte con el capitolio. Entonces, con su esposa e hija embarazada, Alfonso y más dinero prestado compra la tierra, el huasipungo, de los indígenas. Como en cualquier otro lugar al que van los estadounidenses, los ecuatorianos sabían que estaban usando esta parcela de tierra para buscar recursos. La madera era el principal recurso que estos estadounidenses decían que querían, pero en realidad también querían perforar en busca de petróleo.

Los ecuatorianos sabían que la única forma en que los indígenas estarían de acuerdo en realizar trabajo manual no remunerado era mediante el alcohol y la oportunidad de alimentarse. Después de todos los desastres naturales que mataron a muchos indígenas, la forma de mejorar la moral era proporcionar alcohol. para emborrachar tanto a los indígenas que no se quejarían del trabajo duro, las horribles condiciones o la muerte de sus seres queridos. Este tratamiento funcionó por un tiempo, pero luego los indígenas comenzaron a molestarse por el maltrato de su pueblo y se hicieron planes para comenzar una revolución. Quizás uno de los indígenas más frustrados fue un hombre llamado Andrés Chiliquinga. Fue herido durante la construcción de la carretera, su esposa había muerto por la carne podrida que se les había dado como “compensación” por su trabajo no remunerado, y su huasipungo le fue robado. Lo había perdido todo. Se convirtió en el líder de la revolución contra el maltrato porque no tenía nada más que perder. Esta es la primera novela que hemos leído donde los indígenas finalmente están luchando contra la opresión y el maltrato que ha ocurrido en los últimos tres libros.

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El campesino bárbaro

En la obra Huasipungo, el narrador nos cuenta una historia de la localidad de Tomachi. A lo largo de esta, sólo hay tres grupos sociales que aparecen, los cuales son los siguientes: los hacendados (Alfonso y Julio Pereira), los gringos (Mr. Chapi) y los campesinos (Andrés). Entre estos grupos existe una jerarquía social bien marcada que está encabezada por los gringos, seguida por los hacendados y por último están los campesinos.

Esta jerarquía social se basa en dos cosas. Primero, en la cantidad de dinero y, por ende, poder político que tienen los individuos. Segundo, si el individuo es un “bárbaro” o una persona civilizada. Es esta última cuestión y su relación con el estatus social del indígena la que explorare en esta publicación.

El indígena

En la historia, esta cuestión de superioridad por ser civilizado se hace presente desde las primeras páginas. Se aprecia al Tío Julio decir “¿qué nos importa a nosotros esos indios? ¡Primero estamos nosotros!”. No solamente te da una sensación de jerarquía social, también te demuestra el desprecio hacia el campesino tratándolo como un objeto. Esto se refuerza cuando Alfonso negocia la compra de unas tierras y dice “¡y que indios! Todos propios. […] Se puede hacer de esa gente lo que uno le de la gana”.

Lo “barbárico” de los campesinos se hace referencia en tres momentos puntuales. Primero, cuando Alfonso describe las tradiciones de los campesinos como “costumbres salvajes”. Segundo, cuando el cura le dice a Alfonso que “en la montaña queda todavía gente salvaje, gente que no está catalogada en nuestros libros”. Tercero, cuando Alfonso siente que va a ser asesinado por los campesinos, este reflexiona y dice que por querer civilizarlos lo van a matar.

Adicionalmente, esta idea que el campesino es un objeto por ser bárbaro se da en varias oportunidades también. Primera, por ganar tiempo en la construcción por los pantanos, Alfonso decide que está dispuesto “a perder un centenar de peones” y dicho y hecho al primer hoyo escarbado, un campesino casi pierde la vida. Segundo, cuando Alfonso critica a su padre por no “ser cruel con los [indigenas] y divertirse marcandoles como se marca a los toros […] para que no se pierdan”.

Es esta combinación de barbarie y objetivación que hace que el campesino esté en el estrato social más bajo. Esto refleja un cambio de mentalidad a siglos anteriores. En el siglo XVI, Bartolomé de las Casas argumenta que los indígenas a pesar de sus actos en contra de la ley natural, son seres racionales y civilizados por gozar de una estructura social y estado definido. En el siglo XVIII, Antonio Ulloa denuncia las prácticas labores de los indígenas en las minas de plata en Huancavelica, Perú. En ambos casos se reafirma que los indígenas son personas civilizadas y que gozan de los mismos derechos fundamentales como cualquier ciudadano. A pesar de esto, durante la época de la república, como en la obra, se puede ver que la mentalidad del criollo no ha podido ser cambiada y se le sigue considerando al indígena como un ser bárbaro que se le puede tratar de lo peor.

Los hacendados y los gringos

A pesar que los hacendados y los gringos son civilizados por tener costumbres europeas, se les categoriza de diferente manera. Como Alfonso dijo, ” ellos [los gringos]saben más que nosotros. Gente acostumbrada a una vida mejor. Ellos vienen a educarnos, ellos nos traen progreso a manos llenas”, el gringo representa, de cierta manera, la cúspide del desarrollo humano y si a ellos no les importa el indígena, al hacendado tampoco. Por ende, el trato hacia el campesino siempre va a ser de lo peor.

Conclusión

El tema de civilización es tocado a lo largo de la historia de diferentes maneras. A pesar de ello, todos los personajes que no son campesinos concluyen que el campesino es un ser bárbaro y que no goza de los mismos derechos que ellos.

 

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Huasipungo – October 2, 2019

Ya no estamos en Perú o Bolivia, sino en Ecuador, pero sin embargo, todavía vemos el mismo tema de la explotación de los indígenas.  Quiero hablar de 4 cosas que me llamaron la atención:

  1. La trama de esta novela es interesante porque los personajes se presentan con situaciones que, incluso en este día, son problemas muy fuertes para las familias. En esta novela tenemos una familia que tiene problemas financieros – Alfonso es un terrateniente que ya empieza a tener problemas financieros, y aunque su esposa también está preocupada por esto, ella también está estresada por su hija Lolita, que quiere casarse con un “mestizo”. También tenemos una persona de la familia (Don Julio) que se suma al estrés porque quiere que Alfonso haga un trato con una empresa estadounidense.  Como muchos grandes problemas, el dinero es el culpable y yo creo que esta novela definitivamente llama la atención sobre el poder del dinero.  Qué papel creemos que juega el dinero en esta novela?  Qué tan importante es?
  2. Hablé en mi último post un poco sobre valores y moral, y esta novela también me hizo pensar en estas ideas.  En particular, me interesan las formas en que los valores y la moral se incorporan a la vida de personas como Alfonso, por ejemplo. Alfonso es considerado un hombre de la alta sociedad y parece que valora la educación, pero la educación para él no parece incluir el respeto. Alfonso llega a la granja y trata a los indígenas con cero respeto: los explota, los convierte en esclavos e incluso los deja con hambre.  También les quita los “Huasipungos”, y al hacerlo hace que todo el pueblo crea que lo está haciendo por el bien de todos, cuando en realidad solo lo hace por sí mismo.  Alfonso también elige poner en riesgo la vida de los indígenas, al no elegir seguir las rutas más seguras, y les permite sufrir en condiciones terribles las tormentas y las arenas movedizas, y muchos incluso mueren. Y las mingas?  Alfonso intencionalmente los emborrachó a los indígenas, tanto que no podrían trabajar.  Sus acciones aquí fueron planeadas: Alfonso y su esposa calcularon cuántas se necesitarían para terminar el camino.
  3. La conexión entre la naturaleza / desastres naturales y la muerte me parece muy interesante. En esta novela, las tormentas y las arenas movedizas mataron a muchos indios, y al final una gran inundación repentina hace lo mismo.  Hemos visto en las otras novelas la importancia del río, y ahora parece que el río es otro personaje – uno que tiene un nivel de poder que no se puede comparar con los otros personajes, ni los Estados Unidos.
  4. La idea de recurrir a los Estados Unidos en busca de ayuda y de una solución no es algo nuevo; para muchos, los Estados Unidos representa el dinero, poder, mejores oportunidades, etc.  Como vemos en esta novela, hacer un trato con los “gringos” se ve como una forma de escapar de los problemas financieros, pero “at the expense” de los indígenas.

 

 

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Huasipungo—mis pensamientos

‘Wow’ es quizás la única palabra que me viene a la mente ahora que he terminado de leer “Huasipungo”. Me quedo en completo shock acerca de lo que acabo de leer; más bien como lo que sentí después de leer “Lord of the Flies”. Me horroriza por las escenas de violación, el trato de los indios y la falta completa de emoción en todo. ¿Era/ es esto normal?

Una cosa que me llama la atención de esta novela es la presentación muy masculina de la narrativa: la descripción gráfica pero corta de la violación; la falta de emoción hacia la humanidad. Casi siento que la narrativa imbuye de “masculinidad tóxica”, un eufemismo que hace tiempo que he despreciado por su propio matiz sexista. Por desgracia, esta novela para mí me grita “masculinidad tóxica”.

Me pregunto ¿por quién escribió el autor esto y por qué lo escribió en primer lugar? ¿Trata de presentar la vida de las indígenas a manos de los europeos? Si es así, es como si presentara las indígenas sin ninguna pizca de personalidad. Siento que nunca llegué a saber quiénes eran los personajes indios, más allá de objetos sexuales o esclavos. ¿Es el público previsto hombre o mujer? Estoy conmocionado como un tipo leyendo esta historia. Pero aún así, parece un poco más brusco de lo que normalmente estoy acostumbrado. No puedo imaginar que el público objetivo sea mujer. ¿Era el público objetivo europeo o blanco, con la intención de mostrarnos cómo de mierda los europeos/ gringos tratamos a las indígenas o a las mujeres? ¿Qué clase social es el lector previsto: el indio/clase baja que si son algo parecidos a los descritos en el libro, vería esto como normal? ¿O sería los lectores de una sociedad educada y de cuello blanco que leería esto y no pensaría nada en la violencia indescriptible entre las portadas de Huasipungo?

Me hallo desgarrado…por un lado, me gusta que este libro haya vuelto al estómago; que me ha abierto los ojos a cómo las indígenas y las mujeres eran/ todavía son tratados. Por otro lado, estoy absolutamente repugnante de que algo parecido a este haya ocurrido. De hecho, un par de veces tuve que dejar de leer porque las descripciones de violencia y violación eran demasiado para mí. Sólo lo he experimentado una vez con una novela: The Road de Cormack McCarthy. El libro de Icasa ha hecho un impacto profundo en mí. ¿Se necesita gustar lo que lee para verse afectado por ello?