Huasipungo

huasipungo

From the opening of Jorge Icaza’s novel Huasipungo, set in early twentieth-century Ecuador, the landowner, Alfonso Pereira, is presented as treading on precarious ground. He has stormed out of his house in bad humour, faced with problems that are both familial and financial: his daughter is pregnant with her indigenous boyfriend; and meanwhile he is also faced with debts and unpaid taxes. His head filled with these concerns, he is about to cross the street only to be nearly run over by a car that leaves him “trying to regain his balance on the edge of the pavement” (9). And indeed, the story that follows is the tale of Pereira’s attempts to “regain his balance” even if they involve ever-more extreme measures and grotesque abuses of the people who live on his land. Balance remains in short supply even at the end.

Pereira is presented as an almost comic character: flustered and maladroit; in over his head in the management of his family and his estate. But it is soon clear that there is a not-so-funny side to this cartoon buffoonery. On the advice of his uncle (and major creditor), Pereiras travels to his hacienda in the highlands, reluctant wife and daughter in tow, where he will, with yet more borrowed money, buy up land–and the indigenous that come with it–to build a road to the capital. The plan is to smooth the way for a firm of US prospectors, led by one “Mr Chapy,” who are apparently interested in extracting lumber from the interior–though in fact they are rather more keen on the possibility of drilling for oil. With the payout that ensues, Pereira hopes that his troubles will be at an end. And the novel shows that he will stop at nothing to ensure this happy resolution.

On the journey to the highlands, the road still as-yet unbuilt, Pereira and his family find themselves stymied by a muddy path that not even their mules can traverse. The landowner therefore calls on the indigenous servants, for them to become literally beasts of burden by carrying the Pereiras on their backs. Still persecuted by anxiety about his own troubles, and so utterly thoughtless of the weight he is placing on others’ shoulders, Pereira gives a start and causes the man carrying him to lose his footing and tumble to the ground. “Stupid Indian!” [“¡Indio pendejo!”], the master cries out “hopelessly” [“desesperado”], digging his spurs into the man’s ribs (14). His self-absorption and helplessness are hardly a joking matter now.

The name of the man who has to bear this humiliating punishment is Andrés Chiliquinga, and as the story unfolds he becomes exemplary of the suffering that the indigenous are forced to endure in the name of the landowner’s zeal to recover his economic balance, and of the gringos’ promise to bring modernization and development. Andrés first endures a horrific injury while helping to clear the land. Then his wife dies an agonizing death after eating the rotten meat that, with Pereira’s refusal to dole out the customary recompense for their otherwise unpaid labour, is all that the indigenous have to subsist on. And once the road is finally built, both he and his son die trying to protect their “huasipungo,” their small parcel of land, and its hut from being torn down to make room for the houses and offices that Mr Chapy proposes to build in their place.

In the face of all this oppression, the indigenous do not go down without a fight, rallying around the slogan “¡Ñucanchic huasipungo!”: “Our huasipungo.” And the final lines of the book suggests that this cry will resonate around the Andes. But here, at least, their cause is hopeless. But even in his victory, or perhaps especially in his victory, Pereira remains as precariously perched as ever: standing on a wall alongside Mr Chapy to look out over “the vast plain of the highlands” (113), he is once again carried away with emotion and ends up falling down once more amid “clouds of dust” to the laughter of his gringo companion (114). “We know not where we are treading” [“no sabemos donde pisamos”] is the moral he draws from this, which could be a reference to the subterranean deposits that have been driving this entire enterprise. But it may also be a delayed glimpse of the fact that, in clearing the indigenous from the land and speeding up the transition from feudalism to a capitalism dominated by foreign corporations, the hapless Pereira has simply been undermining the ground from under his own feet.

In trying to secure his position, he has achieved the opposite: he has destroyed his future by neglecting to recognize the immense indigenous contribution to the good fortune he has taken for granted. Now who will carry him through the mud?

Huasipungo

     Empiezo a ver que el tema común de estas novelas que hemos leído hasta ahora es sobre los indígenas y las cosas horribles que pasaron. El abuso que sufrieron de los blancos que vivían a su alrededor, pero lo más importante es que sus empleadores. Los que trabajaban eran terribles hacia ellos. Abuso que fue extremo con muchas descripciones gráficas. Entiendo que los indígenas no fueron vistos como importantes durante ese tiempo, pero todavía eran humanos. ¿No pudieron ver eso? No pudieron haber sido ciegos. Deben haber tenido algún tipo de sensación de que lo que estaban haciendo estaba completamente mal.

     A través de otras lecturas, no sólo en esta clase, sino también fuera de esta clase, he estado expuesto mucho sobre el abuso que ocurrió. Es horrible saber lo malos que eran los blancos para los indígenas porque no los veían como personas y mucho menos iguales. Los vieron como menos que perros y el abuso físico que algunos pasaron fue más allá de lo terrible. Es extremadamente desalentador saber que cosas como esto sucedió en muchos lugares. ¿Pero por qué no se detuvo antes? ¿Cómo es que esto duró tanto como lo hizo? Sé que esto es sólo una novela, pero tiene que haber alguien que por desgracia les pasó estas cosas malas.

     Aparte del abuso físico era simplemente maltrato en general como tener sus tierras tomadas de ellos a pesar de que vivían allí y estaban allí antes que los que querían usarlo. Sin ninguna consideración por las vidas que habían hecho allí. Me pregunto si todas las novelas que vamos a leer van a ser así. Me gustaría esperar que haya algo más que este lado abusivo de la historia. Pero estoy empezando a preguntarme si sólo serían cuentos. ¿Por qué todas las cosas que he estado leyendo últimamente sobre las cosas malas que los indígenas soportaron? ¿Es porque no fue objeto de conversación antes y a través de estas novelas salió a la luz el abuso?
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Huasipungo

     Empiezo a ver que el tema común de estas novelas que hemos leído hasta ahora es sobre los indígenas y las cosas horribles que pasaron. El abuso que sufrieron de los blancos que vivían a su alrededor, pero lo más importante es que sus empleadores. Los que trabajaban eran terribles hacia ellos. Abuso que fue extremo con muchas descripciones gráficas. Entiendo que los indígenas no fueron vistos como importantes durante ese tiempo, pero todavía eran humanos. ¿No pudieron ver eso? No pudieron haber sido ciegos. Deben haber tenido algún tipo de sensación de que lo que estaban haciendo estaba completamente mal.

     A través de otras lecturas, no sólo en esta clase, sino también fuera de esta clase, he estado expuesto mucho sobre el abuso que ocurrió. Es horrible saber lo malos que eran los blancos para los indígenas porque no los veían como personas y mucho menos iguales. Los vieron como menos que perros y el abuso físico que algunos pasaron fue más allá de lo terrible. Es extremadamente desalentador saber que cosas como esto sucedió en muchos lugares. ¿Pero por qué no se detuvo antes? ¿Cómo es que esto duró tanto como lo hizo? Sé que esto es sólo una novela, pero tiene que haber alguien que por desgracia les pasó estas cosas malas.

     Aparte del abuso físico era simplemente maltrato en general como tener sus tierras tomadas de ellos a pesar de que vivían allí y estaban allí antes que los que querían usarlo. Sin ninguna consideración por las vidas que habían hecho allí. Me pregunto si todas las novelas que vamos a leer van a ser así. Me gustaría esperar que haya algo más que este lado abusivo de la historia. Pero estoy empezando a preguntarme si sólo serían cuentos. ¿Por qué todas las cosas que he estado leyendo últimamente sobre las cosas malas que los indígenas soportaron? ¿Es porque no fue objeto de conversación antes y a través de estas novelas salió a la luz el abuso?
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“El yermo”

 

“El Yermo”

A mi entender “Raza de Bronze” es un proyecto político que busca exponer un sistema perpetuado por la dimensión de la colonialidad en la relación económica y cultural entre indígenas y no indígenas.

El autor genera un movimiento de traslacion entre lo personal y lo grupal (comunal), siendo su resolucion “El yermo”. Mediante esta estrategia podemos comparar dos planos que sintetizan la identidad del indigena bajo la concepcion de Arguedas. Como ya hemos analizado, la historia de los individuas se basa en la relacion de dos jovenes, Agiali y Wata Wara. Por otro lado en la segunda parte del relato se enfatiza el desarrollo de un nivel social en el que la constructo oficial de la historia es la comunidad indígena y su interacción con su medio. A su vez, “El yermo” alude a un discurso anti-mestizo y anti-aculturacion. Simbolos del discurso anti-mestizaje es la concepcion como resultado de la violencia sexual del mestizo a la indigena, y luego de ello. el aborto de Wata Wara. Anti-aculturacion puede observarse en la ridiculización de la vestimenta de Wata Wara y Agiali por imitar a la elite cultural. Asimismo, la lealtad y la libertad del indigena se presentan como una cuestion sedimentada en la falta de voluntad del mismo por ser libre y del reconocimiento de su agencia.

Otro punto interesante, es la romantizacion del indigena en relacion a la naturaleza. El pensamiento evolucionista y modernista al cual es fiel el autor busca reorganizacion de los recursos naturales. Consecuentemente, al presentarse un fuerte paralelo entre el ingenismo y la naturaleza, es la fuerza vital de la comunidad indigena cual rige desenlace de la historia.

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Raza de bronce, segunda parte

No se menciona como personaje, pero es uno de los que más sale en la novela de raza de bronce. Uno de los personajes más influyentes y poderosos. La naturaleza. La naturaleza toma un papel clave en esta historia. Es una presencia omnipotente, que tiene la capacidad de destruir o construir. La naturaleza es el determinante de todos los aspectos de la historia. Es el que dicta quien vive y quien muere, las estructuras sociales están basadas en cómo se comporta la naturaleza y además, agrega una dimensión religiosa o cultural que usan los humanos como una explicación de lo que les ocurre, lo bueno y lo malo.

Para explicarme mejor, causa que los humanos tengan explicaciones de los hechos que no están basado en lógica. Un ejemplo de esto lo vemos en la página 274 cuando Agiali anuncia que soplo el “kenaya”, el viento de desgracias. Y cuando le pregunta que significa, dice que es porque está enojado el dios. Agiali argumenta que esa es la razón por la que sabe que va a morir alguien. Otro ejemplo se encuentra en la pagina 171-172 donde explican que la causa del granizo que arraso a toda la cosecha tiene que ver con la ira de dios. Arguedas explica que explicaciones para lo que ellos pensaban que era supernatural incluían fantasías como “un viejo muy viejo, de luengas barbas blancas, perverso y sañudo, que se oculta detrás de las nubes y lanza su metralla allí donde se produjo un aborto” (171).

La ira de dios como explicación de todas las cosas negativas que ocurren en la novela se encuentran a través de la novela. Les doy un ultimo ejemplo que se encuentra en la página 30: “Al amanecer no quedaba casi nada del pueblo: la mazamorra se lo había llevado y cubierto. Las huertas estaban enterradas y solo surgían sobre el lodo las copas de los árboles. Aquí y allá se veía algún cadáver rígido… era el castigo de dios contra un pueblo que solo sabia pecar”. La naturaleza es el poder absoluto de la historia. Puede alimentar a los humanos, pero también puede hacer que pasen hambre. Tiene una lógica paradójica que da y quita aleatoriamente. Algo que los humanos como Agiali intentan explicar a través de la voluntad de dios.

Lo interesante es que esto solo es una de las dimensiones que toma la naturaleza. Hay otros aspectos como las descripciones del paisaje que vienen en las formas de narración o descripción de unos de los personajes. Arguedas es capaz de mostrar a través de sus descripciones la hermosura y al mismo tiempo el horror que crea la naturaleza y lo impotente que es el humano ante ella.

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La(s) máquina(s) siniestra(s) de Raza de bronce (segunda parte)

El narrador comenta sobre la narración de Quilco, sobre Manuno, que éste último “desfiguró los hechos, rodeándolos de siniestro aparato y dijo cosas que nunca habían pasado […]” (96), esto no es una excepción, sino una parte integral de Raza de bronce.  La propia narración de la novela es a su vez otro “siniestro” aparato. Especialmente en la parte de “El Yermo” abundan aparatos y máquinas siniestras (como la leyenda de Suárez, que distorsiona la realidad, y la aparición del diablo, como afirma Wata Wara antes de ser violada).

Las intervenciones de Suárez son un buen ejemplo de las acciones de una máquina siniestra. Al dirigirse a Wata Wara por primera vez, Suárez le dice: “hechicera ondina de este piélago formado por las lágrimas” (219), a lo que Pantoja responde: “¡Cállate, ganso, y habla como gente!” (219). La expresión de Suárez no es la de “la gente”, es como la de Quilco, torcida, exagerada, la de un “animal”. Una máquina siniestra es anormal. Entonces, Suárez es animalizado por el mismo mecanismo que permite que los indígenas sean comparados a lo largo de toda la novela con bestias o cualquier otro cuerpo. Este mecanismo es cualquier forma de expresión verbal, el lenguaje. Las palabras, como forma de expresión narrativa y poética permiten poner en un mismo nivel a todos los personajes. En otras palabras, la lengua vuelve posible que Pantoja vea al mundo a la manera de Hobbes, o como mejor lo dice Tokorcunki, un mundo donde todo se resume a: “matar o morir” (266).

No es gratuito que Tokorcunki reconozca que: “algún veneno horrible han de tener las letras” (281). “Las letras” ayudan, pero también someten a todos a un orden de guerra permanente en espera de la formación de un soberano. Sin embargo, la rebelión al final del relato no requiere palabras ni recuerdos. Agiali y los otros marchan a la hacienda con “un deseo de venganza […] en el que no entraba el recuerdo de la zagala [Wata Wara]” (282). De ahí, tal vez, que el final de la novela sea pirotecnia narrativa y rebelde, donde no se narra la afrenta, pero se cuentan perspectivas, colores, gritos. No hay esperanza, pero tampoco abandono a la causa. Quizá la rebelión más eficaz es esa que no espera y no quiere nada, como dice Choquehuanka, pero que se expresa “antes de dejar[nos] en esta tierra”.

La violencia del comercio

El último capítulo de Raza de bronce utiliza un lenguaje muy comercial al describir la conversación de los aymara. Mientras Choquehuanka les pregunta al grupo si deben tomar represalias después de encontrar el cuerpo de Wata Wara, la conversación vuelve muy interesante. Casi todos los argumentos a favor de la violencia se describen en términos económicos y un lenguaje muy comercial. Piensan en “cobrar de los patrones su deuda de sangre” (277), y avisen que con “una sola gota de sangre blanca la pagamos con torrentes de la nuestra” (279). Choquehuanka menciona la pérdida de su hijo y lamenta que “no pudimos hacerle pagar sus crímenes” (279). Más tarde Choquehuanka explica que los blancos “todo nos quitan ellos, hasta nuestras mujeres, y nosotros apenas nos vengamos haciéndoles pequeños males o dañando sus cosechas, como una débil reparación de lo mucho que nos hacen penar” (280). Los hombres indígenas quieren un rendimiento de cuentas, un equilibrio moral (y económico) ” aunque sea a costa de los más grandes sacrificios” (281).

Poner la violencia en estos términos me parece muy interesante. Es como si la violencia y la venganza de los indígenas fuera simplemente una ecuación económica. Los blancos han matado y este equivale, en términos de la matemática, una violencia equivalente. Ahora, los hombres aymara no solo están contando la muerte de Wata Wara, pero todas las injusticias del pasado.

Este lenguaje es muy interesante también al pensar en el comercio de la primera parte de la novela, cuando intercambian pescado por tunas. Estas interacciones obedecen las reglas de la oferta y la demanda. El pescado es más valioso en los pueblos fuera del lago Titicaca porque son escasos. ¿La venganza al final de la novela también obedece estas reglas? Me parece muy interesante que los personajes (y tal vez Arguedas también) piensa en estos términos.

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Raza de bronce (2)

Lo que me llamó la atención con Raza de bronce, fue la falta de caracterización. A pesar de que la prosa tiene una riqueza en la descripción de la tierra, los personajes (a mí) parecían unidimensionales. Como texto indigenista, parece que el enfoque es más sobre el paisaje y el viaje, que la gente indígena. Aunque hay un enfoque en las injusticias que enfrentaron la gente indígena, y la tristeza de la violación y muerte de Wata Wara—la falta de una interioridad narrativa no da una voz a la población indígena, a pesar de que ellos tienen discurso indirecto por la mayoría de la novela. Tenemos acceso a lo que ellos dicen, pero faltamos lo que ellos piensan. A pesar de que hay muchos momentos trágicos, y que la novela al fin y al cabo es una historia trágica de amor, no se sienta tanto el lector el dolor de los personajes, y entonces, de la gente indígena. Por ejemplo, el texto ofrece una descripción física de Choquehuanca, y una descripción de lo que hace Choquehuanca, ambos durante el viaje y sus papeles en la comunidad. Pero, nunca describe como es Choquehuanca.

 

A diferencia de Aves sin nidoque tiene una interioridad desde la narradora, en Raza de bronce, la narración cuenta un viaje, menos que vidas o interrelaciones especificas. El texto empieza como un relato de amor, aunque, a diferencia de Aves sin nido, nunca tenemos el desarrollo o interioridad del amor en la narrativa. Además, cuando Aves sin nido presenta a ambas perspectivas—lo europeo y lo indígena— Raza de bronce se escribe de la perspectiva de los indígenas—sin darles una voz interior. Eso me hace en pensar, ¿si eso puede ser intencional? Cuando Aves sin nido tiene elementos didácticos muy obvios, y actúa casi como una guía de entender las injusticas que enfrenten la población indígena, Raza de bronce presenta una visión más realista, o objetiva del indigenismo. Sin la intervención del narrador pueden interpretar las acciones como ellos quieren. A mí, no puedo conectar tanto con los personajes, ni la situación, pero me pregunto ¿si como un producto de un autor europeo, está mejor de no tener tanta intervención por el autor o narrador? ¿Qué opinan ustedes?

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Raza de bronce (Segunda semana)

Después de terminar de leer Raza de bronce de Alcides Argueda, lo que, particularmente, me llamó la atención fue el uso frecuente en sus descripciones de los colores. Esto no es algo en lo que pensaba mientras leía el libro. Sin embargo, me di cuenta, que hubo bastante constancia y énfasis en esto hasta que terminé de leerlo. Especialmente, con el uso de los colores rojo y bronce fluyendo a lo largo de la historia. Los colores se han utilizado como representaciones simbólicas, buenas o malas, con un mensaje oculto detrás de su uso. 

El primer uso del color que vemos en esta novela está dentro del título donde Alcides Arguedas usa el color bronce para describir al pueblo indígena de quienes se trata el libro. Creo que el uso del color bronce, además de enfatizar su color de la piel, es para mostrar o tal vez colocar a los pueblos indígenas en una posición jerárquica,  a la cual en realidad no pertenecen. Las jerarquías sociales son conceptos erróneos basados en el color de la piel. Cuando pienso en el color bronce, pienso en el centavo porque tiene un valor monetario inferior a las otras monedas. Algunas personas pueden pensar que el centavo no tiene valor. Sin embargo, estaba hecho de muchos metales diferentes que en su tiempo de fabricación eran valiosos. Entre ellos el cobre y el estaño y algunas veces otros elementos. Este material puede ser fácilmente trabajado. Sus propiedades mecánicas y físicas son superiores a las del hierro.

El color rojo es el segundo color que vemos al principio de la novela en la primera frase que dice, “EL ROJO dominaba en el paisaje” (7). El rojo continuó dominando a través de toda la novela. Una de las líneas que realmente me gustó y usó colores vivos fue cuando Arguedas dice, “Las yuntas avanzaban en orden, con las cabezas a lo alto y firmes las pezuñas, marcando la tierra arcillosa y de color rojizo, cual si estuviese embebida con la sangre de muchas generaciones de esclavos” (216). Esta línea es muy simple pero creo que representa algo mucho más profundo. Creo que el autor mezcla ambos colores cuando dice “marcando la tierra arcillosa y de color rojizo” (216). Cuando leo la palabra tierra, pienso en el color marrón al  agregar la palabra arcillosa y rojizo y me hace pintar una imagen de esta descripción usando los colores bronce y carmesí. Pensando en estos colores y en el tema del libro, veo esta línea y el uso de los colores como una representación de la gente aymara. Están dejando una huella en la tierra que les fue arrebatada, que inicialmente era suya, para empezar, y a medida que caminan cambia a un color rojo carmesí que se puede representar como sangre. Lo irónico es que aún al final el rojo predominó en el fuego o la hoguera en la caverna, donde murió Wata Wara. Igualmente el rojo sirve como símbolo brillante de justicia y victoria. Este ejemplo se ve cuando dice, “La llama se convirtió en hoguera, y un ancho círculo rojo manchó la negrura del llano, iluminando gran trecho de él. A veces se desplegaba como una colosal bandera roja” (283). El rojo representa muchas cosas pero en el libro de Argueda pienso que son símbolos de la vida en la sangre, la luz de vida en el sol, la pureza en el fuego y la victoria en una bandera.

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